Camila sintió una respiración en su nuca, a la vez que unos brazos rodeaban su cintura, "me da igual lo que digas", susurro una voz en su oído, todo el cuerpo de Camila tembló, "yo no pienso ir a ninguna parte sin ti", continuo la voz susurrante, mientras le apartaba el cabello y cubría su cuello de besos.
"¡Lauren!" Camila se giro, buscando ansiosa los labios de la ojiverde, la beso con pasión, con locura, como si no se hubiesen visto en años, como si se hubiesen reencontrado después de una larga y forzosa separación, besó sus ojos, su cara, su nariz, su cuello, mientras sus manos recorrían todo su cuerpo, le hubiese hecho el amor allí mismo, "¡te amo Lolo, te amo!", era todo lo que podía salir de su boca, mientras la besaba cada vez más apasionadamente, sus caricias quemaban el cuerpo de la ojiverde.
"Disculpen señoritas", escucharon una voz firme a su lado.
Se separaron sin aliento y miraron a la dueña de aquella voz, provenía de una atractiva mujer joven, vestía uniforme, pertenecía a la seguridad del aeropuerto, parecía muy exigente, muy estricta, tenía madera de líder, pero sus ojos reflejaban una gran dulzura, Zenaida Lh, rezaba en su placa de identificación.
"No creo que este sea el lugar indicado para hacer estas cosas", les dijo muy seriamente, intentando disimular una sonrisa.
Ambas la miraron avergonzadas, se disculparon y entre risas salieron de la terminal, parecían dos quinceañeras descubriendo su primer amor.
Salieron y se dirigieron al parque que había enfrente del aeropuerto, se sentaron en un banco, y continuaron besándose, acariciándose, deseosa de sentir el calor de aquellos labios, de aquel cuerpo, que hacía poco pensaban haber perdido por meses.
"Camz... Camz..." dijo Lauren separándose casi sin aliento, "tenemos que parar... o no voy a ser capaz de controlarme, te voy a quitar la ropa aquí mismo"
La joven castaña sonrió y a duras penas intentó controlarse, ambas se quedaron en silencio durante minutos, mirándose, disfrutando ampliamente de ese momento.
"Camz, no pienso irme a ningún sitio, no sin ti", dijo Lauren mientras negaba una y otra vez con la cabeza, "no sería capaz de hacer otra cosa que llorar y pensar en ti, habrá mil películas, mil proyectos, pero ahora es nuestro momento y no voy a dejar escaparlo"
"No Laur..." le interrumpió Camila poniéndose muy seria, "harás esa película"
"¡Camz! no voy a..." intentó decir Lauren, su compañera la interrumpió poniendo sus labios en los suyos.
"Y yo voy a estar a tu lado todos los días" dijo Camila sin separar su cara de la ojiverde y acariciándole dulcemente las mejillas, "mientras veía alejarse ese avión lo he visto claro, Nueva York puede esperar, nosotras no, yo lo único que deseo y necesito para ser feliz es tenerte a mi lado, disfrutar y sentir como crece nuestro amor minuto a minuto, América está muy lejos, otro continente, otras costumbres, diferente zona horaria... demasiados cambios para mi vida en estos momentos, vamos a empezar por España y luego ya daremos el salto"
Lauren la besó apasionadamente, una y otra vez, "te amo Camila Cabello..." dijo con lágrimas en los ojos.
Permanecieron abrazadas durante un rato, "Bueno... tengo que ir a la oficina de Petra a informarle de todo esto y también a hablar con Dinah.. y tú tienes que ir a comprar otro billete de avión" dijo Camila.
"Camz, ¿estás segura?" preguntó Lauren muy lentamente.
"Jamás había estado más segura de nada, ¡Uhhhh Barcelona, hayá vamos!" dijo la joven castaña con una sonrisa, mientras volvía a besarla.
Cogidas de la mano, emocionadas, ilusionadas, ansiosa por empezar su nueva vida entraron otra vez al aeropuerto.
El nuevo vuelo de Lauren, salía a las diez y media de la noche, habían decidido que primero viajaría Lauren y unos días más tarde, cuando Camila arreglase todo en Berlín se reuniría con ella en Londres, volvieron a salir del aeropuerto.