Pasaba y pasaba el tiempo y yo no tenía noticias de Angelie.
Tampoco me contestaba muy a menudo en las redes sociales.Pensaba que ella había recomenzado una vida allá y esperaba firmamente que fuera cierto, aunque yo ya no existiera en ella.
Un día, esperando el transporte, vi un cartel que llamó mi atención.
Su nombre salía en grandes letras, anunciando que pronto saldría su primer libro.
Me quedé sorprendido.
Quizás la editorial la había contactado hasta allá.Llegué a casa y revisé si estaba en línea.
Y así era, decidí mandarle un mensaje...
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Notas a ella.
Teen FictionElla era la chica de la sonrisa rota. La que se sentaba justo a un asiento atrás. Podría decirle, mil versos, poemas, acerca de su piel blanca y su cabello negro. Pero aquí estoy, pegando rídiculos y cursis post-its en su libreta de tareas.