¿Que sucede con este hilo?

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Para mi sorpresa la reunión era dirigida por un guapo joven. Llamado MARC. Nada más y nada menos que él. Intente de levantarme de la silla, pero Edward se levantó antes y dijo:
-Espero que no les moleste que venga acompañado. Ella es mi asistente, es nueva y quería mostrarle como funcionaria todo.
Todos muy felices me felicitaron y comenzaron a hablarme de cómo eran las cosas en ese lugar. Algunos me citaron en diferentes lugares para poder hablar más sobre el tema. Mire a Edward un poco asustada.
-Felicidades por su nuevo empleo señorita. -Dijo el con una sonrisa.
Me sentí un poco incomoda por su acto. A pesar de ser tan gentil sentí que él hacía demasiado por mí. Todo lo hacía con un buen gesto. Sin embargo mire a Marc. El mostraba absoluta seriedad. Se levantó y sin tan siquiera dirigirme la palabra comenzó su reunión. Al salir de esa reunión el paso por mi lado como si yo no existiera, Edward me miro y luego lo llamo.
-Marc, ¿Cómo has estado?
-Muy bien. ¿y tú Edward?
-Muy bien.
Ambos se saludaron de la mano y Edward le invito a almorzar con nosotros. Llegamos a un lugar muy bonito y allí ambos comenzaron a hablar de negocio, pero Marc seguía sin mirarme a la cara. En ese instante Jane comenzó a llamar a mi celular. Me disculpe un segundo y salí a atender.
-Estoy un poco ocupada Jane. ¿Sucede algo?
-¿Olvidaste que quedamos en vernos?
-Lo siento, iré en este instante. Me encuentro a unos 15 minutos de allí.
Entre por mi cartera y me voltee.
-¿A dónde iras? Pregunto Edward.
-Me acaban de llamar, debo irme.
-Lleva mi auto, yo regresare en taxi.
Me paso su llave, pero yo insistí varias veces en que podía ir caminando. Luego de insistir el como siempre gano. Llegue a aquel lugar donde estaba Jane sentada de espaldas al cristal que daba a la calle.
-Jane, ¿Cómo estás?
-Siana... No quiero darle vueltas al asunto así que por favor toma asiento. Sera rápido.
Me senté un poco preocupada y sintiendo que sabía todo lo que iba a decir.
-¿Te gusta? Pregunto con un tono de seriedad.
-¿Gustarme que? Respondí fingiendo no saber.
-Aquel día cuando hablaste el hilo rojo. Yo entendí que tenías a alguien, pero también entendí que yo no tenía a nadie. Eh decidido buscarlo.
-¿A caso no es Marc?
Ella bajo su mirada y tomo mis manos. Eres una persona increíble, cuando hablas sorprendes a las personas. Con inteligencia y no solo con belleza, yo solo llame su atención por mi belleza y mis mentiras. Sin embargo tú desde el día que llegaste a esa casa le llamaste la atención.
-¡ERES UNA MALDITA! Grito mientras todos se daban la vuelta a mirar aquella terrible escena.
En ese instante llego Cristina muy molesta y comenzó a gritarme. Ambas se pusieron furiosas y nos sacaron a todas de aquel lugar. Pero ellas no entendían y seguían gritando sin tan siquiera dejarme decir una sola palabra. En eso la policía nos sacó a las tres y nos llevaron.
Minutos después llego Edward y Marc. Edward me saco de aquel lugar y Marc me miro enojado.
-¿Ahora eres feliz? Dijo Marc mientras abrazaba a Jane.
-Vámonos. Dijo Edward disgustado con aquella situación.
Me fui con Edward mientras mis lágrimas salían sin control alguno. El me brindo un pañuelo que traía con él y me pidió que no llorara más.
-Tu sabias que era el ¿cierto? Le pregunte con lágrimas en los ojos.
-Si... Por eso te pedí que vinieras conmigo. Por eso te hice mi asistente.
-No debiste Edward. Mira los problemas que tienes por mi culpa.
-Yo no veo ningún problema, pequeña. Excepto las lágrimas en tus ojos y es por eso que quiero curar cada herida que tengas en ti.
Ambos fuimos a un lago que él había visto en algunas imágenes. Nos sentamos en un muelle un poco antiguo, pero muy bonito.
-¿Cómo te llamas? Pregunto.
-¿Nunca te dije mi nombre?
-Permíteme adivinar. ¿Isabel?
-No ¿Por qué ese?
-Es un hermoso nombre para una hermosa chica.
-Me llamo Siana.
- Es aún más hermoso. Dijo mientras me regalaba una hermosa sonrisa.
-Gracias, Y ¿Que me cuentas de ti Edward? Dije por cambiar el tema.
-Voy a ser papá. Espero tener un bebe pronto en mis brazos.
Mire el brillo en sus ojos y su hermosa sonrisa contagiosa y le sonreí.
-Debes estar muy feliz. Te envidio.
-Voy a adoptar a una niña. Ya que mi pareja y yo no podemos tener hijos.
-¿Por qué?, Bueno sé que no debo preguntar esas cosas, pero quiero saber.
-Mi pareja.... Es un hombre.
Me puse pálida unos minutos, agradeciendo no haber dicho nada incómodo y volví a sonreírle. No soy el tipo de persona que juzga a nadie y menos a él que hacía todo por mí.
-Yo te deseo lo mejor Edward a ambos. Les deseo eterna felicidad y una niña muy guapa.
-¿Así de guapa como tú, pequeña? Dijo mientras acariciaba mi mejilla.
Esa noche volvimos al hotel, vimos algunas películas y me quede completamente dormida en sus piernas. Pude sentir cuando me levanto y me llevo a mi cama, pero no me moleste, no me sentí incomoda. Sentí que lo quería y que comenzaba a tenerle gran afecto. Así pasamos un mes, un hermoso mes de gran amistad. Incluso comencé a olvidar a Marc. A borrar los recuerdos de él que aún permanecían en mi cuerpo y mi ser...

Tres lunas atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora