Trabajo del destino

58 6 0
                                    

Al día siguiente cuando abrí los ojos y mire el reloj, Era tardísimo. ¡Iba media hora tarde! Corrí desesperadamente por toda la casa cuando de repente sonó el timbre. Deje todo lo que estaba haciendo y Salí a atender. Abrí la puerta lentamente y allí estaba Jane con unas flores en las manos. Agradeciéndome por haber salvado a su hermana. Intercambiamos unas cuantas palabras hasta que fueron interrumpidas por una horrible explosión. Ambas caímos en el suelo aterradas, En cuanto abrí los ojos mi mundo se destruyó, quede totalmente espantada cuando vi que la explosión salía de mi casa. Ella llamo a emergencias, y yo totalmente en 'Shock' Seguía mirando mi casa, mi hogar, mirando cómo era apagado y salvaban algunas cosas. Nadie supo cómo llego a suceder algo así, mucho menos yo. No sabía cómo podía ser eso posible.

Me llevaron a un lugar para curar mis heridas en el rostro debido a los cristales, Y yo aún no podía decir nada. Solo pensaba en que sería de mí. Jane me pidió que me quedara en su casa, por un tiempo. Mis lágrimas bajaban sin control alguno, era todo lo que tenía y lo había perdido. De camino a su casa Yo miraba por el cristal pensando en que había pasado con mi vida.

Nos detuvimos a recoger a Cristina en el hospital. Cuando Jane Le conto lo que había pasado, ella no lo podía creer y sus palabras simplemente fueron: "Esto es cosa del destino" me pidió que me quedara en su casa y así podríamos estar más tiempo juntas y que sería parte de su agradecimiento. Pero Jane insistía en que me quedara con ella. Yo no prestaba mucha atención a lo que decían, yo aún intentaba aceptar la realidad de que me había quedado sin un hogar.
Entre las discusiones Cristina gano con tan solo decir que yo podría cuidarla. Llegamos a la casa de Cristina, cuando la puerta se abrió, hizo un fuerte viento. Me voltee un poco despreocupada. En ese instante cuando lo vi, mi corazón se paralizo, me paralicé completamente y no me salía palabra alguna. Era el chico con el que me había tropezado. ¿Qué hacia el ahí? Él no estaba muy sorprendido, en cuanto a Jane y Cristina, ellas no paraban de hablar y hablar.

Cristina comenzó a llamarme: "Siana", "Siana"

La mire un poco perdida- "Cristina, No puedo estar aquí, debo agradecerte por tu buen gesto, pero no debo aquí"

Me voltee lentamente y camine en busca de algún taxi. De pronto sentí una mano en mi hombro que hacia pesado todo mi cuerpo, me impedía dar un paso más. Entonces escuche su voz, una voz tan dulce y a la vez tan seductora que decía

-"¿Hay algo que te incomoda aquí?", "Es un buen gesto que hace mi chica y mi cuñada por ti"

Di media vuelta y le mire muy seria

- "No me molesta nada aquí, solo no me gustaría despertar todos los días aquí" Pero el insistió

Cinco minutos después me encontraba en mi nueva habitación. Mire alrededor y no podía sentirme llena ni vacía, llegaba a mí la imagen de el... Me acosté y pase largas horas encerradas en la habitación, sin salir, sin hablar, sin poder pensar en mi propia vida. Me sentía completamente perdida en ese lugar. De momento tocaron mi puerta.

-Oye, tú. ¿Niña, sigues viva? Dijo el con tono sarcástico.

- Estoy en proceso de muerte. Respondí de forma juguetona.

Dio dos golpes con su mano a la puerta y entro a la habitación. Di un brinco y me senté de inmediato.

-¿Sucede algo? Pregunte de manera seria

- No has salido de aquí en todo el día, ¿Quieres comer algo?

- Estoy bien, no tengo apetito.

- Jane y Yo hemos decidido quedarnos unos días en casa de mi cuñada a lo que ella se mejora. Espero nos llevemos bien.

-Dudo que eso sea posible.

-¿Sigues molesta por lo del café en tu ropa?

-Sorprendida- -¿Recuerdas lo que hiciste y aun no me has pedido perdón?

-Sonrisa de burla- Las personas deben pagar de alguna manera cuando se meten en mi camino.

Él se levantó sin decir más y salió de la habitación, dejándome curiosa y llena de terribles sensaciones. Así comenzaron a pasar las semanas.

Tres lunas atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora