Aquel Dios miraba a las chicas que estaban cocinando juntas para pasar la noche juntos.
Ambas sonreían, todos estaban felices, menos él y Yukine.
—¿Yato?— él miró a su novia — ¿Estás bien?
—Eh, si, estoy bien.
Mintió, mintió completamente sólo para hacerla feliz a ella a pesar de que eso lo llevaba a él al sufrimiento.
(...)
Ella estaba sola en casa, sus padres estaban nuevamente en el trabajo. Decidió tomar un baño largo, además de quedarse un buen rato en la bañera, quería despejarse, sentís que necesitaba una ducha relajante para sacarse el estrés.
—Que bien se siente —dijo la muchacha mientras sentía como el agua tibia de la tina envolvía su cuerpo.
—Siempre tuve la fantasía de bañarme contigo.
Ella se volteó viendo a Yato mirándola desde el umbral de la puerta con una sonrisa traviesa en sus labios.
—Y-Yato.
—No te pongas nerviosa, como si nunca hubiera visto tu cuerpo desnudo.
Ella se sonrojó al recordar las múltiples veces que tuvieron intimidad.
—Mira te pusiste roja, que linda.
El Dios despojaba sus ropas para entrar en la tina con su novia, quedando frente a ella.
—Te ves muy linda de ésta forma.
—Basta, me pones nerviosa.
El chico la tomó de las manos acariciando el dorsal de las mismas con su pulgar.
—Te amo
Pronunció él con todo el alma.
Ella sonrió y le dijo las mismas palabras transmitiendo el mismo sentimiento.
—Date vuelta, te quiero abrazar.
La chica le hizo caso y él la abrazo quedando ella entre sus piernas.
No hacían nada, sólo se abrazaban y se daban mimos y uno que otro beso, pero nada más. El momento era único para él y no quería hacer más nada que abrazarla y ofrecerle cariño.
(...)
Aquella chica miraba a su amiga mientras comían un helado juntos, él no volvió a confesarle sus sentimientos, y (1) lo seguía tratando igual que antes.
Desde arriba de un árbol Yukine y Yato miraban a (1).
—¿Estás seguro?
—Si, Yukine. Muy seguro.
—Pero.
—Es por el bien de ambas.
(...)
Yato entró por la ventana de (1), sorprendiendo a ambas chicas que se juntaron para hacer una pijamada juntas.
—Hola chicas, yo...vengo a saludar junto con Yukine— mintió.
En si rostro se podía ver la tristeza y preocupación, no quería hacerlo, pero si era por el bien de ella ya no importaba.
—Ven, Sekki.
Dijo unas oraciones y aquellas chicas se desmayaron, frente al Dios aparecieron hilos rojos, cada una saliendo de la mente de ellas junto con los recuerdos de cada una.
El Dios comenzó a llorar, era lo peor que estaba haciendo, borrar sus recuerdos, obligando a que se olvidaran de ellos dos y de todo lo relacionado con el mundo de los fantasmas. Primero concedió el deseo de Hiyori, volviéndola humana y borró aquellos recuerdos y cortó los hilos que la unía al mundo de los muertos.
Miró a su novia, aquellos recuerdos de ellos dos y con el resto de sus conocidos y amigos, borró sus recuerdos y cortó los hilos pero. Al querer cortar el hilo que lo unía a ella dudó. ¿De verdad quería hacerlo?
—Yato.
Yukine le habló, salió de sus pensamientos.
—No dudes, es por el bien de ellas ¿no?
Él asintió y cortó aquel hilo sintiendo un vacío inmenso.
Todo volvió a la normalidad, ellas dormidas pensando que nada cambió mientras que Yato lloraba aguantando el grito mientras salía por aquella ventana.
(...)
—Hiyori.
Aquella chica gato despertó mirando a su amiga sintiendo un pequeño vacío.
Bajaron a desayunar y entre ellas se preguntaban cosas, tratando de averiguar algo.
—¿No habrá sido un sueño?— preguntó Hiyori.
—Parecía tan real—dijo (1).
Miró su pecho descubriendo un collar con una moneda de cinco yenes.
—¿Siempre lo tuviste?—preguntó su amiga mirando a ella.
—Se ve que sí, y siento que es algo importante para mí.
—No recuerdo nada.
—No importa.
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[CONCLUIDO] Enamorada de un Dios [Noragami] »EDITANDO«
Random"¿Quién dijo que los fantasmas son mentiras? ¿Quién lo prueba? ¿Sólo hay un Dios? ¿Hay muchos? ¿Cómo son? Pues, yo lo sé, y te lo puedo explicar, aunque eso vaya en contra de mi fe." #9 en Hiyori [09.05.2018] #29 en Noragami [09.05.2018] #711 en esp...