Capitulo 3: Encuentro...

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Anteriormente…

Un bostezo salió de sus labios, estirando sus pequeños brazos en señal de cansancio. Ya que eran casi las 10:00 PM. Joel se dio cuenta y la acompaño a su recamara. Ubicada justo al lado de la suya, la habitación de Leonor era mediana comparada con las demás, eso le dio cierta comodidad, un baño para ella sola y una cama en el centro de la recamara. Estaba llena de muñecos de peluche y un pequeño escritorio con libros encima. No fue necesario llamar a una sirvienta ya que el mismo se en cargo personalmente de bañarla cambiarla y acostarla en su cama. Tras darle las buenas noches, se dio cuenta de lo triste que se puso sabiendo que se iría de su lado.

-¿Quieres dormir hoy en mi cuarto? – Con mucha alegría, Leonor salto de su cama para dirigirse junto a él, saliendo de la recamara.

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Despertó totalmente renovado y con un muy buen humor, pero no quiso levantarse de su cama. Por más calor que hiciera esa época del año, no deseaba abandonar su lecho que estaba más cálida y confortable que de costumbre. Queriendo ponerse en otra posición se topó con algo blandido recostado muy pegado a su cuerpo.

Hizo a un lado las sabanas y encontró  un cuerpecito abrazado fuertemente a él. Sonrió comprendiendo su actual situación, anciano que debería tener cientos de nietos corriendo por su casa, ahora está a cargo de un caso especial. Uno que pasa 1 en 1, 200,000 al año. Los niños prodigios son bastante subestimados y normalmente esperan muchos de parte de ellos cuando están a esa edad. Pero cuando se vuelven adolecentes, pierden todo el interés de parte del público. Por eso había decidido tomar su educación a su cargo y no hacerlo público como si fuera un mono cilíndrelo que muestra sus habilidades a los demás por monedas.

La idea de inscribirla en una primaria no era la más acertada. Mucho menos inscribirla en la secundaria.

Se encargaría personalmente de su enseñanza, total parecía que se entendían muy bien. Haciendo un esfuerzo sobrehumano de levantarse, despertó a la pequeña con un “Buenos Días” para bajar juntos a desayunar. Se ducharon vistieron y partieron hacia el comedor.

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Terminando de desayunar, ambos se dirigieron hacia el estudio de Joel. Colgando un pizarrón mediano en la pared y moviendo el enorme sofá de moto que quede viendo frente la pizarra.

- Bien inician las clases. Hoy miraremos Aritmética 101. – Volteo hacia donde estaba parada Leonor. Esta solo lo quedaba viendo con cara de perdida. – Ya sé, no es el mejor comienzo, incluso da miedo… - Dijo muy apenado. – ¿Qué te parece la Literatura  Gramática? – No cambio su mirada. – tampoco  verdad. – Con cierta decepción. - ¡Esta bien! Empezaremos con algunas historias infantiles que…

- ¿Usted  me vas a educar? – Seguía con las misma mirada combinada con cierto asombro - ¿Fue maestro? –

- No exactamente, pero no es tan complicado educar a un niño… ¿Verdad? – Ella solo soltó una leve risita.

- ¡No te burles, nunca pensé que yo me encargaría de la educación de mis hijos! – Esas palabras emocionaron a Leonor, la consideraba ya como a una hija propia.

Fue observada por Joel, quien se puso feliz y muy emocionado. Él se encargaría de llenarla de todo el conocimiento adquirido en sus años de existencia. Entonces, se le ocurrió por donde sería un buen comienzo.

El Mago y El AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora