Capítulo 28.

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Elena's POV

Sumergirse por la Duat, describa la sensación. Como el Space Mountain de Disney Land Paris. Parece una montaña rusa a oscuras. Sadie parece un gondolera.

− ¿Que parte de España quieres que os deje?− me pregunta.

Pablo me mira con sus preciosos ojos verdes.

− En Málaga.− le digo.

− A Málaga, barca del demonio.− dice Sadie. Sonreímos. La barca se estremece.− Era una broma. Mami te quiere.

Nos reímos.

− Y, ¿donde nos vamos a quedar?− me pregunta Mia.

− En mi casa.− les respondo sacando la llave.

− ¿Como la has conseguido?− me pregunta Pablo.

− Me la dio papá.− digo encogiéndome de hombros.− Creo que soy su favorita.

Sonríen.

− ¿Como pensareis en encontrarlos a todos?− me pregunta Sadie.

− Conocemos a un sátiro en Málaga.− le responde Pablo.

− Vas a tener que ir vosotros, yo tengo la entrada prohibida en ese instituto.− digo.

− Si te dedicas a hacer coches bomba en tu tiempo libre, normal que te echen.− me dice Pablo.

− La venganza es dulce.− digo con voz macabra.

Mia asiente con una sonrisa.

− Si no recuerdo mal, el puerto esta lejos de tu casa.− me dice.

− Eso ya lo tengo controlado.− le digo.

La barca se para y sale de la Duat. Estamos en el puerto.

− Dense la mano y tóquenme.− les digo. Me obedecen y me concentro. Me imagino delante de la puerta de mi casa y ahí aparecemos. Me caigo cansada.

− Estás pálida.− me dice Mia. Pablo me levanta. Mia saca la llave y abre la puerta de metal verde.

− Has teletransportado a mucha gente de un solo viaje.− me dice Pablo. Parece preocupado.− No te arriesgues de esa manera.

Entramos en mi casa. Parece igual como la deje cuando me fui. Me sientan en uno de los sillones del salón. Pablo me da algo de ambrosía. Sabe a la tarta de cumpleaños que me hizo mi madre con tres años.

− Me gusta mucho tu casa.− me dice Sadie. Le sonrío cansada.

− Abajo hay una cama de matrimonio, una simple y una litera. Arriba hay una cama simple y un sofá cama.− digo.− No me importa cuanta gente tenga que quedarse en esta casa, pero romped algo y os corto las manos.

− Ya estas mejor.− observa Pablo. Mia sonríe.

− ¿Donde está ese instituto?− pregunta Mia.

− Me gustaría descansar un poco.− dice Sadie.− Viajar por la Duat cansa.

− Entonces haré la cena.− les digo señalando el cielo. Esta oscureciendo.

Mia mira preocupada a Pablo.

− Déjala, se le da bien cocinar.− le dice Pablo.

− ¿Quien me ayuda?− pregunto. Me levanto. Pablo se ofrece voluntario.− Elegid habitación pero la cama simple de abajo es mía.

Las dos sonríen. Pablo ya ha entrado en la cocina, me sonríe apoyado en la encimera.

− No hemos hablado de eso.− me dice en español y en un susurro.

Apolo y Hermes. ¿Buena combinación? (Crónicas Del Campamento Mestizo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora