XVII

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Aterrizamos en suelo Londinense, a las 7 am. Aún no había llamado a Anne, por la razón de que Harry cuando llegase a casa, y descubriese que escapé con Darcy, a una de las posibles personas a las que llamaría sería a mi madre, y a Anne. Así que esperando a que ya llamara, bajamos del avión.

No tardamos mucho recogiendo nuestras maletas, así que una vez que las obtuvimos, tomamos un taxi hasta nuestra casa en Londres. Realmente no es una casa, si no un departamento que utilizamos cuando estamos de paso en la cuidad, y la razón por la que no me quedo en él, es porque sería uno de los lugares que Harry requisaría. A diferencia de la casa de mi suegra, donde ella puede mentirle, y estar pendiente de cualquier movimiento que haga Styles. Porque a pesar de que es su hijo, un traición así, Anne no la acepta.

Bajé con Darcy, pidiéndole que se pusiera la capucha del abrigo, por si alguien nos reconociera, y gracias a la leve lluvia que hacía, nadie notaría nada y nos miraría extrañas por hacerlo.

No subió hasta arriba, ya que la dejé cuidando de las maletas en el lobby, mientras yo iba por las llaves del Range Rover que tenemos en el aparcamiento del edificio.

No tardé nada, simplemente abrí la puerta con mis llaves, y tomé las llaves del auto. Por lo tanto, nuestro viaje de 2 horas hacía Holmes Chapel, empezó.

Durante el camino, nos dedicamos a cantar las canciones que pasaban la radio. Desde The Beatles a los mismos One Direction. Vi la cara de Darcy cuando Harry empezó a cantar su sólo en If I could fly, canción de su último álbum de estudio, la cuál había escrito para mi. Ella abrió los labios, pero dejó escapar de ellos un suspiro, en lugar de preguntar por su padre.

Nos detuvimos en varios lugares para comer, ya que ambas no habíamos comido mucho en el avión. Y finalmente llegamos a Holmes Chapel.

Antes de entrar a el residencial donde vive mi suegra, ya una vez que cambié mi chip, por el chip que utilizo cuando estoy en Londres, le marqué. Tardó en timbrar unos dos tonos, antes es escuchar la pomposa voz de mi suegra.

— ¿Ariana? –preguntó, y por el tono de voz, supe que estaba extrañada de mi llamada. O al menos no se la esperaba.

— Hola mamá. Darcy y yo estamos llegando a su casa. ¿Estaría bien nuestra visita? –le dije mirando por el retrovisor a Darcy, quién se había quedado dormida en el asiento de trasero.

— Claro que sí cielo. Ya salgo a recibirlas –me dijo alegre.

Colgué la llamada, y me concentré en conducir hasta la entraba del porche de mi suegra. Aparqué el auto, a un lado del jardín, y bajé de él con un suspiro de alivio, de al fin poderme estirar. A pesar de que soy pequeña y delgada, y que el auto es bastante espacioso, llevaba horas sentada en el avión, así que mis músculos están agarrotados.

Anne corrió a recibirme, dándome un abrazo.

— ¡Que bueno es tenerlas aquí, cielo! ¿Darcy está dormida? –me preguntó señalando el auto.

— Sí. Llegamos a Londres ésta mañana, y no podíamos esperar, así que viajamos al momento –le expliqué, mientras caminaba a la cajuela, para empezar a sacar las maletas.

— Nick, Matty y Ben están dentro. Deja las maletas ahí, les diré que las lleven. Y estoy segura que Rob estará encantado de cargar a Darcy –me dijo mi suegra con una sonrisa tan radiante.

Tan igual a la suya.

Asentí sin querer decir nada, y solté un suspiro.

— Algo anda mal con Harry, ¿cierto? –me preguntó dándome una mirada afligida con sus ojazos verde. Los mismos que los de él.

— ¿Podemos hablarlo más tarde? No he dormido en al menos un día –le dije en un suspiro.

— Claro que sí, cielo. La habitación está disponible para que descansen. ¡Chicos! –gritó llamando a los primos, y el novio de Gemma.

— ¿Pasa algo tía? –preguntó Ben asomándose por la puerta.

— Llama a los demás para que ayuden a Ariana con el equipaje y Darcy –le pidió.

Ben asintió, y volvió a aparecer al rato con los demás. Anne me abrazó mientras caminábamos hacía adentro de la casa.

El calor del hogar me invadió con un sentimiento de nostalgia. ¿Por qué nunca pude sentir lo mismo en mi propia casa?

Anne me acompañó a la habitación, en la cual los chicos dejaron las maletas, y acomodaron a Darcy en la cama matrimonial.

— Descansa cielo, estaré esperando por ti. No te preocupes, sea lo que sea que esté pasando, se solucionará.

Asentí dejándole un beso en la mejilla, antes de verla desaparecer por la puerta, cerrándola tras de sí.

Me quité el abrigo, y las zapatillas que ando, y me tiré en la cama.

Antes de saber lo que pasaba conmigo, estaba llorando. Sacando de mí todo lo que estoy sintiendo. Todo lo que me agobia, lo que me hace sufrir. Lloré por lo infeliz que fui. Por no darme cuenta que el amor entre nosotros había acabado. Por pensar que viviría en mi cuento de hadas por siempre. Pero no. Me bajaron de allí de la peor forma, y eso me está haciendo perder la confianza en mí, pero sobre todo preguntarme:

¿Tan mala fui?

No supe en que momento sucedió, pero finalmente me dormí. Pensando en un mundo donde los maridos no son infieles, y nadie puede romper los corazones de los demás.

We 3: Why try? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora