Capitulo 4: Fantasía...

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Anteriormente…

Cuando de repente sintió una reparación pesada justo arriba de su cabeza. Abrió los ojos, soltó un pequeño grito quedándose paralizada al instante. El caballo se encontraba justo detrás de ella. Muchas cosas aparecían en su cabeza, como por ejemplo: ¡Lo sabía!, ¡Sabia que no lo imagine! Pero también aparecían muchas preguntas en su cabeza: ¿Cómo apareció tan de repente? ¿Por qué no lo escuche? ¿Por qué está detrás de mí? ¿Será salvaje? No se había puesto a pensar en eso antes. Y si la atacaba. Pero entonces ya lo habría hecho.

Tragando saliva, empezó a ver por detrás, dándose cuenta de que el caballo no venía solo. Abrió sus ojos observando la figura negra encima del caballo.

Y entonces lo vi.

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Era alguien extremadamente alto, vestía una capa de color negro con capucha. La vestimenta de abajo parecía ser del mismo color y sus sujetaban fuertemente las riendas del caballo eran cubierta de guantes de cuero color negro. Montado sobre el caballo parecía un gigante de tres metros. El caballo era inmenso de pelaje color negro la, con mucho pelo en las patas, la cola y la crin. No creía lo que veía.

Por más que quisiera, ella no podía apartar la mirada de esa figura. Su presencia llenaba todo el campo del claro. Aunque lograba ver su rostro, sabía que su mirada daba fijo a ella. Sintió un fuerte escalofrió luego de lo que pensó. ¿Qué hacia ese sujeto hay?, ¿Cómo burlo la seguridad?, ¿Qué le aria? Y más importante ¿Por qué ella no gritaba?

No hizo nada, solo se quedó sentada en espera de lo que fuera. Una amenaza, un ataque, un secuestro, un asesinato,” ¿Por qué no hacía nada?” eso se lo preguntaba una y otra vez al ver que el hombre se quedaba en la misma posición sin hacer otra cosa más que verla fijamente.

Luego de unos agonizantes 5 minutos el hombre volteo su rostro a su izquierda. Ella para saber lo que observaba y luego de ser librada de su penetrante mirada, volteo al mismo lado del hombre. Nada fuera de lo normal, todo estaba igual, luego regreso su mirada al frente. El hombre junto con el caballo había ¡Desaparecido! Miro a su alrededor, no había señales ni huellas, ni el sonido del galope del caballo ni nada. Se quedó en la misma posición tratando de asimilar lo que había pasado. Después de un tiempo la realidad la golpeo. Se levantó y salió corriendo. No le importaba nada, solo tenía en su mente el llegar rápido a su casa lo antes posible.

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-¡Joel! ¡Joel! – No paraba de gritar su nombre por toda la mansión. Hasta que lo encontró leyendo el periódico en su estudio. – Joel -  Apresurada se abalanzo sobre el sacando la respiración del anciano, que empezó a toser por la pérdida de este.

- ¡Perdón! – Bajándose al instante del regazo de su padre. Y sonriendo apenadamente

- No hay problema – Dijo en un susurro algo ronco. Luego de toser y respirar muy hondamente se tranquilizó. - ¿Qué te ocurrió Leonor?

- ¡A sí!... no me lo vas a creer, pero vi a una persona en los bosque de pinos y… - Joel la interrumpió - ¿no te paso nada? ¿Te hizo algo?- Dijo revisándole todo su cuerpo.

- ¡No!... no me paso nada de verdad. – Al ver sus la serenidad en sus ojos le creyó, suspiro de alivio. - Ahora, dime ¿Que más paso? – Nunca lo había oído de manera seria y enojada que de momento le dio miedo decírselo.

El Mago y El AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora