_ Llegamos – dijo estacionando en auto enfrente de un pequeño restaurant. Por suerte no era nada lujoso, ya que yo no me sentía muy bien vestida para una ocasión así, así que pude relajarme un poco más al bajar del automóvil. Johnny saludó a uno de los mozos como si lo conociera de toda la vida, y me condujo hacia la parte de atrás del modesto, pero muy lindo lugar. Nos sentamos en una mesa al aire libre, donde solo nos encontrabamos nosotros dos. El paisaje era increíble, seguramente uno de los lugares más hermosos y persuasivo de la zona. Habia como diez tipo de plantas diferentes, todas su diferente atractivo. No podía creer nada de lo que estaba sucediendo. Mi cabeza no dejaba de divagar, hasta que Johnny se acomodó frente a mí.
_ Qué te parece el lugar?
_ Oh Johnny, es... precioso! Nunca me hubiera imaginado un lugar así – dije realmente emocionada
_ Es un alivio escuchar eso de ti, yo nunca he traído a nadie más – dijo mostrando una pequeña sonrisa. Hice ademán de contestar, pero Johnny me interrumpió
_ No digas nada, por favor, sólo quería que lo sepas..
Lo noté nervioso, y mis piernas habian empezado a flanquear nuevamente por causa de sus palabras.
La cena habia transcurrido encantadoramente. Johnny era muy gracioso, nos reimos un buen rato de cosas sin importancia, y tomamos vino. Uno que Johnny habia elejido especialmente para que lo probara. En verdad era delicioso y las copas se iban vaciando a pesar de ya no tener la vajilla sobre la mesa. Johnny se sentó a mi lado y podía oler su perfume, estabamos muy cerca y eso hacia que sintiera cosquillas en todo mi cuerpo. Realmente me atraía, y lo veía más buenmoso que nunca.
_ Creo que ya bebimos demasiado, Johnny – dije riéndome por algo que él había dicho
_ Pues qué rapido te sube el alcohol a ti, mujercita! – dijo corriendo un mechon de pelo de mi rostro – No te preocupes, no dejaré que nada te suceda – luego miró directo a mis ojos, ví como su rostro estaba peligrosamente cerca del mío
_ Nunca? – dije totalmente hipnotizada