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11 de Agosto de 2011 por la noche
—Está bien. — murmura después de un rato.
Juro que estoy sudando, temblando y casi teniendo un infarto. Saben, resistirse a sus encantos no es tan fácil.
—Llegaré a tu oficina mañana a las ocho de la mañana.
—Uy... A esa hora estaré con Mirtle. Le prometí llegar a probar su nuevo capuchino...
—Okay, te veo ahí. Sólo dime en dónde es...
—A tres cuadras de Your Perfect Wedding Here.
—Te veo allá, Mary Anne.
Le cuelgo sin contestar y levanto mis pies y comienzo a moverlos frenéticamente, festín... Celestial... Malditos... Sean... Todos!!!
—FEEESTIN CELESTIAL!
Me levanto y comienzo a mover mi cabeza por ahí, hasta llegar a la cocina. Veo la hora y decido dormirme rápido para verlo ya; corro a mi cuarto y me acuesto de un tirón, cerrando los ojos y tratando descansar.

12 de Agosto de 2011
La calle está un poco concurrida, estoy llegando, a dos casas de la cafetería. Cinco minutos retrasada. Me costó bastante despegarme de la almohada hoy ya que ayer me dormí a las dos de la madrugada. O era hoy? Sí, me dormí hoy a las dos. Me vestí con unos pantalones pegados de cintura alta y una blusa rosada. Simplemente no quería llamar la atención de Giulio aunque realmente lo quiera y todo es taaaaaan confuso. Entro a la cafetería y veo a Giulio sentado cerca de la ventana tomando café y con Mirtle a su lado hablando animadamente. Oh, bien. Si hubiera sabido que él vendría tan guapo me hubiera puesto mi mejor vestido. Me ve y me lanza una sexy sonrisa de lado y yo suelto una sonrisa sería. Me siento frente a él y saludo a Mirtle.
—Ahora te lo traigo...— me dice ella.
Asiento y me giro hasta Giulio.
—Hola, Festín Celestial.
Él suelta una risita, abre su gabardina y luego me tiende mis planos de la boda. Los tomo con una mirada de agradecimiento y Mirtle me trae mi capuchino, el cual tiene una forma de corazón. Giulio se acerca a mi y su frente topa con la mía.
—Que lindo...
Mete su enorme dedo en mi taza y levanto la mirada para verlo succionar la canela. Carraspeo y bajo la mirada a mi capuchino, tratando de quitarme de la mente la imagen de él chupando la espuma de su dedo. No fue sexy, Mary Anne.
—Um, este está bueno. — dice.
Asiento y tomo un sorbo de mi capuchino, sin sentirle siquiera el sabor.
—Tiene menta. — me dice él y vuelve a pegar su frente a la mía. Tengo un tenedor a la mano y el pobre ha sufrido ya que lo he apretado con fuerza. Él pone su enorme mano sobre el tenedor y me lo quita rápidamente. Le sonrío y me levanto de ahí.
—Qué?
—Tengo que irme a trabajar.
—Bueno... Yo tengo que irme... También.
Se levanta y yo elevo la mirada para verlo. Se está acercando a mí para un beso pero le lanzó mi mano y él se queda confuso viéndola. Después me la aprieta, su enorme mano envuelve la mía por completo. Incluso tocar su mano se siente mal. Demasiado... Íntimo. Él no me suelta rápidamente, sino que acaricia con su pulgar mi muñeca y luego me guiña un ojo.
—Te veo más tarde.
—Bueno.
Es un mentiroso.

13 de agosto de 2011
Llevo tantas bolsas que no puedo ver mis manos. Encontré los manteles perfectos, los colores serán beige. Me encanta. La decoración será rosada y beige. Claro, también quiero que hayan verdes y de hecho, he vuelto a configurar todo para que sea al aire libre. Quiero que sea en una manor. Me encantaría una boda de princesas. Llamo a Reina Vieja porque estoy segura que ella conoce el contacto de la manor que yo quiero usar. 
—Diga?
—Hola Teresa.
—Quien es?
—Es Mary Anne de Your Perfect Wedding Here.
—Dime.
—Bueno, sabes, he visto el lugar perfecto para la boda. Me gustaría que fuera en Rose Hill. Ya sabes, la manor...
—Sí. Evangeline es la heredera. Ella con mucho gusto querrá que sea ahí. Aunque los padres de Giulio tienen una manor más bella que esa. Más apta.
Mi boca se abre y suelto un suspiro. Claro. Millonarios. Tuve que suponerlo, por qué más van a casarse? Herencia, obviamente. Y qué mejor que hacer su propio imperio.
—Bien. Le llamaré.
—Te daré el número de la madre de Giulio y el padre de Evangeline.
Me cuelga y yo suspiro. Busco en mis contactos a Joseph, el chico de las mesas y luego a Fleur para ver las opciones de banquete. Tengo que reservar esto para ya porque en Octubre se van a casar. Me siento en una banca mientras busco en Google una venta por mayor de rosas rosadas. Está en Harnam. No tan lejos... Bueno, será un viaje largo.
Me llega un mensaje con dos contactos.
Andreina Bartoni
Luca Poésy.
Suspiro y llamó a Luca.
—Aló?
—Hola, señor Luca, le saluda Mary Anne de Your Perfect Wedding Here.
—Mm... De acuerdo.
—Bueno, como su hija va a casarse, tenía la increíble idea de que podríamos hacer la boda en Rose Hill. A su hija le encanta la idea...— lo cual es mentira
Hablamos durante unos cinco minutos y quedamos en que llegaré a ver la manor. Cuando me levanto, veo un enorme pecho envuelto con una camiseta blanca que me hace contener un suspiro.
—Estas siguiéndome? — le pregunto a Giulio.
—A cualquier parte que veo, me encuentro con una chiquilla abusiva.
Se refiere a mi?
—Qué haces aquí? — lo veo y él me sonríe.
—Comprando... Un vestido. Para una bebé.
—Puedo verlo?
—Claro. Toma tú esta bolsa...
Me tiende una bolsa pequeña rosada, luego agarra todas mis bolsas y reviso el vestido. Es para un bebé recién nacido, de color negro con una carita de elefante. 
—Eso es dulce.
—Lo vi y me recordé de ella. Ahora... Vas a seguir comprando?
—Sí, tengo que ir por un papel de seda.
—Te acompaño.
Caminamos entre las tiendas hablando de cualquier cosa. Me cuenta que la bebé se llama Rose Anne y que es de una muy buena amiga. No puedo evitarlo, me dan celos el ver su rostro cuando menciona a su "amiga" ya que sus ojos brillan y sus labios se curvan en una sonrisa involuntaria. Luego descartó la idea ya que yo soy su organizadora de bodas. Entramos a mi tienda favorita y ahí es donde encuentro el papel. Compro bastante ya que es para muchos invitados y me lo llevo con cuidado.
—El jueves vi a Lara, sabes? No la había visto en un año y medio.
—Oh, eso es genial. — murmuro.
—Tiene trillizos. Y le he comprado un regalo a los bebés, sólo que me faltaba Rose... Me enseñó unas fotos y son muy bellos.
Juego con mi lengua en mi boca, callándome. Me sigue contando que ha estado hablando con ella estos últimos días y que llegará a verla mañana por la mañana. Dice que los bebés son recién nacidos y yo estoy apunto de ponerme a llorar. Todo el mundo está casándose, teniendo hijos y yo simplemente no quiero nada! Es todo tan triste, sabes?
Después de cuarenta minutos de escucharlo hablar sobre su amiga Lara, estoy harta. No hablas con una chica acerca de otra chica de esa manera. Me meto a una tienda de vestidos de novia de segunda mano y a él no lo dejan pasar. Casi sonrío con maldad. Casi.
Él hace un puchero pero ni por ser tan guapo lo dejan pasar.
—Oh, lo siento! Déjame las bolsas aquí.
Él las pone donde le digo y le tiendo su bolsa. Le sonrió con melancolía falsa. En realidad estoy molesta.
—Te veo otro día. Cuando vayamos a comprar tu esmoquin.
Él asiente y me intenta besar pero le doy mi mano. Esta vez soy yo la que le guiña el ojo.
Me quedo treinta minutos viendo vestidos hasta que estoy segura que él se ha ido y le pido ayuda a un empleado para llevar todo. Llego a mi auto, una camioneta blanca y guardo todo con sumo cuidado.

Martes 16 de Agosto de 2011

Me siento realmente mal por sacar a Giulio de esa manera. Estoy con mis amigas en un bar, bebiendo mi quinta mala cerveza. Me siento realmente mal. Él no volvió a llamarme o a verme y ahora quiero llorar. Lo invitaré. Le llamaré y le diré que sería buena idea que viniera a tomar una cerveza conmigo. Mi amiga Hilary me anima mientras marco su numero.
—Mm... Hola? — su voz es ronca, casi como si estuviera durmiendo.
—Escuchen chicas! — le grito a mis amigas. —Está hablando el Festín Celestial.
—Mary Anne? Qué sucede? Has visto la hora?
—Estoy enojada...— hipo —Contigo. Eres un abusivo. Y...
—Me llamo Hilary! — grita Hilary y luego suelta una risa escandalosa y cae de la silla. Le frunzo el ceño.
—Esto es entre Giulio y yo. Escúchame. Eres un abusivo. Tus invitaciones para la boda están quedando perfectas y...
Me comienzo a carcajear sin ninguna razón aparente. Qué idiota. Apenas lo conozco y lo llamo como si me hubiera roto el corazón y luego le digo de sus invitaciones.
—Te veo mañana en el trabajo.
Le cuelgo y le guiñó un ojo a un hombre barbudo que está en la barra. Él me eleva una ceja y yo me acerco a él. —Te ha pasado que cuando organizas una boda, te gusta el cliente?
—No realmente, cariño. Pero lo que sí me ha pasado es que me guste la organizadora.
—Eres muy dulce. Te gusto?
—Sí. Me gusta tu culo...
—Eres un sucio.
Hilary me toma de cuello y me lleva a la mesa. —Llámame! — le grito a Barbudo.
—Claro que sí, amor.
Llegamos en taxi a mi departamento sintiéndonos todas muy mareadas.
—Las extrañé chicas. Cómo fue Edimburgo?
—Perfecto. — me dice Yulie.
—Conocí s un hombre. — me dice Hilary.
—Yo me acosté con un ruso. — ríe Lindsay
Hago una mueca de disgusto. —Yo tengo más vida que ustedes.
—Tú vives para trabajar. Nosotras vivimos la vida y trabajamos cinco minutos. Eso no rima, por cierto...
Idiotas.

Miércoles 17 de agosto 2011
—Mary Anne, hay un hombre muy caliente en la puerta. — dice Lindsay.
—Hazlo pasar! — contesta Hilary.
—No! — grito yo y me agarro el cabello. Me pongo mis pantuflas de gatitos y voy a la sala. Giulio se está sentando en mi sillón y analiza mi casa con curiosidad.
—Hola! — me saluda.
—Qué haces aquí? Cómo conoces mi casa?
Me molesta.
Me molesta el que me agrade que venga a verme. Me molesta que sea el novio de Evangeline. Me molesta su sonrisa suave. Me molesta que me moleste con él porque él no me ha hecho nada. Soy yo, yo la que he creado todo en mi mente.
Todo en el me molesta.

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Alguien es una cascarrabias.
Entiendan a Mary Anne, está sobrecargada de trabajo.

Besos,
Karen.

Soy la Organizadora de BodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora