Pasaron tres días y Lauren no había tenido noticias de Camila, después de tres semanas había empezado a perder la esperanza y estaba casi segura de que todo había sido un truco de Camila para librarse de ella en aquellos incómodos momentos.
Aquel sábado por la tarde estaba sentada junto al lago, necesitaba paz después de una intensa mañana de comprar con Dinah, Normani y Ally, ellas querían animarla manteniéndola ocupada, pero la verdad es que conseguían todo lo contrario.
Disfrutaba de la suave brisa y las lejanas risas de los niños jugando, cuando de pronto el teléfono la sobresaltó:
"Sí, Lauren al aparato", contestó distraídamente, dio un respingo al oír aquella voz al otro lado de la línea.
"Hola Lauren, soy Camila perdona que no te haya llamado antes, pero he vuelto hace media hora a Berlín y estos días no he tenido tiempo de nada", dijo aquella voz.
Lauren casi no podía articular palabra, "no te preocupes" balbuceó sin ser capaz de decir nada más. Camila continuó, "me preguntaba si te apetecería tomar un café conmigo dentro de un rato". El corazón de Lauren latía desbocado en el pecho, "me encantaría" susurró.
"¿Te parece bien a las ocho enfrente de El Planet y luego ya decidimos donde vamos?" preguntó la mujer castaña decidida.
"Sí por supuesto, a las ocho estaría bien" contestó Lauren.
"Ok entonces nos vemos dentro de un rato" y colgó.
Lauren no se podía creer lo que había pasado, le había llamado realmente, Camila le había llamado, no había sido una excusa, después de cuatro largos años volvía a tener una cita con ella, con su verdadero y único amor, se levantó corriendo y se dirigió a su casa a prepararse para la gran cita.
A las ocho menos cuarto ya estaba enfrente del Planet esperando impacientemente, Camila llegó a las ocho en punto con puntualidad inglesa, se miraron sin saber muy bien como actuar, finalmente Camila se decidió, se acercó, dio dos besos a la ojiverde y entraron al local.
Al principio ninguna de las dos sabía muy bien que decir, ambas se sentían muy incomodas, pero poco a poco fueron rompiendo el hielo, y fueron sintiéndose más y más cómodas, hasta que llegó un momento que pareció que habían vuelto cuatro años atrás, que no había pasado el tiempo.
Hablaron de sus proyectos, Lauren hasta dentro de seis meses no tenía nada programado y Camila precisamente ese mismo día había firmado un contrato para estrenar dentro de seis meses y durante un años un nuevo musical en Berlín, durante los últimos cuatro años ella había estado viajando por toda Europa, triunfando en los grandes escenarios de España, Londres, París, Bruselas, Roma...
Después de dos cervezas, decidieron ir a comer algo, durante la cena, en un momento dado, Camila se puso muy seria y miró fijamente a la ojiverde y abordó el tema sin rodeos, "Lauren yo no quiero confundirte, ni darte falsas esperanzas, he estado pensando mucho en lo que me dijiste y yo también quiero que formes parte de mi visa, pero nunca, nunca podrá haber nada más que una amistad entre nosotras, es lo único que te puedo ofrecer, si esperas algo más por favor olvídate, sólo te hará daño".
Lauren la miró con lágrimas en los ojos y contestó, "es lo único que te pido Camila, sé que nada volverá a ser como antes, eres, has sido y serás la persona más importante en mi vida y no quiero perderte otra vez por nada del mundo, aprenderé a mirarte como mi amiga, como mi hermana porque lo único que quiero es que estés a mi lado, no me importa de que manera", se agarraron de las manos mientras se miraban dulcemente a los ojos y continuaron disfrutando de la velada.