Dionisio: ¿Quién lo dejó dirigir un campamento de verano?

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¿Podría haber una opción más extraña para director del Campamento Mestizo
que Dionisio?

Rick Riordan tiene un talento para jugar con los mitos griegos. Se deleita en tomar a los dioses y sus historias y cambiarlas sólo lo suficiente para hacerlos completamente creíbles en nuestro mundo mientras todavía retiene la esencia de las creencias antiguas. Su Dionisio, más seguramente conocido como el Señor D. (los nombres son, después de todo, cosas poderosas), toma la imagen del dios griego del vino y la fiesta y lo cambia en un creíble retrato contemporáneo: si pasas la mayor parte de tu tiempo bebiendo y de fiesta como el Señor D., hay un buen chance de que con el tiempo hayas alcanzado la mediana edad, también tendrías sobrepeso, mala vestimenta y que cualquier cosa te importe un bledo, a excepción de cuándo podrás conseguir tu próxima bebida. Ciertamente no estarías emocionado de tener un grupo de "mocosos" impuestos a ti. Y hay una buena probabilidad de que no serías el guardián más responsable.

Ciertamente ésta es la opinión de Percy Jackson sobre el Señor D. cuando llega por primera vez al Campamento Mestizo. Pero la primera e incluso la quinta impresión no cuentan toda la historia cuando se trata de los dioses griegos, quienes son deidades complejas. Muchos de ellos tienen múltiples tareas. Dionisio no es solo el dios del vino y la vid, sino el dios de la fertilidad que maneja todas las cosas en crecimiento. (Ves este lado del Señor D. en el campo de fresas del Campamento Mestizo, que crecen sin esfuerzo y tan fructíferamente que el campamento es capaz de pagar las cuentas vendiendo sus fresas a los restaurantes de Nueva York). Él también es el dios de la locura, los festejos y el teatro, así como el dios de la alegría y éxtasis divino. En los primeros cuatro libros, Riordan describe algunas de estas facetas y da un indicio de las demás. ¿Cuánto del Señor D., me encontré a mí misma preguntándome, era en realidad parte de lo que creían los griegos sobre Dionisio? ¿Y qué nos cuentan las historias protagonizadas por Dionisio, no solamente sobre el Señor D. sino sobre el Campamento Mestizo?

Percy no está impresionado cuando le presentan por primera vez al director del campamento. El Señor D. es bajo, gordiflón, y tiende a vestirse ya sea con camisas hawaianas o vulgares trajes corrientes con impresiones de tigres o leopardos.

Gracias al apestoso Gabe, el repulsivo esposo de su madre, Percy inmediatamente sabe que el Señor D. tiene unas serias relaciones con el alcohol. Se ve como un borracho de mediana edad deteriorándose rápidamente. De lo que Percy no se da cuenta inmediatamente es que estaba encarando a un dios. Él no entiende el porqué Grover parecía estar tan asustado del Señor D. hasta que el Señor D. le permite entrever su verdadera naturaleza:

"Me miró directamente a los ojos y vi una especie de fuego morado en sus ojos... Vi vides estrangulando a los no creyentes hasta la muerte, guerreros borrachos enloquecidos por la lujuria de la batalla, marineros gritando mientras sus manos se convertían en aletas y sus rostros se alargaban hasta convertirse en hocicos de delfín. Supe que si lo presionaba... [Él] me plantaría una enfermedad en el cerebro que me dejaría usando una camisa de fuerza en una habitación acolchonada por el resto de mi vida."

Esta es una muy certera descripción de algunos de los métodos favoritos de Dionisio para castigar a aquellos que lo han hecho enojar. Estos incluyen atrapar a los pobres mortales con repentinos brotes de uvas y hiedras de vides, convertirlos en animales y volverlos completamente locos. Las historias griegas de Dionisio a menudo representan a un dios espantosamente cruel y vengativo; y aun así sus imágenes casi siempre muestran ya sea un joven hermoso rodeado de vides o un apuesto hombre con pelo negro rizado y una lujosa barba. De hecho, esta imagen es tan consistente que Dionisio es extraordinariamente fácil de identificar en las vasijas y urnas que sobrevivieron de la antigua Grecia. El Dionisio clásico no se parece en nada al regordete y agotado Señor D. de Riordan. Creo que tal vez hay un par de razones por la cual la versión de Dionisio de Riordan es tan poco atractiva. La primera remonta a los mitos. Como su padre Zeus, Dionisio era un maestro del disfraz y a veces se aparecía a los mortales en otras formas. Él era conocido por mostrarse como un carnero, un león o una chica joven; era fácil de subestimar. También sospecho que su encarnación como el Señor D. es un tipo de advertencia por parte de Riordan; nadie al conocer a ese pequeño hombre poco atractivo podría posiblemente imaginar que beber es una buena idea.

Se podría pensar que el dios de la alegría y los festejos al menos garantizaría un buen rato en el Campamento. Pero no. Más allá de su descuidada apariencia, el Señor D. también tiene un problema de actitud. Es sarcástico y hosco y despectivo hacia humanos y mestizos. A pesar de que obviamente se sabe los nombres verdaderos de los campistas, manda un mensaje al pretender que no puede recordarlos. Una de las bromas corrientes de las series es el Señor D. refiriéndose a Percy como Peter Johnson. Quirón explica que el Señor D. es infeliz porque "odia su trabajo". Y es que resulta ser que Zeus le ordenó a Dionisio dirigir el Campamento Mestizo, como castigo por perseguir a una ninfa fuera de sus límites. No solamente Dionisio está esencialmente condenado a la Tierra por cien años, sino que también le está prohibido beber su amado vino. Su misión es mantener a los héroes jóvenes a salvo. Y no está feliz con nada de eso.

En la superficie, elegir al señor D. para dirigir el campamento es ridículo, cómico. Incluso puede ser que el astuto reconocimiento de Riordan sobre el hecho de que a veces los adultos quienes son puestos a cargo de los niños son los más inapropiados para el trabajo. Casi todos han tenido maestros que van desde ineptos a malos a en ocasiones francamente aterrador. El Señor D. parece ser todos esos en uno solo. Percy toma un instantáneo disgusto al quejica director del campamento, y difícilmente puedes culparlo. Aunque se supone que el Señor D. debe mantener a los semidioses a salvo, a él no parece importarle ninguno de ellos, y ciertamente no se molesta en ayudarlos o

entrenarlos. Todos esos detalles aburridos se los dejaba al centauro Quirón. En el tercer libro, La Maldición del Titán, el Señor D. incluso confiesa que no le gustan los héroes. Él se casó con Ariadna después de que el héroe Teseo la abandonara, y guardaba rencor a los héroes desde entonces. Considera a los héroes egoístas ingratos que usan y traicionan a otros. Para Percy (y su servidora), la descripción del Señor D. sobre los héroes suena más a la descripción de muchos de los dioses. Lo que Riordan no nos cuenta, sin embargo, es que Dionisio también tuvo un poco de historia con el original Perseo, el héroe que venció a las Gorgonas y a Medusa. De acuerdo a los mitos griegos de Robert Graves, Perseo peleó con Dionisio cuando el dios del vino llegó a Argos, matando a muchos de sus seguidores. Dionisio tomó represalias conduciendo a las mujeres hacia la locura hasta el punto de que empezaran a comerse a sus propios hijos. Perseo finalmente tuvo el buen sentido de apaciguar al dios construyéndole un gran templo. Así que en adición de no gustarle los héroes, puede que a Dionisio simplemente no le gustase Percy por su nombre.

De un humor cambiante y difícil como es, el Señor D., es el primer dios a quién Percy confronta directamente, y no puedo evitar pensar que es significante. El Señor D. desafía las expectativas. No es hermoso o siquiera agradable. Él es la encarnación de la divina indiferencia, un dios que apenas nota que los mortales existen. Percy se lo encuentra en un punto cuando él, Percy, no cree en dioses, y aun así está el Señor D. innegablemente real y aterrador. El dios del vino es evidencia irrefutable de las nuevas verdades que Percy debe aceptar: que no solamente los dioses griegos son reales y siguen metiéndose con los mortales, sino que uno de ellos es su padre. Poco después de encontrarse con el Señor D., un confundido Percy le pregunta a Quirón:

-¿Quién... quién soy yo?...


-¿Quién eres? -Quirón reflexionó-. Bueno, esa es la pregunta que todos queremos responder, ¿no?

Lo es de hecho. Los dioses quieren saber porque han tenido una profecía que contender, y Percy necesita saber porque lo que descubre en el Campamento Mestizo es la llave de su identidad. Esa pregunta es realmente la cual Percy ha llegado a responder en el Campamento Mestizo. Y cuanto más miro a los mitos, más creo eso de todos los dioses, Dionisio es la perfecta elección para presidir el lugar donde, preguntas como las de Percy, encuentran solución.

Demigods and Monsters [Semidióses y Monstruos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora