III

932 78 7
                                    

Entré tímidamente a la ducha, sintiendo el calor que emprendía el agua tibia. Las manos de Harry se posaron en mi pequeña cintura acercándome a él.

— Lamento todo lo que he dicho y hecho mal. Estamos muy saturados de trabajo en la disquera, y eso me pone de mal humor —susurró contra mi cuello—. Pero pediré unas vacaciones pronto, y prometo que nos iremos de viaje juntos.

— Entiendo —le dije sinceramente.

— Realmente eres un sol Ariana. Te amo como no tienes idea —me dijo girándome, para poner sus labios en mí.

Suspiré de dicha, besándolo de vuelta. Realmente había extrañado demasiado sus besos y la manera en la que me hacían sentir. Su lengua se introdujo en mi boca, y su cuerpo se fue acercando más a mi, hasta que no había espacio entre nosotros.

Sus pasos fueron hacia el frente, hasta hacerme estar contra los azulejos.

— Coloca las piernas a mi alrededor —ordenó.

Rápidamente enrollé las piernas en su cintura, lo cual facilitó que pudiera penetrarme de una mejor manera.

Solté el aire que había en mis pulmones, y gemí de dicha al volver a sentir aquella corriente correr por mis venas. Harry se movió con un golpeteo de caderas delicioso, que me hizo lanzar leves tacos entre dientes.

— ¡Harry! —grité cuando lo sentí más profundo.

— ¿Qué deseas mi amor? ¿Lo quieres más rápido? —dijo entre dientes mientras aumentaba la velocidad.

— S-sí —dije a como pude.

Él empezó a moverse más rápido, entrando y saliendo ruidosamente. Su boca se acercó a mis pechos, y empezó a juguetear con mis pezones erectos.

Abrí la boca sin poder contenerme, y grité cuando el ensordecedor orgasmo llegó, arrazando con todas mis energías, dejándome sin voz.

Harry se quedó quieto, y gruñó cuando empezó a demarrar su semen en mi interior.

— Extrañaba esto —susurró en mi oído.

— Yo te extrañaba a ti —dije suavemente.

Él iba a responder cuando un golpeteo en la puerta nos interrumpió.

— ¡Papá apresurte, llegaremos tarde! —gritó Darcy, con su voz enojada.

— ¡Un momento cariño! —le dijo Harry riendo.

Bajé mis piernas de su cintura, y le sonreí con cariño. Él se encogió un poco, y besó mis labios con ternura.

— ¿Quieres ir con nosotros? —preguntó.

— Sólo si ustedes quieren —me encogí de hombros.

— Sabes que siempre he querido estar lo más cerca posible de ti —dijo sonriéndome.

Me volteé y me metí bajo el chorro de la ducha, para que no viera como me dolieron esas palabras. Porque estos cuatro meses pareció como si fuera lo contrario. Sin embargo no se lo diré jamás.

Comprobé mi vestuario casual. No era como si importase mucho, ya que sólo íbamos al colegio de Darcy, pero nunca debes de dejar de verte bien cuando eres Ariana Styles.

Es increíble que aún cuando han pasado diez años, los medios te siguen acosando. Las personas aún gritan cuando te ven, y no hay segundo en el que puedas estar tranquilo si no hay alguien grabándote para subirte a alguna red social.

En cierto sentido es bueno ver que dejaste una marca en el mundo y las personas, pero con el tiempo, luego de la llegada de Darcy, todo lo que quieres es tranquilidad para dedicarle todo tu tiempo a la pequeña.

Harry sin embargo, siguió metido en ese rollo de la publicidad, y aunque ahora no canta más, la gente aún sigue amándolo como cuando estaban en la banda.

— Darcy está desesperada porque dice que llegaremos tarde. ¿Está lista la reina más bella de todas? —pregunta Harry entrando a el vestidor.

Compruebo por última vez, como luzco. El suéter es prácticamente nuevo, sólo lo he utilizado una vez hace al menos, seis años, y decido al final que está bien. Camino hasta Harry, quien toma mi mano y me da un pequeño beso en los labios, quedando manchado de mi labial.

 Camino hasta Harry, quien toma mi mano y me da un pequeño beso en los labios, quedando manchado de mi labial

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Estás hermosa como siempre —me dice y me guiña su ojo.

Le sonrío complacida, y finalmente empezamos a caminar a las escaleras.

Darcy está junto a la puerta con su mochila rosa en el hombro. Su pie choca furiosamente contra el suelo, indicando que está desesperada.

— ¡Papá ya faltan diez minutos! Me pondrán una marca en mi registro perfecto. De haber sabido que eras tan lento, me hubiera ido con mamá como siempre —gruñe enojada cuando llegamos a ella.

— Mamá también va con nosotros. No te enojes cariño, llegaremos a tiempo, así que vamos —le dice Harry tomando su mano con una pequeña sonrisa.

Darcy prácticamente corre al auto, y se sube atrás. Harry me abre la puerta y me besa antes de correr a su asiento. Arranca el auto, y conduce en silencio hasta la escuela de Darcy.

Darcy mira por la ventana, intercambiando miradas con el reloj. Aún faltan siete minutos y nos quedan al menos ocho manzanas para llegar.

— No está mal llegar no tan temprano a veces, cariño —le digo para tranquilizarla.

— Eso ya lo sé, es sólo que me gusta llegar temprano para sentarme al frente y hablar con Lara —responde aún con la mirada en la ventana.

— Pueden hablar luego de clases. Tal vez podemos ir por un helado —propone Harry.

Darcy inmediatamente lo mira con sus ojitos brillando de felicidad.

— ¡Eres el mejor papá del mundo! —grita emocionada, olvidando el tema de la tardía.

Llegamos a la entrada del colegio cuando faltan 2 minutos para que entren. Hay varios padres aún despidiéndose de sus hijos.

— Te pasaré a recoger con mamá. Puedes invitar a Lara si quieres —dice Harry.

Darcy sonríe y se nos acerca para darnos un beso en la mejilla a ambos.

— Nos vemos. Los amo mucho —dice mientras abre la puerta, y corre emocionada a la entrada.

— No puedo creer lo rápido que crece —dice Harry melancólico.

— Espero que no nos saque tantas canas —concuerdo.

Harry sonríe, y toma mi mano.

— ¿Qué quieres hacer ahora? Hoy va a ser un día de sólo tú y yo —susurra besando el dorso.

— Podemos ir a cualquier lugar. No tengo preferencia. Mientras estemos juntos, todo está bien para mi —respondo encogiéndome de hombros.

— Vamos a donde siempre quise —dice guiñando el ojo.

Se acomoda bien en el asiento, y sin soltar mi mano, empieza a conducir nuevamente.

Finalmente me siento como cuando éramos nosotros. Cuando sentía como viajábamos a través de la Avenida Luna de Miel.

We 3: Why try? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora