2: "Loca"

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Al día siguiente tras la noche una cena familiar, Mía se levantó y unos minutos después ya estaba lista para ir al colegio "Pretty Star Academy".

-¿Cómo dormiste?-pregunto Romeo al ver a su hija.

-Bien-dijo alargando la palabra con alegría.

-¿Chocolatada o café?-le pregunto.

-Cho-co-la-ta-da, obvio-responde ella.

Ríen los dos y en ese momento entra Daniel junto a Esperanza. Ninguno dice nada, se miran como si fueran cómplices el uno del otro. Romeo le entrego el vaso con chocolatada a Mía y luego los cafés para Esperanza y Daniel. Una vez hubo terminado el de él, se sentó junto a su hija y en silencio desayunaron.

-Buenos días-saludo Solange entrando en la cocina vestida elegante con una falda negra igual color que el saco que llevaba.

-¿Dónde vas con esa pinta?-pregunto Daniel dirigiéndole una mirada descaradamente asquerosa, la miro de arriba abajo y negó con la cabeza. Se levantó de la silla y mascullo-: Así no salís.

Solange tratando de no seguir el juego, se dirigió a la cafetera, agarro una taza y se sirvió el café. Daniel la siguió a ese lado de la cocina y comenzó a reclamar cosas que Solange hizo oídos sordos, para no pelear.

-Ya termine de desayunar, ¿Vamos al cole, pa?-pregunto Mía tratando de no escuchar la discusión de sus tíos.

-Vamos-respondió Romeo. Beso a Esperanza y se despidió.

Una vez salieron de la casa y se dirigieron al coche, Mía entro al mismo tiempo que su padre lo hacía en el asiento del conductor. En el camino todo fue silencio no hacía falta decir nada. Mía estaba en la suya, pensando en el futuro, se apasionaba en la música, pero lo que más anhelaba es ser policía, les pidió a sus padres que vayan pensando en anotarla en un buen lugar donde pueda salir siendo una excelente policía y estos aceptaron encantados. El camino de la música la iba a llevar a tomar decisiones de la que se arrepentiría, pero si su pasión era ser policía, ellos lo aceptaban, la fama y el dinero no llevaba a ningún lado, la felicidad y el amor se gana, no se compra y si Mía entiende eso, está muy claro, no quiere quedar en un lugar oscuro donde solo reine la droga, como a muchos, por suerte a sus padres no les toco, bueno a Esperanza, por ser bipolar, vivía dopada, pero Romeo no, el mantenía todo para bien.

Llegaron al colegio y Romeo saludo a su hija, pero antes le recordó que a la tarde saldrían juntos a buscar el regalo perfecto para Chris, se acercaba el cumpleaños del pequeñín y querían regalarle algo especial de parte de toda la familia.

-Adiós, papi.

Le dio un corto beso en la mejilla y bajo rápidamente del coche yendo junto a sus amigos. Romeo arranco el coche y se marchó. En el transcurso hacia sus amigos, Mía se topó con alguien, casi cayó al suelo, pero este la atajo antes de que se desparramara en el suelo como solía hacer siempre que tomaba alcohol. El hombre sonrió ante el gesto confundido de la niña, era realmente parecida a Esperanza. Mía sonrió y se enderezo para agradecer, pero aquellos ojos color miel la habían hipnotizado. "¿Quién será este? Es tan... tan... impresionante", pensó mordiéndose el labio inferior.

-Me llamo Geoffrey-saludo él.

Ella lo miro confundida ¿De dónde conocía ese nombre? Pero, sin pensar respondió.

-Mucho gusto, yo soy Mía Guzmán Santos-sonrió bobamente y pregunto-: ¿Te conozco de algún lado?

-No, no creo-dijo disimulando una risa malévola.

-Pensé que sí. Bueno, me voy al colegio-sonrió-. Bye.

-Adiós.

Mía camino derecha y sin mirar atrás, sentía la mirada del hombre en su espalda, todavía no lograba recordar en donde había escuchado ese nombre, pero, algo malo iba a pasar, lo intuía y siempre que intuía, algo ocurría.

-Hola-saludo alargando la palabra al final.

-Holis-saludaron sus amigos riendo.

-¿Quién era ese tipo?-pregunto Liam.

-No sé, solo sé que si no me atajaba, quedaba en el suelo.

-¿Tanto amas el suelo? ¿O queres dormir?-pregunto Antonia riendo.

-Es que, dormí tarde-bromeo Mía y todos rieron.

-Mis amigas las locas-bromeo Samantha-, pero Mía es la "Loca".

Todos rieron y se dirigieron a clase. La clase fue normal como siempre. Al salir del colegio vio al hombre que la había salvado de hacer el peor de los papelones, que la saludo con la mano. Se sonrojo, pero no contesto. En el auto, Romeo, que vio a Royce saludar a Mía se le descompuso el semblante, una vez hubo supervisado que Mía ya estaba con el cinturón junto a él, puso el auto en marcha.

-No quiero que te acerques a ese tipo-siseo una vez recorrido solo dos calles para desaparecer de cerca del colegio.

-N... no se q... quien es-tartamudeo Mía.

-No creo que quieras saberlo. Cambiemos de tema y hablemos de lo que le podría gustar a Chris.

-Está bien-respondió asintiendo-. Pero luego me dices quien era ese tipo.

Romeo la miro en modo un modo que aumento el suspenso.

-Puede ser que te diga quién es.

-Papa ¡Por favor!-murmuro.

El la miro asombrado, pero asustado a la vez. Sabía que Royce traía algo entre manos pero no quería que este llegara a acercarse a su hija.

-Creo... creo... es...


Todo por tu amor (3°temp. MGERS) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora