XIV

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Una vez que le di el rollo de dólares, en el cual habían al menos 30 billetes de 100$, me bajé del taxi, no sin antes darle las gracias a el taxista.

Entré al hotel, caminado directamente a recepción.

— Disculpe señorita, podría por favor decirme, ¿dónde puedo revelar las fotografías de mi cámara? –le pregunté a la recepcionista.

— Claro, el hotel cuenta con servicio para ello. Mi compañero, Brendy la llevará y le ayudará –me dijo.

Ella habló con un chico en español, el cuál luego me hizo una seña para que le siguiera.

Caminamos por los pasillos del hotel, hasta una puerta, en la cual entramos. Allí habían varias computadoras y un equipo de impresora para fotografías.

Le entregué mi cámara al chico y le dije que imprimiera las últimas últimas 15 fotografías, las cuales 9 eran de las que le tomé hoy, 5 eran las que tomé en California, y la sobrante era de él, Darcy y yo. Una que nos tomamos antes del viaje. El mismo día en que él me prometió que cambiaría por nuestra familia.

Le di propina al chico por su ayuda, y una vez que tuve las fotografías y dos sobres que tomé de allí, volví a la suite.

Allí las separé, y dejé sobre la cama, las que le había tomado en California, dejándole una nota también.

"Game over.."

Rápidamente tomé mi maleta, y mi bolsa, y bajé por el ascensor. Una vez en el lobby, la recepcionista me miró extrañada.

— Mi esposo pagará la cuenta, él anda dejando el auto, no tardará en venir –le dije a la chica.

Salí del hotel, visualizando al mismo taxista que me acompañó a perseguir a Harry, así que le hice una seña, haciendo que rápidamente se acercara.

— Me lleva al aeropuerto Daniel Oduber, por favor –le dije con mi español.

Él asintió sonriendo, y empezó a conducir.

En el camino me la pasé mirando el oscuro camino.

Y pensar que todo hubiese sido distinto si hubiera aceptado su propuesta. Pero el rechazarle me dejó claro, que sólo soy su segunda opción.

Cuando llegamos a el aeropuerto, no habían muchas personas dentro. Rápidamente me acerqué a comprar mi boleto, y para mi suerte, había espacio para el vuelo de las 9:00 pm, en sólo una hora más.

Me senté en una de las incómodas bancas de la sala de espera, mirando en mi teléfono algunas fotos de Darcy para no derrumbarme. Porque aunque me trate de hacer la fuerte, las fuerzas me están empezando a fallar.

El vuelo fue bastante incómodo, puesto que no habían espacios para la clase VIP, lo que significó que viajé en clase turista, donde los asientos están juntos, y todo es incómodo. Las personas me miraban extraño, así que supuse que más de uno me había reconocido, pero al menos nadie se me había acercado. Porque realmente no tengo ganas de fingir una sonrisa más.

Llegué a Los Ángeles a las 6:35 am, ya que vuelo duró más de lo esperado. Una vez que tomé mi maleta, tomé un taxi que me llevara a la residencia.

Una vez allí, empecé a empacar las cosas que creí más necesarias para mí, y para Darcy, y las fui poniendo en maletas. Cuando finalicé, las llevé a la cajuela de mi jeep, así estaría lista para huir.

Para cuando terminé, eran las 10:15 am, y tan sólo las 8:15 am en Costa Rica. Supuse que Harry no llegó ni a dormir, ya que si hubiese visto el sobre, estuviera llamando a casa.

Me senté en el sofá recuperando el aliento. Una vez hecho esto, no hay marcha atrás.

Tomé las llaves del auto, y cuando estaba por salir, escuché el teléfono de casa sonar. Sonreí sardónicamente, y lo descolgué, pero sin decir una sola palabra.

— Sé que estás ahí Ariana. No te muevas, estoy en el aeropuerto. Voy a casa, pero por favor no te muevas. Te voy a explicar todo cielo, sólo espera a que llegue a casa –dijo Harry al teléfono, con una clara respiración acelerada.

No dije nada, ni él tampoco lo hizo, así que colgué. Esperaría seis horas, pero primero debo ir por Darcy, la primera parte del plan está completa, ahora sólo vamos por la segunda.

— ¿Ariana? ¿Qué haces aquí? –me preguntó Liam confundido, al abrirme la puerta.

— Viajamos antes, ya que tuvimos un problema. Vengo por Darcy, muchas gracias por cuidarla –le dije sonriéndole.

Él me miró extrañado por unos segundos, pero entró a la casa, dejando la puerta abierta para que yo entrase también.

Le seguí hasta la sala de estar, dónde Sophia estaba con James y Darcy en la alfombra jugando con legos.

— Darcy, tu mamá ya está aquí –anunció Liam al entrar a la habitación.

Mi hija miró hacia mí, y sonrió felizmente.

— ¡Mami! –gritó lanzándose a mis brazos.

James al oír los gritos de Darcy, gritó también, ensordeciéndonos.

— Ve por tus cosas –le ordené.

Ella me soltó y corrió por las escaleras en busca de sus pertenencias.

— ¿Pasó algo Ariana? Porque te juro que yo no me trago ese cuento de que se vinieron antes –Liam me miró recriminatoriamente.

— Tú lo sabías, ¿cierto? –le sonreí hipócritamente–. Harry me engaña desde hace tiempo, y tú nunca me lo dijiste.

— ¿De qué hablas? –frunció las cejas.

— De Fabiana. Por supuesto que lo sabes. No quiero que me vuelvan a hablar en vuestra vida, par de hipócritas. Realmente los consideraba amigos, y luego me di cuenta de que son una bola de puñales –les reproché.

Darcy bajó con la maleta, así que la ayudé a bajarla, y rápidamente salimos de allí.

Respiré profundamente dándome el valor para continuar.

Darcy subió al auto, así que una vez que puse su maleta en la cajuela, partimos de nuevo a casa.

— Cariño, va a haber un pequeño cambio –le dije–. No vamos a ir a casa, vamos a ir dónde tu abuela Anne. Ahora necesito ir a dejarte a un hotel cerca del aeropuerto, mientras yo voy a casa a buscar unos papeles.

— ¿Está todo bien mamá? –preguntó mirándome a través del retrovisor.

— Más perfecto no puede estar, cielo.

We 3: Why try? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora