Capitulo 27

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¿Donde estaba?

Esa era una excelente pregunta...

Parecia mi vieja casa, mi viejo edificio, mi viejo apartamento. Mi viejo hogar.

Habia una señora, parecia mi madre. Tenia el cabello oscuro, pasando a negro, su piel era blanca. No tanto pero si lo era notablemente. Tenia una sonrisa. una enorme sonrisa.. Me miraba con ¿amor?

Se parecia a mi mama

- Charlotte, estas en casa- recibi un beso escandaloso en la mejilla- Ven a comer hija

- ¡Si!- era mi voz, mas aguda y chillona, pero sin duda mi voz

Sin embargo yo no habia emitido palabra, estaba muy confundida como para hacerlo. Una pequeña entro en la escena. Tenia el cabello largo y vestia un leotardo, cubria sus piernas con un pantalon deportivo  y su cabello estaba proligamente recogido en una coleta de caballo media.

Era yo. 

- ¡Mi pequeña! - esa era la voz de mi padre, mientras entraba en la habitación y me tomaba entre sus brazos.

Lo recordaba, era algo habitual. Y lo extrañaba demasiado.

Observe como me sentaba en mi silla.

Era extraño, me sentia cerca pero no me veia. Esa niña era yo, pero a la vez no. Era un vivo recuerdo mio, pero yo no me controlaba.

Me observe mientras dormia. Lucia pacifica, como no lo habia estado desde aquel incidente del 27 de Junio. Abrazaba mi manta junto a mi cuerpo mientras mi rspiraciones hacian mi pecho subir y bajar.

Una oleada de tristeza me abordo. Sentí ganas de llorar. Nostalgia, extrañaba a mi madre. Su gritos por la mañana para que me levantara para ir a la escuela, su comida, las miradas entre mi padre y yo, mientras compartiamos el mismo sentimiento de que mi madre simplemente no sabia cocinar. Echaba en menos las veces que mi padre me cargara hasta mi cuarto sostieniendomee en sus braazos y haciendo sonidos extraños de avion, extrañaba los cuentos, las risas, a mi familia.

Los abrazos de mi madre, eso era lo que mas me hacia falta. Sus palabras de consuelo mientras me aprisionaba en sus brazos contra su pecho, la manera en la que acariciaba mi cabello, sus besos sobre mi nuca. 

Un olor extraño. Un olor desagradablemente familiar.

Humo.

- ¡Mama! ¡ Mami! - lloraba en mi cama

- ¡ Charlotte! - los gritos de mi madre me sobresaltaron, estaba junto a la cama. Parada, observando mi pasado.

- ! Hija, hay que irnos-  mis padres pasaron frente a mi, observe como me dieron una gran maleta, y como me llevaron hacia la calle

Observe a mi padre morir de nuevo.

Observe como mi madre yacia en el suelo mientras yo intentaba salir de todo ese humo.

Y hasta ahora me pregunto ¿Por que nadie salio? ¿Por que nadie nos ayudo?

Me vi junto, cuanddo entre de nuevo a salvar a mi madre. Observe como lloraba, sentí mis mejillas humedas. Todo volvio, el dolor, las tristeza, la nostalgia.

- Mama! despierta, despierta! Por favor no me dejes, no me dejes

- ¡Charlotte! Despierta- me sacudian, mi madre desparecia hasta que entre mis brazos no habia nada mas que aire- ¡ Charlotte!

Desperte, abrace a la persona que me estaba sacudiendo. Me acurrucaba contra su pecho mientras la lagrimas salian disparadas de mi ojos, los sollozos no podian ser controlados.

 Habia asumido que lo habia superado, pero el pasado siempre alcanza al presente, no podemos evitaro.

- Fue un sueño, solo un sueño, yo estoy aqui

Sus palabras no me tranquilizaron, su voz no sonaba a Louis pero no preste atención a eso, podria ser un vagabundo, un asesino en serie, un fantasma pero me estaba arropando en sus brazos y eso era todo lo que interesaba. Necesitaba que me abrazaran y esta persona lo estaba haciendo sin quejarse. Mis manos se aferraron a su espalda me enganche a ella como si mi vida dependiera de ello, parecia haber olvidado que esta persona podria estar sufriendo por mis uñas a traves de su piel pero me consideraba suficientemente egoista como para seguir haciendolo.

Aligere mi agarre, escuche un suspiro de su parte, no sabia si era frustración o pesadez, quiza un poco de ambas. Me encontraba quieta, pero aun necesitaba sus brazos alrededor de mi cuerpo, se lo hice saber con un respingo cuando intento separarse. Habia un vacio en mi interior, tenia calor y mi cuerpo estaba humedo. Era una combinación asquerosa, pero en este momento era lo unico que me hacia sentir algo de vida. 

Reuni valor y me separe, mi reacción fue asustarme. Dos ojos caoba se posaron en mi, alarmandose por mis actos, estaba aturdida. Después de aquel abrazo lo esperaba todo menos  el. Habia leido cientos de historias, la mayoria cliches.

El mejor amigo  y amiga, mensajes a un desconocido, inlcuso el contrato por el cual terminaban enamorandose, por un minuto deseo que esta fuera una de esas historias, pero me aferraba a que no seria asi. No era una persona optimista pero aun asi mantenia la esperanza, una esperanza que habia reducido notablemente cuando observe el dichoso anillo. No iba a mentir diciendo que era horrible, por que no lo era, me imagine vistiendolo por el resto de mi vida. Llevandolo como el accesorio mas preciado que llegaria a poseer, me imaginaba a mi misma presumiendolo con un libertinaje casi imposible debido a mi personalidad. Eso no iba a pasar. Ese anillo tenia dueña y mi nombre no llevaba ese titulo. Yo no caminaria al altar hundida en un vestido blanco cubriendo su rostro, ella no recibiria ese anhelado beso de buenos dias por las mañanas, tardes y noches. Yo no era el tipo de persona que el presumiria tener el honor de ser su novia, aunque en secreto ese se habia vuelto su mas grande deseo.

- Charlotte- su voz, no es creible la manera en la que la habia extrañado

Apenas habian pasado pocos dias, pero sopresa o no, yo ya dependia de el total mente de el  para ser feliz. Mordi mi labio sintiendome indefensa, perdida.

Hace un par de meses yo alejaba a cualquiera que intentara interferir en mis pensamientos, pero el, habia destrozado con tanta facilidad los muros que construi hacia años. Lo habia dejado entrar pero no sabia por que ni queria detenerlo

- Estoy asustada- admití y para mi pesar, lo dije en voz alta

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora