XII-Lo odio aunque te haga sonreír

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-¡Rosa!-dijo a la vez que aparecía en frente mío de golpe.

-¡Alejate! -le grité esquivandolo y siguiendo mi camino- No quiero saber nada.

-Porfavor...-Me detuve, está...¿está rogando?- ¿Que hice mal?- todo- Pero..

-Simplemente déjame sola- dije corriendo hacia la cabaña, no escuche más nada. Sólo me encerré y me tumbré en la cama- Tonto...-dije soltando unas lágrimas.

Sólo espero que no se le ocurra volver. Llegue a la cabaña, me quité el vestido y lo dejé de lado lanzándome a dormir.

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Ya era de dia, por suerte ese bastardo no volvió a molestar, me senté y miré el lugar. Estaba todo en su lugar.

-Hoy ...-sonreí con el pensamiento- Hoy viene Wes-dije pensando en voz alta. A la noche iba a volverme a poner el vestido, A Wes le encantará y más si me lo pongo a voluntad y no porque él me lo esté rogando.

Entré en la ducha y quedé ahí ...Nose, ¿horas?. Realmente estaba perdida, me quede bajo el agua unos minutos pensando.
¿Que me pasa? En parte estoy triste, aunque Nose porque, Bill y yo no...somos nada. Pero en parte la alegría me apodera al saber que Wes vendrá a verme. Si Bill volvé a aparecer, no importa si es un demonio o no, él se enfrentará y le dirá las cosas de frente.
Llené la tina y me acosté. Solté un suspiro, el agua estaba de maravilla, me dejé llevar quedándome sólo con la cabeza fuera del agua.

-Podría ser la última ducha tranquila que tome- me dije. Aunque conozca a Wes hace ya muchos años, él se sigue emocionando con cada encuentro nuestro y más si hace más de una semana que no nos vemos. Seguramente no me dejaría tomar duchas largas, por el único motivo de que quiere pasar tiempo conmigo y pierdo tiempo bañandome tanto tiempo. Tonto.

Salí de la ducha y me puse una ropa cualquiera, después de todo, iba a cambiarme luego y tardo en ponerme ese vestido.
Me recosté y acomodé en el sillón. Encendí la televisión pero no veía nada, estaba en muy bajo volumen, quería estar en silencio.
Intenté no pensar en Bill, no quería sufrir. No de nuevo.

Ya eran las seis de la tarde, el sol ya no estaba y en su lugar daba a ver un hermoso atardecer. Lose porque lo estaba viendo desde el techo.
-Ya falta poco...-decía.

Wes iba a venir a la noche, rozando a las nueve de la noche, gran horario Wes, gran horario, pensé sarcasticamente.

Baje del techo al terminar de ver el bello atardecer y entré a la casa. Cogí el tercer diario y me volví al sillón, abrí donde me había quedado y empecé a leer.

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Ocho con treinta minutos PM, debería ir llendo ya que el aeropuerto era un tanto lejano. Llamé un taxi para que venga y me levanté del sillón dejando el diario casi terminado y me fui a cambia r.

Escuché la puerta y me Apuré, que rápido era este taxi. Me acomodé bien el vestido y abrí la puerta.

-Ya voy, disculpe la demo...ra...-lo miré y me alejé cerrando con rapidez la puerta sin dejar salir ni una palabra de él. Me alejé y me quede en shock. Estaba Bill ahí afuera. No...No...esto no está pasando. No ahora. Pero me ¡vale madres! Iré a por Wes cueste lo que cueste. Suspiré y terminé de acomodarme como se debe el vestido.
Di un suspiro y miré la puerta. Seguía ahí. Yo lose.
Caminé en círculos por unos momentos mientras pensaba que hacer.
Abrí los ojos como platos cuando escuche una bocina afuera. Era el taxi.
Tomé coraje y fui hacia la puerta, guarde lo necesario en una mini-cartera que tenía y abrí la puerta. Como pensaba, seguía ahí.

-Rosa, necesito hablart...-lo ignoré y seguí derecho para ver el taxi justo en frente mío, cuando estaba ya cerca del taxi. Sentí algo, como si fuera...un mal presentimiento. Me detuve y lo vi, el taxista del auto estaba muerto. Me alejé unos pasos. Cuando quise volver a la cabaña choqué y me encontré frente a frente como el que menos quería ver. Bill.

-¿T-Tú lo hiciste verdad?- le pregunté con lágrimas en los ojos- ¿Que quieres de mi? ¿¡Porque no simplemente no me dejas en paz!?.

No pude hablar más, me rodeó con sus brazos y me besó. Ese mismo beso que me había dado antes. Me separé al instante.

-¡Déjame ir! ¡Tengo que ir!.

-Él....¿Él es más importante que yo?-me preguntó.

Lo mire desafiante.

-Si, y mucho- contesté.

Abrió los ojos y su pelo se volvió rojo de un segundo a otro. Se acercó a mí. No debí de haber respondido eso.

--Narra Weslie--

¡Al fin!

Vi como el avión terminaba de aterrizar, que emoción, que emoción, ya quiero ver a Black esperandome en la puerta.

Bajamos del avión y esperé mi maleta. ¡Que llegue rápido! ¡Por favor! Dios, que alegría la mía. Le había pedido a Bill que se quedará en su "otra forma" en mi mente. Él me explico que era, un demonio de los sueños. Pero más que nada hace los sueños tristes y grises. Te "tortura" así, con pesadillas. Pero...es Bill, no podría creerle tal cosa. Algo tan tierno con ese poder...simplemente no creo que sea capaz de usarlo.

Llegó mi maleta, lo cogí y corrí hacia la salida. Salí y allí estaba, Black. Me acerqué y me iluminé al ver el vestido. Ese vestido...

-B-Blacky- es el vestido que nunca uso- Q-Que feliz me hace- La abraze con todas mis fuerzas.

-Wes...W-Wes...-me abrazó también. Mnh...que raro, Black suele alejarme y decirme que me alejé, que no la este jodiendo con abrazos.

Me separé y la vi...¿¡llorando!?.

-B-¡Blacky! -la abraze nuevamente - ¿Q-Que pasa? ¿porque lloras?.

Sentí como negó con la cabeza.

-Es que...*Snif*- empezó a sollozar- r-realmente te extrañe y necesité amigo..-dijo aprentadome. La abraze con los ojos apenas cristalinos, me destroza totalmente verla así.

-¿T-Tan así? ¿Que pasó? -me separé, me agaché para estar de su altura y le sequé las lágrimas.

-T-Te lo explicó en la cabaña...*Snif* B-Bienvenido Wes-dijo sonriente.

Eso provocó que empiece a soltar lágrimas sin parar.

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No hay imagen porque #Yolo Bv, Okno.

Matanza Suave [Bill Cipher x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora