Aquel Dios acostó a la chica en el suelo aún inconsciente. Kofuku miraba a Yato con tristeza, él estaba confuso ¿qué mierda fue eso? Eso es lo que todos se preguntaban. Él acarició su pelo.
—Yato—habló Yukine mirando el hombro de la chica con mirada seria—, el magna, se expande en su cuerpo.
—¡Agua bendita! ¡Rápido!—ordenó el chico mirando aún más preocupado a su novia.
Yukine y Hiyori buscaron el agua, Kofuku y la chica gato la limpiaron, mientras que Yato fue en busca del viejo Tenji para pedirle ayuda.
—Ahora que hiciste Yato—dijo el viejo al ver al Dios menor entrar a su templo.
—¡Cállate viejo! ¡Escucha! ¡Te necesito! ¡(1) está grave!
—¿Qué es lo que se dice?
—Por favor, ayúdame.
(...)
Aquel dios anciano estaba junto con Mayu, la ex shinki de Yato, estaba revisando a la muchacha, al terminar su cara revelaba todo.
—Está muy mal—dijo—, sí sigue así se convertirá en un ayakashi completo y no podremos detenerla, al menos...
—¿Al menos?—cuestionó Yato temiendo lo peor.
—Al menos que siga así hasta tal punto de tener que matarla—dijo mirando al Dios con ensamble serio.
Nadie dijo nada, todos intercambiaron miradas entre la chica y Yato.
—Yato—habló Tenji, todos dirigieron sus miradas a ellos dos—. Lo digo otra vez, corta tus lazos con ella.
—No.
—¡Yatogami!—exigió él.
—¡He dicho que no!—se defendió— No lo haré.
—Yato—dijo Hiyori tocando el hombro del nombrado—, si tanto amas a (1)-chan, pensarás que cortar tus lazos con ella será lo mejor.
—¡Lo sé!—dijo con la voz quebrada, a lo que todos se sorprendieron— Lo sé, pero no quiero que me olvide—dijo rompiendo en llanto.
Aquella chica se había convertido en la persona más especial para el Dios y cortar esos lazos es realmente doloroso, fingir que no son nada cuando lo fueron todo y que él fuera el único que cargara con el dolor por milenios le resulta lo peor.
—¿No hay otra forma?—preguntó Yukine.
—La hay—dijo Tenji, Yato lo miró con restos de lágrimas en sus ojos, sorbó por la nariz.—, podemos sellar ese recuerdo, reemplazando por algo simple como un desmayo, lo que ella sintió para poder llegar a tener eso fue impotencia, odio, enojo y sobre todo el sentimiento de sobreprotección.
—Hazlo—dijo Yato decidido—, sella ese recuerdo, ahora.
Tenji aceptó de mala gana, sabiendo que tarde o temprano aquel Dios menos tendrá que tomar una decisión importante.
(...)
Aquella chica despertó tras sentir unas manos ajenas sobre su cabeza.
—¿(1)?
Era su Dios, sonrió y asintió, con un poco de ayuda se sentó y miró a Yato.
—¿Qué me pasó?—preguntó.
—Te desmayaste—mintió él.
—Que raro—dijo risueña la chica.
Él soltó una leve risa y tomó de la manó a la chica enlazando sus dedos y mirándose fijamente.
Era un hermoso silencio, poco a poco se iban acercando a los labios ajenos, estaban rozando cuando de repente entra Yukine con una bandeja con comida que Hiyori había preparado diciendo "¡Yato! ¡Le traje comida a (1)!" mientras sonreía.
—¡Yukine! ¡Maldito!
Aquella chica se sonrojó y fingió toser, aquel tesoro sagrado le puso la bandeja sobre su falda ignorando completamente a su maestro.
—Gracias Yukine—sonrió la chica hacia el niño que sonreía a la par de ella.
(...)
—Gracias por acompañarme—agradeció (1) a Yato.
Estaban en la casa de ella, era por la tarde y su madre la había llamado momentos atrás diciendo que debía regresar pronto que estaba por oscurecer.
—Por nada, por algo soy un Dios, ayudo a todos por cinco yenes.
—No tengo cinco yenes, pero si tengo esto—dijo la muchacha tomando de sorpresa al Dios, lo agarró del cuello de la chamarra y lo besó en los labios, él la tomó por la cintura siguiendo el beso.
—Con eso es más que suficiente—dijo sonriente al separarse, le besó la frente—, hablando de cinco yenes, te tengo un regalo.
Se separó un poco de la chica y buscó en el bolsillo de su pantalón encontrando por fin aquel objeto.
—Ta-da, un dije hecho con una moneda de cinco yenes.
Aquella chica ahogó un grito.
—Pero Yato, no me digas que.
—Sí, lo saqué de los ahorros para el templo—dijo sonrojado.
—No puedo aceptarlo.
—Por favor—insistió haciendo morritos—. ¡Puedes tenerlo como un amuleto de la suerte!
Aquella chica dudo en tomarlo, hasta que se dio por vencida por los gestos del Dios.
—Está bien, gracias Yato.
Besó su mejilla y entró a la casa, dejando a Yato con una sonrisa de idiota y con un tono rosado en sus mejilla; él acarició el beso con la yema de los dedos siento calidez y un poco de dolor en su pecho.
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[CONCLUIDO] Enamorada de un Dios [Noragami] »EDITANDO«
Losowe"¿Quién dijo que los fantasmas son mentiras? ¿Quién lo prueba? ¿Sólo hay un Dios? ¿Hay muchos? ¿Cómo son? Pues, yo lo sé, y te lo puedo explicar, aunque eso vaya en contra de mi fe." #9 en Hiyori [09.05.2018] #29 en Noragami [09.05.2018] #711 en esp...