DAVIDE

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El día era hermoso. Pájaros que cantaban, niños que reían, el sol brillando. Todo el mundo sonreía hoy.

-Davide, ¿puedes llevarte a tu hermanita y a tus primos a dar una vuelta? Así por lo menos quitan la vista de la pantalla de la televisión.
-Claro. Venga peques, ¿queréis ir al parque y a por chuches?
-¡SIIIII!-gritaron mis primos y mi hermanita.

Cogí a mi hermana Amelia a mis hombros, ella solo tiene 5 años así que aún no pesa demasiado. Mis primos, Nicolás y Andrés, me agarraron de las manos. Se miraban el uno al otro con sus ojos verdes, tenían ambos el mismo cabello pelirrojo y la sonrrilla de pillo. Todos en mi familia eran pelirrojos con ojos verdes, pero mis primos eran mas rebeldes, comparados con ellos mi hermana y yo eramos unos trozos de pan.

Salimos de casa y nos dirigimos al parque. Pasamos por calles, plazas, callejones, ect hasta que llegamos al parque.

Mis primos y mi hermana se fueron a jugar en los columpios, le dije a Andrés que cuidara a los otros dos, ya que él es el mayor con 10 años. Nicolás tenía aún 8 y además era un poco irresponsable. Mientras yo fui a por las chuches.

No lo había notado hasta ahora, pero no había nadie en la calle. Ni siquiera los coches se movían, había uno chocado contra una farola. ¿Nadie se había dado cuenta?

Mi pantalón empezó a vibrar, era mi teléfono móvil. Una llamada de mi tía.

-¿Tía? ¿Pasa algo?
-aaaahjahaaaaajjjaaaaah
-¿Tía? No te oigo bien. ¿Donde estás?
-aaaaaaaaaavbjzhklxaaaaasgvdg

Colgué. Si era tan importante me llamaría en un momento, o si no, me dirá qué pasa cuando llegue a casa ¿no?

Entré en la tienda de chuches, pero tampoco había nadie. Bueno había prometido unas chuches a los peques asi que iba a cumplirlo. Cogi una bolsa de nubes, 3 de gusanitos y cuatro regalices, cogí dinero de mi bolsillo y lo dejé sobre el mostrador.

-¡AAAAAAAAAAH!

Esa voz me resultaba familiar... bah me habrá parecido.

-¡AAAAAAAAAAAAH!

Esa voz también me era familiar..... ¿Sería mi imaginación?

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

....
....
....
-¡AMELIA!-¿¡Como podía ser tan lento?!

Salí de la tienda como una bala, deseando que hubiera sido solo un moratón o un arañazo.

El parque estaba lleno de unas cosas raras, se movían y estaban llenos de sangre. Se parecían a cuerpos humanos pero en descomposición.
Andrés estaba cerca del tobogán, protegiendo a Amelia que estaba detrás de él muy asustada, y a la vez le decía algo a Nico que yo no conseguía escuchar, Nico tenia una herida muy grande en la pierna, parecia un mordisco, pero claramente no humano.

-¡AAAAAAAAH!- A Andrés le había mordido una de esas cosas intentando apartarlas de Amelia.
Andrés estaba protegiendo a su hermano y a Amelia a la vez y, sin embargo, yo no estaba haciendo nada.

Estaba en shock. No podía moverme. No podía gritar. Solo temblaba.

Amelia me miró a los ojos, dándose cuenta la primera de mi presencia.
Sus trenzas pelirrojas estaban despeinadas y sus ojos verdes llorosos. Pedía ayuda. Me pedía ayuda. Pero yo no sabía que hacer. Estaba en blanco.

Y entonces mi cerebro funcionó. Cogí las tapas de un cubo de basura y empecé a golpearlas para crear ruido.
Parece que funciono. Empezaron a darse la vuelta y empezaron a andar hacia mí. Dejé una de las tapas en el suelo y corrí hacia mi primo Nico y lo cogí en brazos para dejarlo en el suelo, pero no se mantenía. Su pierna tenía muy mala pinta, al igual que el brazo de Andrés. Vi que en la calle de la derecho había una farmacia, era una idea muy loca, pero a lo mejor tenian vendas ahí. Parece que esas cosas ya no nos seguían así que pudimos entrar facilmente.

Cerré la puerta, arrastré unos pocos muebles para tapar esa entrada.

-Hay una puerta trasera.-Me aviso Amelia.
-¿Está cerrada?
-Creo que sí.

Nico estaba tumbado en un sofá que había en la sala, mientras que Andrés estaba sentado en un sillón a su lado.

-Amelia, ¿Hay desinfectante y vendas por ahí?
-¡Sí!
-Traelas, porfa.

Amelia trajo todo lo necesario, pero, estaba cojeando.

-¿Te duele el tobillo?
-No mucho. Me he tropezado.-Sabía que estaba mintiendo. A ninguno de los dos se nos daba bien mentir. Pero lo dejé así. Lo mejor era no insistir. Ya me lo diría si el problema llegaba a empeorar.

Empecé a vendarles las heridas a mis primos. Después de ellos fui hasta donde estaba parada mi hermana.

-¿Te lo vendo a ti también?
-Si, porfa.-Estaba claro que le dolía mucho, aunque se esforzara en no demostrarlo.
-Eres una monada, ¿lo sabías?
-Siempre me lo dices...
-Entonces será porque es cierto ¿no?
Ella me abrazó. Sin duda era una monada.

Continuará
Hola^.^ Que os ha parecido este capítulo más largo?
Amelia es una verdadera monada ¿verdad? >.<
Ahora me preguntarán: ¿Porque siempre matas a los peques?. La razón es que asía se generan más traumas, además de que ya llevaba rato sólo hablando de los padres, así que quería cambiar.
Bueno pues, Voten, Comenten o Seguidme, ya que es gratis...
Hasta la proxima actualizacion n.n

Historia de un apocalipsis zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora