Capítulo 12

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Camila se levantó de la cama, no tenía sentido seguir intentando dormir, estaba segura que en cuanto volviese a quedarse traspuesta volvería a sonar el maldito teléfono, salió de su habitación, fue al garaje y rebuscó entre sus cosas una toalla y sus accesorios de baño, volvió a su habitación, se desvistió y se dirigió a la ducha, al levantar la pierna para introducirse en ella notó un intenso dolor en el muslo, se lo había advertido a Lauren, deberían haber hecho todo aquello en la cama, ahora tenía unas agujetas terribles.

No pudo evitar sonreír al recordar todo lo que había pasado desde que Lauren entró por la puerta, volvió a sentir los besos y las manos de la ojiverde por todo su cuerpo, se le puso la piel de gallina, y sintió un intenso calor dentro suyo, moviendo la cabeza de un lado al otro desechando aquellos pensamientos, que provocaban esas peligrosas reacciones en su cuerpo se metió a la ducha.

Al salir, se peinó, se lavó los deintes y se vistió, cuando iba a salir de la habitación sus ojos se posaron en aquella hermosa rosa roja que Lauren le había dejado aquella mañana, se moría de ganas de ver a la ojiverde, de volver a sentir sus dulces labios en los suyos, se acercó a la cama y cogió la rosa y la inhaló, sonrió, salió de la habitación y volvió a dirigirse al garaje, una vez allí busco en una de las cajas, su bien más preciado, su diario de cuando era niña, de cuando sus padres aún vivían y ella pensaba que la vida era algo bonito y fantástico que merecía la pena anotar día a día, un día todo aquello cambió y no volvió a escribir más, con cuidado introdujo la rosa entre sus páginas en blanco de su diario y colocó el libro en el fondo de la caja, debajo de todas las cosas para que estas ejercieran presión sobre él.

Escuchó ruidos en la cocina, Dinah ya estaba despierta, con una sonrisa se apresuró a ir a su encuentro, "¡Buenos días compañera!", dijo entrando precipitadamente en la cocina y abrazando a la morena.

"¡Oh Mila! es increíble volver a trabajar contigo y nada más y nada menos que en Broadway, ¡ahhh es una locura!" gritó Dinah dando saltitos y correspondiendo a su abrazo.

"¡Dinah, soy tan feliz!, creo que este es el día más feliz de toda mi vida, es todo tan maravilloso", dijo Camila emocionada.

"Cuando me ha llamado Petra, no me lo podía creer, casi salto de la cama para ir a tu cuarto, pero me he acordado de que tenías visita, una visita muy escandalosa por cierto, tuvimos que subir el volumen de la televisión a tope", dijo la morena con una sonrisa maliciosa.

Camila se puso roja como un tomate, "Dinah, yo..."

"No hace falta que me cuentes nada de lo que pasó ayer", la interrumpió Dinah, "pero quiero que sepas que consideraba que éramos amigas y me molesto bastante que no me hubieses contado nada, me quede con la misma cara de tonta que los chicos, cuando empezamos a oír aquellos gritos...mmmmm...mmm..., podríamos calificarlos como extraños"

"Como te iba a contar nada si ni tan siquiera yo misma entendía lo que me pasaba, ni lo que sentía, si he estado ocultándomelo a mí misma durante todo este tiempo", se defendió la joven castaña, "hasta que Lauren no entró por la puerta del salón de la fiesta, yo estaba complementamente convencida de que Austin era el hombre de mi vida, pero cuando la vi, fue como si el mundo se parará, no sé un sentimiento tan fuerte se colocó en mi pecho, en mi estómago que creí que iba a perder el sentido..."

Miro a Dinah un poco tímida, ésta la miraba con una dulce sonrisa invitándola a continuar, "y cuando estaba en el lavabo, y ella entró peleándose con la española cojonera esa y empezaron a meterse mano... ¡oh dios, me puse mala, malita, mala! nunca había estado tan celosa y tan excitada a la vez, en ese momento me di cuenta de que algo pasaba, luego el vídeo, todos aquellos recuerdos... aquellos sentimientos, el baile, al sentirla pegada a mi perdí totalmente la razón, nada existía a mi alrededor a parte de ella, si Austin no lo hubiese impedido la hubiese besado ahí mismo, delante de todos, sus labios era lo único que deseaba, no me importaba nada más, y cuando Austin me pegó, la bofetada fue lo que menos me dolió, el daño más grande me lo hizo ella, lo que me partió el corazón fue verla salir por la puerta, cuando más la necesitaba..."

Cinco años despues (Camren).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora