Luna Blanca.

Nervios.

Dedicado a EsmeHoran2: Gracias por tu apoyo Ternurita, este capítulo es para ti.

Ragnar.

¿Había estado nervioso?
Claro que sí. ¿Me había asustado alguna vez? Por supuesto que sí, pero nunca en mi salvaje y desgraciada vida anterior había estado tan jodidamente asustado como hoy.

Estaba pegado en la puerta de nuestra habitación tratando de escuchar algo pero la chamana no me dejaba escuchar nada.

Mi cachorro estaba a punto de nacer y mi Luna tiene dos malditas horas metida en esa habitación y no recibía noticias de ninguno de los dos.

Pongo mi pié en la puerta para destruirla y poder entrar a ver a las dos razones de mi vida y ...

-Ni se te ocurra Ragnar. -Una voz me interrumpe y volteo la cabeza para ver de quien se trata y eran Krom, Rita y Rick, este último es el hermano de Krom y también un buen amigo mío.

-Soy Alfa y puedo hacer lo que quiera, quiero ver a mi mujer y a mi hijo. -Dije enojado.

-Lo sé Ragnar pero que seas un Alfa no significa que no hagas estupideces de vez en cuando.

-Ragnar debes esperar. -Dijo Kramer con el mismo tono de preocupación que yo.

-Pero...

-Pero nada, cálmate que todo va a salir bien.-Kramer es insistente pero más paciente que yo, me encontraba ciego y sin sentidos, solo quería entrar y ver a mi mujer.

-Kanira está bien, solo relájate. -Cerró la conexión, sí, la loba de Hela estaba bien pero no sabía como estaba ella.

-Vamos a la terraza Ragnar, eso es lo mejor. -Insistió Krom.

Minutos después ya estábamos en la terraza y me había fumado dos cigarrillos que me calmaron considerablemente.

Me encontraba callado y con un tic nervioso en la pierna izquierda.

-Ragnar por favor, ya cálmate. Tu luna y tu cachorro estarán bien. -Dice Rick.

-Estoy calmado, a pesar de que mi mujer tiene dos horas en trabajo de parto y ... -Mis orejas se levantaron al escuchar unos gritos agudos y todo el peso, el miedo y los temores que habían en mi cuerpo desaparecieron. Me.levanté corriendo de la mesa de la terraza y bajé las escaleras como de carreras hasta llegar a la puerta, estaba cerrada y todavía se escuchaban los gritos del bebé.

Vi como la puerta se abrió e iba a entrar, choqué con la chamana y ella me veía con cara de What That Fuck.

-Disculpe. -Le dije señalando hacia adentro y ella asintió lentamente con una sonrisa en su rostro. Yo prácticamente la empujé de la puerta para poder entrar y me encontré con la escena más hermosa que había visto en mi vida. Hela tenía un camisón de seda transparente que se podían ver sus pechos y tenía el cabello todo revuelto, su rostro estaba de un tono rojizo y en sus labios había una sonrisa, sostenía a nuestro cachorro y lo miraba a los ojos, se miraban fijamente.

Hela ha sido la única mujer que me ha hecho llorar. Me ha hecho llorar por el miedo de perderla y por la alegría de darme el regalo más hermoso y lo que siempre he deseado: Un cachorro.

Me acerqué a ella y me senté en la orilla de la cama observandola.

-Es tan hermoso. -Dijo y sus ojos se cristalizaron.

Tomé al bebé en brazos y escuché ese latido que no me dejó dormir en días, que escuchaba cuando estaba lejos y que me despertaba a las tres de la mañana a diario para buscarle comida.

-¿Sabes algo? -Le dije mientras caminaba por la habitación mesiéndolo lentamente en mis brazos. -Me hiciste cojer muchos piques pequeño pero aún así te amo tanto que daría lo que fuese por tí, Bienvenido al mundo Mikal. -Vi a Hela sonreír.

-Gracias Hela, te amo. -Susurré y continúe caminando con el bebé por toda la habitación y diciéndole cosas bonitas, hablando con él.

Hela Solberg, esa loba salvaje e imparable que lo primero que recibí de ella fue su aroma exquisito a chocolate, luego sus arañazos y mordidas, sus suaves besos y tocar su piel aterciopelada, ahora a un pedacito de los dos. Tenía una mata de cabello como yo y los ojos grises y enormes como mi madre, no puedo comparar esta sensación con ninguna otra.

-Te amo, Mikal. -Dije y no lo solté en todo el día.

FIN.

Jeje... No es cierto.