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Han pasado unas dos semanas. El dinero aún me alcanza al igual que la comida. Lunua está feliz por la casa, disfrutando la tranquilidad. Antes me mantenía tan estresada que para él era como un campo minado. Hilary me sonríe desde el sofá y yo le devuelvo la sonrisa. Lara Jean está ahí, con su pequeño bebé como se llame. Esta dandole de su biberón y hablando con Hilary de manera escandalosa. Sus bebés son tan pacientes con ella.
—Lara Jean, pero no entiendo. Si eras tan... Tú, cómo llegaste a estar embarazada?
—Um... Eso es íntimo — ella esconde a su bebé debajo de su brazo.
—Ya, dime.
—Veras... Evan es guapo. Y una tarde estábamos en mi casa como siempre, hablando y viendo televisión y sólo pasó. La verdad, no tengo la necesidad de contarte. Solo que en un momento era virgen y al siguiente no. Fue... Fue especial.
—Cuéntanos! — le digo.
—Bueno, fue solo así. — murmura.
Pongo mis ojos en blanco y le exijo detalles. —Es que comenzó a besarme.
—Así empieza siempre. — le dice Hilary.
—No, pero él fue especial.
Esperamos por más detalles. Ella parece entender y sus mejillas se ponen rosadas. —Él me advirtió.
—Cómo así? — pregunto.
—Me dijo, "Lara Jean, creo que no podré aguantar un segundo más. Necesito tenerte". — ella pasa de rosada a roja tómate. —Y luego me dijo que no le importaba si yo no quería, iba a convencerme esa noche de todas maneras. Pero él es tan guapo que no pude hacer más que asentir con la cabeza. Ah, pienso que fui demasiado fácil para él. 
—Ni por un segundo. — dice Hilary. Asiento estando de acuerdo. —Lo hubiera violado al segundo de conocerlo. Tú le hiciste amarte. Eso es lo que vale. Él te ama y te amó cuando lo hizo, lo hizo por amor. Es lo más cursi que he escuchado en mi universo. E incluso hicieron unos bebes. Eso es amor.
Los ojos de Lara Jean se ponen llorosos y podría jurar que los míos también. Últimamente aprovechó cualquier oportunidad para llorar. Veo un perro, lloro. Alguien llora, lloro. Veo el cielo y lloro!
Voy a la cocina y comienzo a rebuscar comida por ahí. Necesito hacer algo, no tengo que ponerme a llorar. Por la noche, reviso mis mensajes. Veo el de Giulio, que me mando hace una semana.
Giulio: Tenemos que hablar.
Mary Sue: ¿Cuándo?
Giulio: Mañana.
Nunca llegó el mañana.
Lo sigo esperando. Pero ya no me volvió a escribir ni nada. Pienso que era solo para hacerme sentir mejor. Tal vez ya ni quiere hablarme. Tal vez sólo le dio lastima que me hayan despedido. Pero basta de esta depresión. Puedo conseguir un mejor trabajo. Puedo hacer todo de nuevo y hacerlo bien.

1 año después.

—Juro que lo había visto por aquí. — me susurra Hilary.
—¿Estás siendo seria?
Ella asiente y comienza a caminar por entre la gente, alejándose de mi. Yo no conozco a nadie así que voy detrás de ella. Encuentro a Evan sentado en una mesa con sus bebés y él me sonríe.
—Doh...— dice uno de sus bebés.
—Oye, Mary Sue. Sabes que vi a tu amor platónico?
Me pongo nerviosa. —¿A quién?
—Giulio. Está aquí. Viene solo.
Asiento con lentitud, como quitándole importancia. —Sí, bueno, yo tengo que irme de aquí pronto porque tengo trabajo que hacer...
—A las diez de la noche? Vamos, Mary, no seas así. Ya encara al hombre y ve a hablarle. Él ni siquiera sabe que somos amigos ahora pero no para de ver tu perfil de Facebook y es un poco... Idiota.
Bueno, ya. Puedo manejarlo. Hace unos nueve meses, Evan me contó que Giulio se había divorciado. Lara Jean y yo celebramos mucho pero continúe con mi nuevo trabajo, una pequeña tienda de flores y pequeños artículos de adorno. Es muy linda. Incluso tengo una página en Internet y vendo bastante. Bueno, en fin. Continúe y Evan comenzó a decirme que Giulio estaba acosándolo bastante en su casa y ya no lo quería ahí. Así que lo mando fuera a manejar sus asuntos y no dárselos a él y Giulio ya no se atrevió a llegar hasta hoy. Esta fiesta que hizo Lara Jean para sus hijos. Hay demasiada gente y entre ellos está él. Evan ha insistido estos últimos meses en que le hable. Él conoce toda la historia. Pero a mí no me gusta Giulio. Solo me pone nerviosa. Eso es algo distinto.
—Ve ha hablarle al hombre. 
Asiento y le sonrió. Idiota. A veces Evan puede ser muy... Hostigante. Voy al patio y me mantengo ahí, deseando verlo. Pero tampoco quiero verlo.
—Mary Sue! Ya lo vi! Ven!
Mis piernas comienzan a temblar y no me puedo mover. No lo haré ni loca. Pero a Hilary no le importa, me revuelve el cabello, me pellizca las mejillas y me hace caminar hacia dónde él está. Logro ver su nuca pálida. Con lo alto que él es... Maldición, él es tan grande y lindo. Su cabello está bien recortado y se ve tan bien...
—Giulio...
Cuando siento, Hilary ya no está aquí y estoy sola. Espera! Yo no fui quien lo llamo!
—Mary?
Mis ojos se abren ampliamente y sonrío con idiotez.
No lo haré. No hablaré con él. O lo haré? Tal vez esto sea bueno. Quizá lo merezco. Quizá ya había aburrido a mis amigos de tanto mencionarlo que ellos simplemente quieren que este con él. Pero a pesar de todo, quizá esto sí sea bueno. Porque cuando lo tenía cerca, todos mis problemas se iban.
Tal vez esto sí funcionará. Puedo hacerlo. Podemos hacerlo.
Sus ojos se vuelven cálidos y protectores y yo siento que estoy en casa. ¿Lo estoy? Bueno, creo que al final sí encontré mi verdadero hogar.

Soy la Organizadora de BodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora