Capitulo 45

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¿Hace cuanto no hacia esto?

La lluvia golpeaba contra la ventana, sin embargo el ruido no era violento, reflejaba mas una calma que una ventisca arrebatadora. Suspire, disfrutando la sensación de sus dedos contra mi cabello y mano jugando con la mía. Mas de una vez detuvo sus movimientos y se dedico simplemente a presionar sus labios contra mi coronilla.

Todos sus gestos me estaban derritiendo por dentro y lo único que podía hacer era quedarme quieta, sobre su pecho, cerrando los ojos, sonriendo cada dos por tres y con algo de sueño debido a sus caricias. 

Suspire de nuevo  y me impulse hacia arriba

- No- se quejo e intento empujarme de nuevo hasta su pecho- Acuéstate- pidió con una media sonrisa

- Llevamos mucho tiempo aqui- susurré moviendo mi cuello- es tarde

- La oferta de la re- mudanza sigue en pie- ofreció con una sonrisa

- Jamas me ofreciste eso- señale juntando mis labios

- ¿Necesitaba hacerlo?- exhalo frustrado- Creí que era algo obvio que te quería aqui de nuevo

- Estaba un poco ocupada.. intentando odiarte, como para notarlo- su semblante paso de ser juguetón a serio en una fracción de segundo

Jugo con mi peso y me mantuvo debajo de el por unos segundos, su respiración chocaba con la mía y por mas que intentaba despegarla su mirada no se desconectaba de mis pupilas. 

- No vuelvas a repetir eso- trate de no sentirme intimidada por el tono de su voz, pero falle miserablemente, mordí mi labio inferior sintiendo mi piel ponerse de gallina bajo sus músculos- Por favor, no lo repitas- su voz cálida y melosa envolvió mi respiración, cortándola de inmediato

 No respondí, de alguna manera sentía que no tenia que decirlo, solo cerré mis ojos y conecte mi frente con sus labios. 

De cierta manera sentí sus manos jalarme desde mi cintura, termine con mi rostro escondido en su cuello, la mitad de mi cuerpo sobre el y nuestras piernas entrelazadas. No iba a quejarme. 

- Estas muy callada- comento de repente, dejando de jugar con mi cabello

- Extrañe esto- susurré en su oído, seguido, bese su mejilla cuantas veces yo creí necesario hasta llegar a sus labios

No apresuro nuestros movimientos y yo me sentí cómoda con eso, se sentía tan bien, el hueco en mi estomago y pecho había desaparecido. Todas esas ganas de llorar y la culpa, ya no estaban. Solo quedábamos el, yo y la lluvia.

Sin decir nada, luego de separarnos, me levante y camine hacia la cómoda. Buscando aquel anillo que ya conocía y sabia perfectamente donde guardaba.. Una vez que lo tuve entre mis manos volví hacia la cama, el terciopelo acaricio mis dedos suavemente cuando lo deslizaba por mis extremidades

-¿Que haces?

- No lo se- respondí sinceramente, abriendo la pequeña y aterciopelada caja, el diamante en la cima me deslumbro por segunda vez, no hace falta mencionar que es un anillo precioso. Sin embargo un raro sentimiento se expandía por mi interior

- Dame eso- exigió levantándose para tomar el anillo de mi mano- Me desharé de el

Miré el anillo, lo arrebate delicadamente de sus dedos y lo coloque en mi dedo anular. Lo observe, me guarde la sonrisa que estaba por salir de mis labios, me deleite con la imagen del hermoso anillo en mi mano. 

- ¿Lo quieres?- preguntó confundido, rascando su nuca con la frente arrugada y los ojos entrecerrados- Puedes quedártelo... si quieres

- No- susurré luego de unos segundos, sonreí de lado y retiré el anillo para entregárselo- Es hermoso, pero no es para mi- explique- Puedes conservarlo, no tienes que deshacerte de el por mi culpa

- No lo necesito- menciono, jugueteando con el aro- Supongo que lo mantuve guardado por costumbre- se encogió de hombros- Sentía que si lo guardaba seria como si estuviera esperando para dárselo

- Lo siento

- No tienes por que- me abrazo de lado

- En realidad si, si no hubiera hecho lo que hice, tu estarías ahora mismo con ella- de nuevo, ese sentimiento tan abrumador se abría paso entre mis entrañas

- No tienes la culpa de nada- susurró, tomando mi brazo y poniéndolo bajo sus ojos- Aun siguen aqui- las acaricio con cuidado

Y así era, las marcas ya no tan notorias, aun se podían ver si prestabas mucha atención. Ahora eran solo unas finas lineas amoratadas, como si hubieran sido dibujada sobre mi piel hace un tiempo y el color estuviera desprendiéndose de mi cuerpo. 

- Ya no...- detuve mi habla, el por otro lado, entendió lo que quise decir ya que me sonrió y beso mi frente

- Lo se- comento apretándome contra su pecho- Confió en ti

Casi pude escuchar un inaudible "Me lo prometiste"  tras sus palabras, pero me lo guarde. 

Sentí sus dedos deslizarse por mi cabello, el recorrido no era largo, solo llegaba hasta poco antes de la mitad de mi espalda.

- Lo siento- soltó de repente, separe mi rostro de su pecho y lo mire confundida- Tu cabello

No dije nada, en estos momento las palabras estaban de sobra, solo quería enterrarme entre sus brazos y no pensar en nada. 

La tormenta parecía estar empeorando, los truenos se hicieron presentes, apreté sus brazos cuando me sobresalte por uno y deje que besara mi cabeza e intentara tranquilizarme

- Vamos a dormir

Abrí mis ojos, de todas las cosas que extrañaba esa frase era una de las mas importantes. La delicadeza con la que me lo pedía y sus métodos románticos de susurrarlo en mi oído. 

Asentí, dejando que me arrastrara con el debajo de las sabanas, dejando que acomodara mi cuerpo a su par, rodeara su cuerpo con mis brazos y encerrara mis rostro en el hueco de su cuello. Dejando le total acceso a mis mejillas, cabello y a la escasa piel que se asomaba debajo de mi blusa.

Dejando que la felicidad me invadiera por completo, de nuevo, después de un par de semanas en las que lo único que recordaba eran mis llantos nocturnos y mis ojeras mañaneras. 

Así que me deje, me deje caer por el, pero no se sentía como caer, por que el me sostenía entre sus brazos. Y no parecía tener intenciones de dejarme ir. 


HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora