Capitulo 1

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- NO NO NO- decía mi entrenador mientras me tomaba por la cintura, para bajarme de la barra de equilibrio- Que pasa?- pregunto mirándome con sus brazos cruzados

- Yo...- intente excusarme pero el me interrumpió

-Hace unas semanas, dominabas la coreografía perfectamente, y ahora, pierdes el equilibrio, se te olvida lo que sigue, tus marometas no son bien ejecutadas- dijo y yo bajaba la cabeza, nunca me había sucedido nada como esto, ni parecido

- Lo siento, no se que me pasa- dije con la mirada fija en el piso

- Debes practicar, mas, mañana son las olimpiadas aquí en Londres y debes lucirte si quieres la medalla de oro- dijo el y se alejo de mi- Nos vemos mañana- gritó el dirigiéndose a la puerta

- NOS VEMOS!-grite yo y escuche la puerta cerrarse, me puse de nuevo de pie, en la barra de equilibrio y seguí practicando, con la esperanza de que pudiera ejecutar bien la rutina, pero era en vano no lo lograba

LO SIENTO, olvide presentarme, la gimnasia ocupa toda mi cabeza en estos momentos, soy Charlotte Thompson soy campeona olímpica, en la disciplina clasificada como : Gimnasia, a mis 20 años cuento con 6 medallas de oro, 3 de plata y 5 de bronce, comencé a practicar desde muy pequeña, no tengo familia, vivo sola.

Físicamente, soy pelinegra, morocha, y alta, no tanto, pero un poco, tengo ojos marrones, no sabría describirme psicológicamente o como soy, por que no estoy muy acostumbrada a tratar con las personas, soy muy seria, eso si , y también muy testaruda por lo que ha dicho mi entrenador.

Después de practicar y practicar sin ningún éxito, me di cuenta de que era tarde por lo que decidí, salir del gimnasia y dirigirme a mi casa

- Adiós Mark- me despedí del guardia,al cual conocía desde que era una niña pequeña

- Adiós Charlotte- dijo el, y se despidió con la mano, cerré el portón del gimnasio y comencé a caminar rumbo a mi casa.

Mientras caminaba pensaba y analizaba el por que no lograba ejecutar la rutina con éxito, hace unas semanas la dominaba a la perfección, pero de repente un día, al comenzar a entrenar ya no pude ejecutarla, no había cambiado en nada, desayunaba lo mismo, caminaba lo mismo, corría lo mismo, hacia los mismos estiramientos, mi calentamiento era el mismo, en mi humor no había diferencia, todo estaba exactamente igual, pero, había una diferencia, y la única que era diferente es que YA NO PODÍA EJECUTAR LA RUTINA

Perdía el equilibrio, olvidaba la rutina, me resbalaba, no dominaba las piruetas, casi me mataba en una mortal.

Unas gotas de lluvia impactaron mi cabeza dándome a entender que una lluvia estaba por comenzar, suspire y seguí caminando con el ritmo de siempre, me encantaba la lluvia, me ayudaban a despejar y hacían que me relajar en momentos en los que me ponía tan tensa, como este.

Tenia una suerte terrible, no era solo una lluvia, era una tormenta, debía tener cuidado, seguí caminando abrazándome a mi misma, cuidando mi paso, para no tropezarme con alguna roca o algo parecido, de un momento a otro estaba completamente empapada, bueno en realidad ya lo estaba pero ahora de agua sucia, gracias a que a un carro, se le ocurrió pasar tan rápido que el charco que se había formado en la orilla de la banqueta se elevara y me cubriera completa, "Idiota" murmure entre dientes, y me sacudí como un perro.

Y seguí caminando, seguí caminando y me encontré un frondoso árbol, me refugie abajo de el para que la lluvia no me mojara tanto, pero aun así, seguían impactando mi cabeza, espere algunos minutos recargada en el árbol, esperando que la lluvia cesara, pero al convencerme de que no se detendría ni un poco, me arme de valor, y salí del árbol aun corriendo, llegue a mi auto, maldigo el momento en el que lo deje tan lento, ya hasta me había olvidado de que lo había traído, el parabrisas estaba borroso, no podía ver nada, me recargue en la puerta con mi cabeza en mi mano y suspire repetidas veces

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- grite intentando sacar toda la rabia que tenia acumulada en mi cuerpo, me sentía débil, me sentía impotente, me sentía una inútil, una buena para nada, comencé a golpear el volante una y otra y otra y otra vez, pero mi rabia ni mi furia se iba, solo se acumulaba y aumentaba cada vez mas, encendí el auto, y encendí los limpiaparabrisas para correr la lluvia y al conseguir ver un poco, avance.

Llegue a mi casa, o departamento, y me fui directamente a bañar, prendí el agua caliente, eso era lo que necesitaba, un buen baño relajante, para despejar por fin todas mis ideas, para pensar, para analizar, para encontrar el por que, del que no pueda ejecutar esa maldita rutina que hace unas semanas me quedaba perfecta. no había detalle, no había error, no había defecto que se pudiera detectar, pero ahora, simplemente no podía, no podía ejecutar esa maldita rutina.

El vapor comenzó a relajar mis muscos y yo empecé a despojarme de mis prendas cuidadosa y lentamente, debía disfrutarlo mientras durara, ya que no podía ser para siempre, pero si seria largo, muy muy largo.

Al terminar cepille mi cabello, y humecte mi piel, ate mi cabello en una coleta alta, provocando que este me llegara un poco debajo de los hombros, bostece frente al espejo y me dirigí a la ventana, cerré los ojos un momento y suspire aun con los ojos cerrados, me levante del sillón que se encontraba a lado de la ventana y comencé a desacomodar las sabanas de mi cama a la vez que me deshacía de mis pantuflas.

 Me adentre en mi cama y apague la luz, quedando completamente a obscuras, una vez en esa situación cerré mis ojos para seguido caer en un sueño profundo y relajador.

Mañana seria un día muy largo para mi.

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora