Responde rápido

17 1 0
                                    

-Te haré unas preguntas rápido y debes responder muy rápido. ¿De acuerdo? Dijo algo nervioso y sonriente.

-De acuerdo.
-¿Me amas?
-Te amo más que a mi vida.
-¿Eres feliz conmigo?
-Soy muy feliz contigo.
-¿Hay algo que te moleste de mi?
-No me molesta nada de ti.
-¿Que es lo más que te gusta de mi?
-Me gusta todo de ti Marc.
-¿Te casarías conmigo?

Me quede completamente en shock en ese momento. Marc se levanto y se acerco a mi lado poniéndose de rodillas. Sacó un hermoso anillo y repitió.

-Princesa ¿Te casarías conmigo?

Comencé a llorar y a decir que sí con mi cabeza. Puso el anillo en mi dedo y tomo mi rostro con ambas manos para regalarme un beso. La emoción invadía todo mi cuerpo y la cara de felicidad de el me hacia explotar en pura felicidad.

Esa noche la luna parecía esconderse por alguna razón. Habían pocas estrellas en el cielo, pero las velas que conducían nuestro camino daba luz a nuestros rostros. Marc lucía completamente hermoso, su piel perfecta y sus labios rosados naturalmente. Sus ojos brillantes y su mentón fino y marcado. Su cuello apetecible y sus manos frías acariciando mi rostro. Cada palabra sonaba hermosa al salir de esos labios y llegar a mis oídos. Su sonrisa conectada a la mía que escabullia de mis labios entre mis palabras. La noche más hermosa de toda mi vida. Justo en medio de esa escena sentí algo en mi vientre. Un movimiento brusco que me hacia cerrar los ojos y sonreír.

-Alguien aquí quiere un poco del amor de papá.

Marc bajó hasta mi vientre y le dio un gran beso. Yo seguía sin entender como era posible que existiera una persona tan encantadora. Que quitará mi malhumor y que cada lágrima fuera sustituida por sonrisas. Jamás pensé sentirme tan enamorada de alguien como lo estoy ahora. El amor da miedo hasta que encuentras un pedazo de perfección, que sus miles de defectos sean perfectos para ti y que tus defectos sean hermosas virtudes para el.

Luego de unas horas la noche comenzó a volverse más fría. Muchas de las velas se habían apagados. Así que Marc me cargó en sus brazos hasta el auto. Miraba el anillo mientras le contaba por el celular a Anastasia todo lo que había sucedido. Con mi rostro ruborizado intentaba no mirar fijamente a Marc. Me ponía tan tonta verlo sonreír. El celular de Marc comenzó a sonar. Respondió mediante el "Bluetooth" del auto y una mujer dijo.

-¡Marc, les dije que esto no se iba a quedar así!
-¡¿Jane que diablos sucede contigo?!

Pero sus palabras no terminaron bien y un carro que salía de la nada impactó con nosotros dando justamente al lado donde me encontraba...

Tres lunas atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora