Luna Blanca.

Nuestro bebé.

GirlHoneymoon para ti.

Hela.

La rutina de nuestros días, Ragnar y yo la disfrutábamos al máximo.

Despierto la mañana del sábado con más energía que todos los días.  Me paro de la cama lentamente para no despertar a mi Mate que duerme plácidamente. Su barba está tupida y arreglada como siempre, sus labios estaban ligeramente fruncidos y se veía tan tierno que ganas de quitarle esa almohada y montarme sobre él no me faltaron pero había una criaturita por ahí que necesitaba de mi amor absoluto.

Me envuelvo en el camisón de seda que llega más arriba de mis rodillas y salgo del cuarto.

Entro al cuarto de Miky, que era como solíamos llamarle a Mikal y lo veo durmiendo de la misma forma que su padre. Esos dos me hacían la vida de cuadritos cuando uno me daba besos el otro lo alejaba de mí, estaba rodeada de ternura por todos lados y agradezco por esta vida tan plena. Me hubiese gustado tener a mi padre cerca, lo he extrañado tanto el día de mi boda, en el nacimiento de mi bebé, cuando conocí al amor de mi vida pero todo pasa por una razón.

Miraba la cuna de mi bebé y sentí como unos brazos fuertes rodearon mi cintura.

-¿Cómo está la mujer más bella de planeta? -Preguntó y su voz ronca y quebrada acariciaba mi oído.

-Felíz, porque estoy con los hombres más increíbles del universo. -Contesté y noté como Miky se comenzó a retorcer en la cama y abrió sus enormes ojos grises como buscando a alguien. Alzó sus manitas regordetas hacia mí y cuando lo iba a cargar Ragnar llegó primero y lo tomó en sus brazos, Miky comenzó a sollozar e hizo un pucherito mirándome mientras Ragnar se lo llevaba fuera de su habitación.

Escuché unos gritos de desesperación, gritos altos y chillones,  luego los pasos enérgicos de Ragnar que venía nuevamente a la habitación.

-¿Que te hizo ese hombre malo? -Dije con una voz graciosa y Miky me tendió sus manitas, lo tomé abrazándolo y besando sus cachetes hermosos, él seguía sollozando. -Ya mi amor, ese hombre malo no te hará nada. -Le dije y rodeó mi cuello con sus bracitos.

Me senté en la mecedora que estaba al lado de la cuna de Miky y lo acuné en mis brazos,  saqué uno de mis pechos y con su boquita comenzó a succionar la leche. Cuando alimentaba a mi bebé me sentía más conectada a él que en otras ocaciones, él me miraba a los ojos mientras chupaba y Ragnar siempre se sentaba en un sillón en forma de oso que había en la habitación a mirarnos a los dos.

Amaba cuidar a Miky pero solo lo hacia los fines de semana porque tenía una niñera llamada Jossy, Ragnar y yo volvimos al mundo empresarial y no íbamos a dejar a nuestra luz con alguna psicópata así que después de unas complejas
elecciones Jossy ganó. 

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Corto pero decía conflicto, yo no copio nada de nadie :::(