Anteriormente…
Dimos punto final al asunto, y nos dirigimos a salones separados. Luego de recorrer los amplios pasillos llego hasta la clase de Literatura. Busco mi asiento con la mirada y lo encuentro sentándome al instante. Fui la primera en entrar, hasta que llegaron las demás sentándose donde les corresponden esperando al profesor. Yo solo cruce mis brazos en la mesa a modo de almohada de mi asiento y recosté la cabeza en ellas, esperando a que diera inicio la clase. Espere hasta que se escuchó la sirena de aviso y llego el profesor con su típico “Bueno Días Señoritas”.
Me levante de mi breve siesta y empezando todos los días con Mi Realidad.
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Era viernes por la tarde, 2:54PM para ser precisos, las estudiantes de La Escuela de Londres se encontraban recibiendo sus últimas horas de clases esperando con ansias el fin de semana. Ya que esos dos días ellas eran libres de salir de las propiedades de la escuela, o partir a sus respectivas casas y volver sin faltas para reanudar sus clases el lunes temprano. El momento correcto para planear salidas a Las Grandes Ciudades de Londres.
Se sentía la ansiedad de todas en sus asientos contando los minutos restantes para escuchar la sirena de salida. “Solo unos pocos minutos… Solo unos pocos minutos” todas repetían lo mismo. Bueno, casi todas…
-Leonor… Leonor… - Un cabreado maestro repetía y repetía ese nombre, sin recibir una respuesta de su alumna que se encontraba dormida durante su clase. El maestro más que irritado se dirigió al asiento de Leonor situándose al frente de la muchacha que tenía su cabeza recargada en la mesa del asiento con ambos brazos colgando a los costados.
- ¡LEONOR GUTEMBERG! – Azoto la mesa con una regla, haciendo un estruendoso eco en el salón de clase y logrando que la estudiante levantara su cabeza sobresaltada.
- ¡NO ES MI CULPA! – grito a todo pulmón, para luego tapar su boca con ambas manos. Miro a todos lados con los ojos abiertos dándose cuenta de que estaba en su salón de clase no en un Tribunal de Justicia probando su inocencia, todas en su clase estaban conteniendo la risa por la escena. Después pudo oír el carraspeo del maestro que estaba a su lado masajeando su oído por el estrepitoso grito.
- Bien Señorita Gutenberg, ya que Morfeo la devolvió al planeta Tierra. – Dijo con sarcasmo – ¿Podría decirme el resultado de las sustancias presentes en el pizarrón? –
Aun aturdida Leonor dirigió su mirada al frente mirando la fórmula que se presentaba en la materia de física. No presto para nada atención a la clase ya que solo recordó cerrar sus ojos ya que los sentía pesados y luego… Vacío. Pero no le costó mucho comprender el problema. Daba gracias por las constantes repeticiones de Joel por ese tema en particular.
-Ninguno, es imposible mezclarlas. – Respondió luego de recuperar su cinco sentidos de la somnolencia.
Todo quedo en silencio luego de esas contras palabras. El maestro quedo perplejo, no sabía como pero supo la respuesta de un tema que tenía programado ver ese tema hasta hoy y no lo toco en ningún momento del semestre.
-Vista al frente, por favor. – Retomo de nuevo sus clases.
Suspiro con alivio después de ese penoso acontecimiento. Últimamente le pasaban muy seguido en esa semana, seguramente le pasaba por falta de vitaminas.
Todo se alboroto al sonar la sirena de partida anunciando la libertad de la prisión, gritos y canciones se escuchaban en todos los salones quienes guardaban sus útiles y salían corriendo a la salida.
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El Mago y El Angel
Fantasyla infancia puede ser la etapa de mas ingenuidad en la vida. Pero una niña superdotada no piensa como debería ser. Con la aparición de un individuo que dice ser un Mago verdadero, todo cambiara para ella. Que pasaría si esa persona no es quien dice...