Angelie me había abrazado.
Y olí su perfume, olía a rosas.
La miré confundido y entonces me entregó una nota.La guardé y me pidió que la acompañara, saludó a Henderson cómo si nada y salimos.
-¿Puedo saber de qué va todo esto?
-La nota te lo responderá. Paulina quiere verte, necesita decirte algo.
Sonrió como si estuviera rota.
Y al acercarme a ella, soltó mi mano y me dirigí al salón.Paulina estaba sentada en mi lugar y cuando me vio, se levantó y se me acercó.
-Alex, necesito decirte que me gustas mucho.
Me quedé viéndola fríamente y ella comenzó a temblar.
No sabía que responder.
Y veía la silueta de Angelie en la puerta, veía que estaba de lado y su cabello negro caía en cascada un poco arriba de la cintura.Y por un momento me olvidé de Paulina y su confesión, porque la chica que había esperado desde hace tiempo, estaba tras la pared, esperando que yo no le rompiese el corazón a su nueva amiga.
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Notas a ella.
Teen FictionElla era la chica de la sonrisa rota. La que se sentaba justo a un asiento atrás. Podría decirle, mil versos, poemas, acerca de su piel blanca y su cabello negro. Pero aquí estoy, pegando rídiculos y cursis post-its en su libreta de tareas.