El Mago y El Angel

Capitulo 1: Comienzo...

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La VIDA es lo más complicado e indescifrable, pero al mismo tiempo, lo más bello y perfecto que existe. La naturaleza es lo que nunca llegaremos a superar por más que lo intentemos, ya que, esta fuerza que nadie ha visto ni comprendido, es lo que nos ha hecho evolucionar según las necesidades de nuestros cuerpos a medida que cambian nuestro entorno y razonamiento. A medida que vamos avanzando atreves de los siglos, más nos acercamos a nuestra perdición. Ya que la llamada “Curiosidad Humana”, en algunas ocasiones, es sumamente peligrosa.

¿Cuántas personas han caído en la locura, por el vivo y puro deseo de saber hasta el fondo de la realidad?, ¿Cuántos han dado su vida por entera a los estudios de científicos?

Lo cierto nunca existirá la vida eterna. La naturaleza nos ha moldeado para seguir el ciclo inquebrantable de vida, ese tema muy visto en el ámbito escolar. Naces – Creces - Reproduces -  Mueres.

Pero un hombre llamado Joel Guthembergh, uno de los más reconocidos científicos de Inglaterra en genética. Querrá romper esa barrera. El estará  dispuesto a descubrí, donde es capaz de llegar el cuerpo humano, que puede motivarlo a seguir con vida, cuando su vejez sea destacada. Sus investigaciones iniciaron cuando él contaba con 32 años de edad en la década de 40.

En su vida solo tuvo una esposa quien amo con todo el corazón. Pero un acontecimiento feliz hizo una pausa a su incesante búsqueda. Su primer hijo nacería dentro de nueve meces. Esa época fue una de las más felices para este hombre de la ciencia. Hasta que llego el día del parto. Tras unas horas en la sala de espera y sin ninguna noticia de su hijo y esposa, Joel se estaba poniendo impaciente. Dentro de 20 minutos llego la noticia de que su esposa murió durante el parto llevándose a su hijo con ella. Joel destrozado por la noticia.

Juro no volver a casarse.

Enterrando a su única familia, sus deseos por la ciencia, volvieron a florecer con mucha más raíz que antes. Y así paso el resto de su vida buscando vestigios uno tras otro y otro. Fue fiel a su juramento, pero no pudo llego a su meta. A los 70 años Joel ya presentaba los vestigios de la vejez. Por sus incapacidades, tuvo que concluir su investigación. Viendo que toda su vida no tuvo ningún sentido, llego a un momento de depresión. Fue grande el golpe de su tristeza que termino en silla de ruedas, sus miembros se encontraban entumecidos y extrañamente no los podía mover. El doctor le diagnostico estrés pos traumático y que si él quería podría volver a caminar. Pero este anciano solo vivía sus días esperando a que su cuerpo se consumiera solo, que un día no sería capaz de abrir sus ojos.

Todo cambio, cuando llego la noticia de una mujer quien resucito de un accidente fatal. Los doctores que la atendía, juraban que ellos no le daban muchas esperanzas para que ella volviera a la vida. Pero la mujer luego de unos días presento mejoras que ellos no habían pronosticado. Lo llamaron un auténtico milagro el que esa señora volviera a caminar por si sola luego de haberse fracturado la pelvis.

Quedando asombrado por la fuerza de voluntad, Joel quiso saber, ¿Que llevo a esa mujer a recuperarse de tal manera? Como si lo escucharan. El reportero anuncio una entrevista exclusiva de la señora. Preguntándole, ¿Qué la llevo a levantarse y luchar por su vida?

Ella solo saco una fotografía de su bolcillo, mostrándola a la cámara con lágrimas en los ojos diciendo:

-Ellos me dieron la fuerza de voluntad… porque me necesitaban y yo también los necesito… conmigo- mostro una fotografía con ella y dos pequeños abrazándola por el cuello, mirando a la cámara sonrientes. Todo quedo claro.

¡Una especie de Epifanía apareció para Joel!

Pero claro. Él contaba con sus razones para seguir con su meta. Pero debía buscar otro modo de saber. Como si él fuera un sujeto de prueba. Se dio cuenta que su verdadera razón se había ido hace mucho tiempo. Y si lo que le paso a esa mujer fue un verdadero milagro, él quería saber si ese tipo de razón funcionaria con él.

En cierta forma, los científicos son algo escéptico a la hora de escuchar estigmas y señales divinas. Pero él estaba casi delirando por lo que no era consciente de lo que decía en palabras. Tomo una decisión. Usaría su cuerpo decaído y sin vida como prueba para saber hasta qué punto podría llegar. ¿Qué lo haría levantarse de esa silla?, ¿Qué motivación serviría para este caso?. No tenía familia, mucho menos hijos. No tenía ningún motivo para que sus extremidades se elevaran por su voluntad. Entonces encontraría un motivo.

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Días después

-No sé si usted sea el más indicado para adoptar Señor- Replico la directora del orfanato “Hogar de Pony” (Inspirado en la primera serie de Anime infantil de mamá), ante la presencia de Joel. Más que nada porque él no estaba en condiciones. Aceptaría una pareja de 20 o 30 años. Pero un anciano de casi 80 años, era alguien inadecuado para la crianza de un niño.

-Escúcheme Directora… - De suplicante- estoy en mis últimos años, he pasado toda mi vida solo, y ahora solo quiero la alegría de que fui padre aunque sea una vez.-Bajando la cabeza.

- Es un poco egoísta de su parte Señor…  ¿Se da cuenta?- Dijo seriamente- dejar que un niño junto a usted su amarga y corta vida, para sentirse satisfecho- Con cierta decepción en su mirada.

-Solo deme una oportunidad. - Volvió a insistir Joel.

-Eso no es suficiente Señor. Para la crianza de un niño se necesita vitalidad y seguridad. Como va jugar con el si usted está en una silla de ruedas. Como se sentira seguro si está a punto de morir. Prácticamente lo dejara cuando sea un adolecente. Por esa razón no puedo permitir eso. No debería poner sus necesidades primero, sino la del niño. Necesita a alguien que lo cuide, que lo proteja, que lo quiera.- Siguió diciendo la directora.

-Yo puedo proveerle una buena vida, me asegurare de que su vida junto a mi sea inolvidable aunque sea breve. –Reclamo con pura determinación- sé que en mi estado incluso ya ley me impide adoptar. Tal vez no me entienda. Tengo más de 70 años de edad, pero  tengo el decaimiento de un hombre de noventa, no tengo esposa no hijos ya que los perdí hace 40 años. Ellos eran mi única familia. Yo que soy un total escéptico de las cosas divinas, quisiera vivir un verdadero milagro. Ver si darme una razón para luchar y vivir pueda superarme.

La directora se quedó viéndolo muy seriamente. Lo cierto es que no estaba muy convencida si era correcto darle una oportunidad de adopción a ese señor. Pero, siendo ella una creyente Dios, sabía que necesitaba de mucho amor para y comprensión. Aunque no de un niño.

Estaba a punto de negarle el derecho. ¡Cuando recordó algo sumamente importante!  Tal vez, solo tal vez, había oportunidad de ser adoptada. Se levantó de su silla y camino en dirección a la ventada viendo el patio de juegos lleno de niños. Sonrió ante su descubrimiento. Viro su rostro al del anciano donde esperaba obviamente una negación de su parte.

-Está bien Señor Joel, me ha convencido- Dijo con una pequeña sonrisa- pero me gustaría si estuviera dispuesto a aceptar… un caso “especial”.- Volviendo a sentarse nuevamente.

-¿Especial?- Pregunto.

La Directora asintió.-En este orfanato se ha visto de todo- dijo con algo de tristeza- desde niños mutilados, hasta con deformidades externas y trastornos mentales. Niños que no fueron amados ni cuidados por sus padres. Sin embargo he hallado un caso… que podría ser acorde a su preferencia.

Sígame.- Salón del despacho para dirigirse al pasillo muy largo. El ayudante de Joel empujo la silla hasta donde se dirigía la Señora. El orfanato tenía un estilo rustico y pintoresco. Hecho totalmente de madera y pintada con colores pálidos, estaba adornada con diversos cuadros y muebles muy cómodos. Tenían cuartos de clases, dormitorios, rincones con diversos juguetes donados, una enorme comedor donde comerían más de 20 niños. Toda decorada mente al puro estilo académico para un Jardín de Niños. Luego de un rato de caminar. La Directora se detuvo frente a una puerta.

Tras abrir la puerta se dio cuenta de que era una librería, todo estaba silencioso y tranquilo. Pero para un lugar lleno de niños, era el lugar menos favorito. –Sabía que te encontraría aquí…

Continuara…