25: "Decisión y orgullo"

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-¿Qué compromiso? –pregunto entrando en la cocina.

-Ma –murmuro tapándose la boca con la mano. Sonrió –Nada, nada. ¿Por?

-Se trata de tu papá.

-¿Te lo conto?

-Sí. Ya no me interesa no quiero ni hablar de él.

-Lamento decepcionarte, pero, sabes que es algo que debo hacer.

-La venganza no es una opción, porque una vez que te empeñas en esta, todo te sale mal. Perdés todo lo importante en tu vida y te quedas solo. Obsesionado con la venganza, sin nadie, sin sonrisa, muerto en vida –Esperanza salió al jardín mientras todos quedaron alucinados por sus palabras.

En ese momento todo se rompió, como si fuera de cristal, un mundo perfecto el cual había logrado en años, se derrumbó con solo unas palabras, en apenas unos segundos. Se sentó en el pasto mientras trataba de no llorar. Se daba aliento a sí misma para no derrumbarse y terminar en un psiquiátrico.

-Quiero pedirte algo –oyó detrás de ella.

-¿Qué querés?

-Tener una noche más contigo.

-¿Cuándo?

-¿Mañana?

-Última noche –afirmo con la voz quebrada.

-Me duele decir esto, pero por un tiempo sí.

-¿Cómo por un tiempo?

-Cuando termine esto voy...

-No. No voy a volver a caer en tus redes. ¿Soy tan imbécil de volver con quien decidió vengarse antes que dar amor? No, no lo creo.

-Espe...

-No, no pienso volver con vos. Estoy tan decepcionada, cansada, harta y muy enojada. Quiero olvidar, no quiero pensar en esto, no quiero volver a tener relación con vos. Esta vez lo digo en serio. No quiero ni pensar ser la segunda. Tampoco quiero sufrir por algo que no vale la pena.

Volteo para verlo y noto que tenía los ojos llenos de lágrimas. Era la primera vez en su vida que veía a un hombre llorar, le partió el corazón verlo así, pero, iba a tratar de ser fría, no iba a dejar que la pasen por encima. Se levantó del suelo, camino hacia adentro dejando a Romeo ahí, lamentándose el haber elegido la venganza antes que su mujer. La amaba demasiado, pero, estuvo tan ciego que la volvió a perder. Quien dijo que los hombres no lloran es un insensible, los hombres también tienen sentimientos y también lloran por lo perdido.

-Papá –era Mía.

No se movió. Se quedó inmóvil, con el viento frio rondando por el inmenso jardín, secándole las lágrimas fríamente, solo oyó los pasos de su hija en el suelo, acercándose.

-No llores –escucho mientras sentía los brazos de su hija.

La abrazó fuertemente, no podía hacer nada más, ni siquiera articular palabra alguna. Estaba mudo, de dolor y necedad. Mía cuando logro que su padre se calmara, trato de hacerlo razonar.

-Papá, en este momento no estoy con mi mamá, porque quiero hacerte razonar. Las palabras de mamá fueron certeras. ¿Vas a quedarte ciego de venganza y no vas a hacer nada por la mujer que amas? Papá, por favor, no te arruines la vida. Yo me imagino a ti y a mamá de viejitos, juntos. No quiero que estén lejos, el uno del otro. Cualquiera diría que es un capricho, que los padres se separan por problemas y no hay vuelta atrás, pero, yo y todo el mundo vemos que mamá y tú se aman, no la dejes escapar, por favor.

Romeo no dijo nada, intentaba procesar las sabias palabras de su hija. Sin importar lo que dijeran los demás, sabía la razón por la que estaba buscando vengarse, pero, también necesitaba a su amada. Tenía que decidir lo antes posible. ¿El amor o la venganza?

-¿Me vas a responder?

Lo único que hizo fue darle un beso en la frente y levantarse. Se encamino a la habitación, antes que nada, paso por la libreta, donde Esperanza había anotado la canción. Entro a la habitación. La encontró sentada en la cama, mirando la ventana, de espaldas a él.

"Todo por tu amor...

(Uh, uh, uh)

Sin esperar nada, solo valor...

(Uh, uh, uh)

Todo por tu amor...

(Uh, uh, uh)

Desplazando el dolor..."

Ella se dio vuelta al oírlo cantar, quedaba a la perfección esa estrofa en su canción. Lo miro sin expresión alguna, sonrió falsamente mientras decía:

-Bonita canción ¿No? Si querés, te la regalo, no me interesa –miro el reloj de la mesita de noche –Son las diez de la noche, por favor, quiero dormir, podrías irte.

Primer intento fallido. Pero, antes de olvidarse de nada, anoto lo que había cantado en la libreta, le dio la libreta a Esperanza y salió de la habitación. Esperanza agarro la libreta, la miro unos segundos, luego la abrió. Leyó atentamente lo que había escrito Romeo, con excelente caligrafía y como marcaba la palabra "Amor", cuando escribía.

-Estoy harta –se repitió a si misma -. Voy a hacer algo, que de seguro me arrepienta toda mi vida.

Cerro la libreta, agarro su celular marco algo en él y luego se encamino al baño para cambiarse la ropa para dormir.

-¿Estas segura? –pregunto alguien de espaldas.

-Sí. Más que segura.

-¿Tienes la plata?

-Sí.

-Toma –dijo dándole algo envuelto en un pañuelo blanco.

Ella le dio la plata y sin que nadie se dé cuenta, guardo el pañuelo con lo que contenía dentro del bolsillo de la campera. Salió del bar, se encamino a su coche y lo puso en marcha. Estaba segura de lo que haría esa noche. Preferiría que si no era de ella no fuera de nadie. Llego a la casa. Estaciono en el garaje, entro en la cocina como si nada y se puso a cocinar. Entro Mía en la cocina, junto a Génesis.

-Hola, ma.

-Hola, mami –saludo Génesis, abrazando a su mamá en una pierna.

-Hola, mis princesas ¿Qué pasa?

-Hambre –respondieron a unísono.

Esperanza sonrió. Pero, su sonrisa se evaporo cuando vio entrar a Romeo.

-Buenos días –saludo.

Esperanza movió la cabeza, fríamente. Entro Benjamín, como si nada, se acercó a su mamá y dijo:

-Tengo hambe –dijo tratando de decir la "R", pero, fue en vano.

-La comida ya va a estar, decile a Mía que te de un pedazo de budín.

Mía hizo lo que su madre dijo. Esperanza seguía pensando mientras cocinaba. En un momento escucho.

-Ma, ¿Me prestas tu celular?

-Sí.

-¿Esta en tu campera?

-¡NO! –Grito –Esta en la cartera.

Mía asintió. Romeo vio lo tensa que se puso Esperanza, pero, tratando de no darle importancia siguió en lo suyo.

Esperanza estaba decidida, era una decisión tomada y estaba orgullosa, sin pensar en las consecuencias.


Todo por tu amor (3°temp. MGERS) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora