Capitulo 10: Preocupaciones

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Anteriormente

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Efectivamente, ella se encontraba en su habitación, luego de querer frotar los ojos con ambas manos para comprobar que miraba bien, y no solo eso, miraba la cara de preocupación de Joel, las de furia de las empleadas que estaban en su cuarto y por último que la dejo desconcertada fue ver a la señora Peak tendida en el piso más pálida que de costumbre, no lograba hacer que encajara nada. Si hace casi nada se encontraba junto a lo que parecía la casa del Mago.

Y Ahora estaba en su casa, tal vez lo que le estaba pasando si era sumamente grave, ya no solo es la somnolencia repentina y pesada que sufría, ahora tenía alucinaciones extremadamente reales. Porque así se sentí, sumamente aliviada tras ver a su compañero de la infancia tras casi 10 años de no verlo.

-¿Te sientes bien Leonor? - Esas palabras la sacaron de sus aturdidos y confundidos pensamientos. Levantando la cabeza luego de haberla enterrado entre sus manos en señal de frustración.

- No lo sé Joel. - Comento sumamente perdida.

- ¿Es algo grave? - Preocupación. Eso era lo que se leía en el rostro de Joel.

- Tal vez... debo preguntarte... -

Y así le relato lo que le ha estado pasando la última semana, sobre su repentino cansancio y lo que la estaba alterando de verdad, y era que ya se estaba alucinando cosas. Pero ciertamente todo ocurrió de manera real... - "Como si fuera Magia." -

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Una pequeña linterna alumbrando su garganta mientras ella sacaba su lengua con ayuda de una insípida paleta de matera. El doctor observaba minuciosamente de algún desperfecto en el interior, más allá de sus amígdalas.

Estaba realizando el chequeo que los médicos tienen en su protocolo: pulmones, reflejos, pulso, corazón, garganta y por ultimo vista.

Luego de aquel repentino despertar a su casa, sin tener idea de cómo rayos llego a su cama y mucho menos de como Joel se enteró de que algo malo pasaba con ella, ahora se encontraba en su cuarto realizándole un chequeo con el médico privado de su padre, a un Joel sentado en el sofá moviendo ambas piernas y el bastón en señal de ansiedad y todo el personal alrededor de su habitación. Algunos expectantes por alguna emergencia Joel los había llamado, otros extrañados y la gran mayoría aliviados con una pisca de enojo en sus miradas. Por alguna razón, Leonor presentía que esas miradas se debían a su causa, y no era para menos, si tenía en cuenta la delicada salud de un ser querido para ellos, y de cómo estuvieron a punto de presenciar una tragedia por su descuido. Los comprendía muy bien y para tratar de apaciguar su rabia, Leonor de vez en cuando mandaba sonrisas nerviosas a las empleadas, pidiéndoles de esa manera disculpas.

-Bueno- dijo el médico tras hacer varios apuntes en su placa. - todo parece estar en orden señor. -

Con esas palabras, todo el peso de la habitación se esfumo en un largo suspiro al unísono de todos los presentes, excepto de Leonor y el médico.

-¿Me encuentro bien? - Pregunto Leonor no muy convencida.

- ¿El cielo es azul Leonor? - Dijo el médico sin pelos en la lengua.

El Mago y El AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora