O c h o

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(1) estaba leyendo el libro que compró cuando salió con Hiyori.

-Wow, esta historia es muy linda- susurró la chica mientras pasaba la página.

-(1)-

Ella miró por la ventana, aquel Dios estaba en la ventana, estaba mojado.

-¡Yato!-gritó en un susurro, era de madrugada y sus padres estaban durmiendo.

-Hola. Vuelve Yukine.

-Ahí les doy algo para secarse.

La chica buscó un par de toallas y se las dio al Dios y a su tesoro; ellos agradecieron y comenzaron a secarse.

-¿Pasó algo?

-Bishamon.

-Ya veo, con razón no me podía dormir.

-¿No viste nada raro?

-No, esta todo normal. ¿Quieren tomar un té? Así se calientan el cuerpo.

Los tres bajaron a la cocina y ella preparó tres tazas de té, la lluvia no paraba, al contrario se hacía mucho más fuerte.

-Perdón por molestarte (1).- se disculpó el tesoro sagrado, ella sonrió.

-No me molesta.-susurró.

-¿(1)?

-Ay no.

-Hija, querida ¿qué haces levantada?

-Papá, este, no podía dormir y sentí frío por la lluvia, quería tomar algo caliente.

-Bien, pero no te duermas tan tarde, tienes que ir a clases.

-Sí.

Su padre subió las escaleras de regreso a su dormitorio junto con su esposa.

Ella miró al par, ya era costumbre que la gente no notara presencia de ellos.

(...)

-(1), ¿estás bien? Estás distraída.-dijo Mizuki mirando a la nombrada junto con Yumi.

-Lo siento chicas, tuve una noche difícil.

Al llegar al curso ella se sentó en su banco y decidió dormir un rato hasta que el profesor llegara.

Ella estaba en la oscuridad, caminada sobre la nada y no se escuchaba ruido alguno, no veía nada, comenzaba a asustarse. Una pequeña luz se mostró haciendo que ella comenzara a seguirla por ese pequeño camino que mostraba, hasta que la luz frenó, ella lo tocó y todo el lugar se volvió de un tierno rosa con distintos colores y hasta distintos aromas de flores, esas flores las reconocía, Rosa; Jasmin; y hasta una Orquídea. Esos olores le recordaban a su abuela, las veces que la ayudaba con las flores, a cambiar la tierra, las macetas, regarlas y cortar las hojas secas.

-¡Mira abuela, es Bishamon!

Esa niña llena de energía señalaba el cielo una figura del Dios nombrado aparecía entre las nubes. La anciana a su lado sonrío a su nieta.

-Si querida se parece mucho a ella. ¿Recuerdas lo que te dije?

-Sí, Bishamon me protegerá a mi y a todos mis seres queridos.

-Señorita Orihura, despierte.

-(1)-susurró Yumi- hay medialunas.

-¡Sí, comida!-dijo mientras se levantaba con el dedo hacia arriba.-¿Eh?

-Señorita Orihura, si se siente mal le pido por favor que vaya a la enfermería, no quiero que duerma en mi clase.

-Lo siento profesor, solo le pido que me deje ir al baño.

[CONCLUIDO] Enamorada de un Dios [Noragami] »EDITANDO«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora