Un golpe de pasión

50 5 0
                                    

Hasta ese día... ese día que aun puedo recordar muy claro en mi mente. Ese día que me lleno de tanta locura.
Jane y Cristina decidieron hacer una pequeña celebración por su recuperación así que fueron de compras por algunas cosas. Yo aún no despertaba ya que la noche anterior me había desvelado. Cuando salí de la habitación me tropecé con Marc, él se detuvo y me miro, yo fingí no haberlo visto. Salí a tomar un poco de aire y fue ahí cuando me di cuenta que él y yo estábamos completamente solos en la casa. Sentí miedo, pero me calmo una sonrisa traviesa que se me escapa. Corrí a mi habitación a toda prisa antes de que se me ocurriera hablarle. En medio del pasillo resbalé y caí justamente sobre él. Sus manos estaban en mi trasero y su boca en mis pechos. Lo mire sonrojada e intente levantarme, pero el agarro mi trasero con más fuerza logrando que se me escapara un leve gemido. El quito sus manos y yo me levante rápidamente. El me pego a la pared haciendo que mi corazón no se calmara, tomo mis piernas y las puso alrededor de su cintura y comenzó a besar mi cuello con desesperación, se podía sentir el deseo y la pasión. Yo no podía controlarme, agarre su cabello con fuerza y comencé a respirar muy agitada. Cuando de repente se escuchó un sonido en la entrada principal. Quité sus manos con tanta fuerza que caí en el suelo. En eso entró Cristina y me vio tirada en el suelo.
-¡¿Siana estas bien?! Marc, levántala por favor.
Me levante con un fuerte dolor en mi pierna y camine hasta mi habitación sin fuerzas. Marc abrió la puerta para que entráramos y comenzó a burlarse en voz baja.
-¿Te dolió? Preguntó de forma burlona.
- No es gracioso Marc. -susurre-
Jane entro corriendo y me miro.
-¿Cómo te caíste?
- Resbale por el pasillo de camino a mi habitación.
-Marc, ve por hielo. Dijo Cristina.
- Estoy bien, solo quiero recostarme un poco. No se preocupen por mí.
Me senté en un sofá que había en la habitación y les pedí que me dejaran un momento. Con la excusa de que quitaría mi pantalón para ver mi pierna. Pero Cristina insistió en quedarse conmigo. Me ayudo a quitar el pantalón y puso un poco de hielo que había traído Marc.
-Yo puedo hacerlo sola, ve y ayuda a tu hermana. Le pedí con una suave voz.
-Marc la ayudara a ella. Ahora quédate quieta y permíteme ayudarte a ti.
Mordí mi labio pensando en lo que había sucedido. Me sentía extraña, tenía un sentimiento de culpabilidad, pero a la vez mi corazón latía con tanta fuerza. Sentí que me estaba enfermando.
Jane entro a la habitación y se sentó junto a mí.
-Siana ¿Quieres un masaje?
-¿Qué? No quiero un masaje, son un par de exageradas.
*Risa * -No seas malagradecida tonta. Dijo Jane.
Yo ni siquiera podía verla a la cara directamente. Solo miraba el suelo, pensé que era sentimiento de culpa, pero creo que era lastima por ella.
-¿Has escuchado hablar del hilo rojo? Dije sin tan solo pensarlos dos veces.
-Creo que si....
- Yo nunca lo había escuchado antes. Interrumpió Jane.
-Cuando dos personas están destinadas, no hay fuerza, no hay mal y no hay persona que pueda separarlos. Durante nuestras vidas pensamos que estamos caminando sin rumbo, pero estamos caminando de acuerdo al hilo rojo. Es como un guía que te llevara al otro lado de ese hilo. Donde se encontrara otra persona siguiendo justamente el mismo camino que tú. Pensando que solo camina de acuerdo a donde él quiera, pero ni el hombre más fuerte podría aguantarse a seguir ese camino. Entonces cuando te encuentras con esa persona sientes que tu vida comienza a tener sentido. Ahí es cuando te das cuenta que esa persona es la que estuviste buscando aun sin haberla buscado. Porque cuando el amor es verdadero no tienes que tener preocupaciones, ni miedo, tampoco celos, porque cuando algo realmente es para ti, es porque es para ti. No pienses que si una persona se va es porque no te amó, tal vez si te amó, pero cuando comenzamos una relación lo primero que pensamos es "Tal vez esto no sea para siemp....
Me detuve un instante sintiéndome la persona más tonta del mundo y mire la cara de Jane y Cristina... Cuando las mire ambas estaban completamente asombradas. Lo que más me impacto fue ver a Marc parado en la puerta. Hice silencio unos instantes pensando en lo que había dicho.
-Eso fue lo más increíble que había escuchado en mi vida. Dijo Jane.
- A veces las personas necesitamos escuchar esas palabras justo en el momento indicado. ¡Yo termine con Daniel! Dijo Cristina.
Jane la miro y comenzó a reír.
-Cristina por favor. No te vayas a poner sentimental.
Las mire y comencé a reír. Ni siquiera yo entendía porque había dicho todo eso. Solo quería olvidar lo que dije. Mire a la puerta y Marc ya no estaba. Entonces me sentí completamente incomoda. Queriendo saber lo que él estaría pensando luego de escucharme decir todo eso.

Tres lunas atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora