Capítulo 15

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A la mañana siguiente, no hizo falta que sonara el despertador para Camila, para cuando sonó, ella ya estaba vestida y esperaba impaciente alguna señal de vida en la casa, eran las 4 am, sus tíos la llevarían al aeropuerto, el avión no salía hasta las ocho pero Camila había insistido en ir con tiempo, no podía perder ese avión por nada del mundo, a las nueve estaría en Berlín y a las 10:30 como muy tarde en el apartamento de Lauren, tendrían aún unas horas por delante para disfrutar juntas de su amor.

Escuchó abrirse la puerta de la habitación de sus tíos, ansiosa salió de su cuarto mientras gritaba, "¡tío Frank, voy sacando el coche ahora vuelvo!" al abrir la puerta de la calle, un grito de desolación se escapó de su garganta, todo estaba cubierto por una espesa niebla.

Les costó más de la cuenta llegar al aeropuerto, cuando Camila miró las pantallas, comprobó con desolación que todos los vuelos tenían más de una hora y media de retraso, desolada, facturó su pequeña maleta, y acompaño a sus tíos hasta el coche, ellos habían insistido en quedarse para acompañarla o en volver todos a casa y que ella cogiese un vuelo más tarde, Camila se había negado en rotundo a la segunda opción, y en cuanto a la primera, estaban ya demasiado mayores, como para pasarse horas en un aeropuerto, sólo porque su histérica sobrina tuviese la necesidad de llegar a Berlín cuanto antes, para ver a su novia, -novia...-, pensó Camila, -¿realmente eran novias?-...

Despidió a sus tíos y se dirigió hacia una de las cafeterías, pidió un café y se sentó a esperar pacientemente, miró su reloj, aún era muy temprano para despertar a Lauren.

****

Lauren no había pegado un ojo en toda la noche, no había podido dejar de pensar en Camila, en ellas dos, le preocupaba mucho que la distancia terminara separándolas, a las 8:15 no pudo soportar seguir dando vueltas, pensó con una sonrisa que Camila ya estaría de camino, en un par de horas podría volver a saborear sus labios, cuando iba a saltar de la cama, sonó su móvil, "¿Camila?" preguntó sorprendida.

"¡Oh cariño!, estoy atrapada en el aeropuerto por la niebla, dicen que hasta las diez por lo menos no saldremos", dijo totalmente desolada.

"¡Dios Camz!, ¿qué más puede salir mal?, ¿qué hemos hecho nosotras para que todo nos salga al revés?" murmuró Lauren, "mi avión sale a las cuatro, Camz, necesito verte".

"Llegaré Lolo, te lo prometo, llegaré", contestó Camila con un nudo en la garganta "ahora tengo que dejarte, nos están llamando para informarnos, luego te digo algo... y Lolo... nunca olvides que te amo con locura", y colgó.

"Y yo a ti...", murmuro Lauren, y se dejó caer en la cama otra vez.

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A las diez Camila volvió a llamar, no le salía la voz, hasta las doce treinta no saldría el avión, podrían verse en el aeropuerto al menos para despedirse, Lauren ya era lo único que deseaba poder verla antes de partir, "bueno... voy a salir ahora de casa, facturaré y así lo tendré todo hecho para cuando llegues, te esperaré en el Starbucks de la entrada norte, suele haber muy poca gente".

"Laur, yo nunca he visto un Starbucks en la entrada norte" dijo Camila sorprendida.

"Camz, hace años que está, según entras por la entrada de Schönefeldl, la primera a la derecha" contestó la ojiverde.

"Dios Laur, no puede ser", la voz de Camila sonaba completamente desesperada.

"¿Qué?" preguntó la ojiverde asustada.

"Yo no llego a Schönefeldl, llego a Tegel"...

Camila llegó a Berlín a las dos y media de la tarde, tenía una hora y media para llegar, salió rápidamente del aeropuerto, ni se paró a recoger su maleta, se montó en el primer taxi que vio, dio 50 euros al conductor mientras le decía, "a Schönefeldl, lo más rápido que pueda", el hombre asintió y puso en marcha el coche.

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Lauren esperaba nerviosa, caminaba pasillo arriba, pasillo abajo, sin perder de vista la entrada del Starbucks, ni la entrada norte, tenía la esperanza de que finalmente entrara por aquella puerta.

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Camila estaba a 4 km del aeropuerto, y aún faltaban 45 minutos para que el avión de Lauren despegase, por fin algo salía bien, de repente el coche de delante se paró, el taxista frenó en seco, reaccionó rápido pero no pudo evitar el choque.

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Lauren esperaba cada vez más nerviosa y desesperada, sacó su móvil y marcó el teléfono de Camila, apagado o fuera de cobertura, -mierda, ¿dondé está metida?, ¿dondé estás Camz?, ¡por el amor de dios aparece!, te necesito...-

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La joven castaña salto del taxi sin pensar en nada más que en su deseo de ver a Lauren, corrió, corrió desesperada, corrió como nunca, corrió sin desfallecer, por ella, por Lauren, por su amor, por su futuro, corrió hasta quedarse sin aliento, parecía que el corazón iba a salirse por su boca.

En los altavoces de Schönefeldl tronó, -Última llamada para los pasajeros del vuelo FRDGH66541, con destino a Londres, se ruega embarquen por la puerta 4-

Cuando Camila por fin llegó los pasajeros ya habían embarcado, una empleada le impidió el paso, "Entonces deme un pasaje para ese maldito avión, necesitó subir a ese avión como sea, ella está en ese avión ¿no lo entiende?" gritó desesperada.

"Eso es imposible señorita" dijo la empleada, "es ese avión que está despegando" y señaló hacia los ventanales.

Camila se giró, vio como el avión despegada, se acercó hasta el ventanal lentamente, las lágrimas corrían por sus mejillas, "Lolo...", murmuro mientras veía como el avión desaparecía en el horizonte...

Cinco años despues (Camren).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora