D i e c i s é i s.

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—Danny, espera.

Aquella chica trotaba hacia el mencionado, habían terminando nuevamente un día de universidad.

—Llegas tarde.

—Eso es porque no me esperaste a que terminara de hablar con el profesor— reprochó ella.

Él rió suavemente, tomo de la mano a (1) y la atrajo hacia ella para darle un beso en la frente.

—Lo siento, ahora como recompensa, te voy a llevar a la librería.

—¡Si!

Ambos rieron, y juntos de la mano encaminaron hacia la librería más cercana dónde ella prácticamente fue corriendo como alma que lleva el diablo. Comenzó a ver los múltiples libros de literatura juvenil.

Danny miraba a la chica con una sonrisa, adoraba cuando veía sus ojos brillar, era una linda sensación y le provocaba ternura.

—¡Mira Danny! ¡Hay un nuevo libro de mi autora favorita!

Aquel chico miró el libro que le mostraba, era la autora de "Enamorada de un Dios" qué ella le prestó una vez y que le gustó mucho.

—¿Lo vas a comprar?

—No—dijo desanimada la chica—, ahora no tengo dinero.

El chico sintió lástima por ella.

—Te lo regalo.

Aquella chica le volvieron a brillar los ojos y se lanzó a sus brazos para besar su labios, a lo que él correspondió.

(...)

—Tienen una bebita sana, su corazón late y es muy energética, así que no se preocupen, la bebé está bien—dijo la doctora mientras le limpiaba el gel del vientre de (1)—. Por cierto mamá, debe cuidarse, comer más frutas y verduras para que usted no suba de peso y mucho menos la bebé.

—Claro—dijo ella sonriendo.

Le dieron los avances del embarazo junto con la ecografía. Ella se sentó en unas sillas a esperar a su marido, ya que fue a comprarle algo para tomar.

—La doctora dice que estás bien bebé, me alegro—dijo mientras acariciaba su vientre.

A su lado se sentó un chico con ropa deportiva que estaba con un niño, el niño miró a la chica y su vientre, ella sonrió hacia el niño y miró sus ojos, algo en ella decía que lo conocía.

—Yuki, toma.

El chico de ropa deportiva le dio un caramelo, ella miró al chico, sus ojos azules brillaban como la luz de la luna llena, la atrajo por un momento y sintió calidez en su pecho.

—Señorita ¿qué va a ser?—preguntó el niño sonriendo.

—Es una niña—respondió de la misma forma.

—Que lindo, felicidades.

—Gracias pequeño.

Por reflejo le despeinó el cabello, retiró su mano avergonzada ante la mirada del pelinegro.

—L-Lo siento.

—No pasa nada—dijo el chico de ropa deportiva—, es normal—susurró para sí.

—Cariño, vamos.

Danny ayudó a su mujer, ella saludó al niño que le correspondió el saludo, mientras que el otro chico miraba de reojo a la pareja.

—¿Estás bien Yato?

—Sí, estoy muy bien, me alegra que ella sea feliz.



[CONCLUIDO] Enamorada de un Dios [Noragami] »EDITANDO«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora