Pov Takahashi
"-Por favor, no me abandones-". Mientras decía esas palabras, se notaba como su rostro y su cuerpo se estremecía ante el dolor y la pena. No sé a quién estaban dirigidas aquellas palabras, pero sentía la necesidad de responderle, como si deseara que ese mensaje tan desesperado de cariño estuviese dirigido a mí.
-Todo va a estar bien, no vuelvas a huir de mí, nunca te abandonare, así que por favor, no huyas, no te vayas nunca de mi lado...-
Aún no estoy seguro de porque le dije aquellas palabras, mi boca habló por sí sola, siendo manejada por algún sentimiento que no puedo explicar ni descifrar. Pero, al decir aquellas palabras sentí como mi pecho se llenaba de un dulce y tierno sentimiento.
Observaba su bello rostro durmiente, siempre que lo veo dormir me relajo, podría pasar horas observándolo, pero mi cuerpo estaba muy agotado, por lo que en contra de mi voluntad, caí dormido.
Algunas horas después me despertaron las luces de la mañana, y al abrir mis ojos me encontré la dulce cara del pequeño junto a la mía, aunque fuera bastante repentino, no pude evitar pensar en lo tierno que es, verlo acurrucado a mi lado, ninguna de mis relaciones anteriores llegaron a este punto, y ni siquiera estoy saliendo con él; pero siempre está dándome nuevas sensaciones y emociones que nunca llegue a sentir. ¿Por qué hace que mi corazón lata a tan rápida velocidad? ¿Por qué lo considero tan preciado para mí? ¿Por qué no quiero soltarlo de ningún modo?
¿Qué está sucediendo conmigo?
El jefe me había comentado que ahora nos dejaría solos, que tenía que irse a otro viaje de trabajo, le preocupaban como iban las cosas, pero luego de decirle que yo iba a cuidar de Ryuu, reconsidero que podíamos cuidarnos a regañadientes, pero me advirtió que tuviera cuidado de no lastimarlo nuevamente.
Estábamos los dos solos ahora, me levante de la cama y preparé el desayuno, sería la primera vez que hablara con él desde aquel incidente ¿Me tendría rencor?.. Debido al miedo, me esmeré de más en el desayuno, preparé: Café con leche, un vaso de jugo, algunos dulces.
Ah!!- Lo mejor sería que comprara algo de chocolate, eso le subiría el ánimo aunque fuera un poco.
Salí corriendo al supermercado, que quedaba algo lejos pero tenía que apurarme antes de que despertara.
Corrí lo más rápido que pude, al llegar al supermercado me di cuenta que no sabía absolutamente nada sobre los gustos de Ryuu, pero estaba tan apurado que solo tomé 5 o 6 chocolates del mostrador pagué y volvía a salir corriendo a toda velocidad.
Al llegar a la posada entré intentando ser discreto y en el mayor silencio posible, pero sin perder la velocidad, ya era bastante tarde. Al entrar en el comedor me encontré con Ryuu. Maldición, había llegado tarde... Él estaba tapado con una enorme frazada que le cubría todo el cuerpo.
-Ho-hola Ryuu, dormiste bien?- Tartamudeé torpemente.
Él no dijo nada; solo me mostró su deslumbrante sonrisa, la cual iluminaba toda la habitación y me llenaba de un sentimiento de paz... Volteo hacia la cocina mirando fijamente la comida; luego me miró y empezó a correr hacia mí; pensé que me golpearía, pero, en vez de eso, saltó sobre mí dejando caer la frazada, lográndome hacer tambalear mientras me regalaba un tierno y reconfortante abrazo, lleno de una calidez que arrasaba con mi organismo logrando que todos mis miedos pasados sobre perderlo se esfumaran.
-Gracias Takahashi, gracias- Dijo simplemente con la voz algo lastimada pero llena de fuertes emociones.
Correspondí al abrazo con gustó, no quería soltarlo, mi corazón se contrajo, pero no era ni de tristeza ni de miedo, era un sentimiento más dulce que me reconfortaba, sentía como todo mi cuerpo vibraba al sentir el contacto con el menor, las partes que rosaba contra su cuerpo se ponían calientes... Pero ignoraba todas esas sensaciones, porque lo tenía a mi lado, no solo me había perdonado, me estaba demostrando un inmenso cariño el cual borraba todos mis males.
Continuamos en aquella posición algunos minutos; hasta que nos separamos, se estaba quemando el desayuno.
Nos sentamos en la mesa, normalmente estamos ambos en cada cabecera, como queriendo mantener una extraña distancia, pero esta vez no sería así, nos sentamos lo más cerca posible el uno del otro y comimos el desayuno que se había quemado un poco debido a que tardé en apagar el fuego. Pero a Ryuu no parecía importarle, comía mi quemado desayuno como si fuera algo preciado que quisiera atesorar. Nos quedamos en un silencio, pero no era incomodo, cuando nuestras miradas se conectaban se decían más palabras de las que podían salir de la boca, y nuestra cercanía en ese momento nos era más que suficiente.
Terminamos el desayuno y vi como Ryuu se iba a sentar al sillón, no quiero parecer empalagoso, ya que esto siempre había arruinado mis relaciones, espera. ¿Qué clase de relación quiero tener con Ryuu?
Ignoré mis pensamientos y me senté a su lado, entre el silencio recordé, que no sabía nada de él, nuestra relación no era lo suficientemente fuerte como para que habláramos de sus cicatrices, pero yo tampoco quería sacar el tema, ya que le había prometido al jefe que no volvería a herirlo, y yo tampoco quería verlo en ese estado de nuevo.
-¿En dónde está el jefe?- Preguntó terminando con el silencio.
No sé por qué razón me molesto el hecho de que el jefe fuera mencionado.
-Tenía que hacer otro viaje de trabajo, por lo que decidió que nos dejaría solos- Le dije algo molesto.
-Ya veo... Dijo dejándose caer sobre mi hombro.
Vi como las mejillas del menor se tornaban de un leve rojo, él es tan cálido...
Volví a pensar en lo que tenía en mente antes de que me interrumpiera.
-Ahora que lo pienso, no sabemos mucho el uno del otro, ¿Qué tipo de cosas te gustan?- Dije algo confiado por alguna razón.
-¿De qué estás hablando? Yo sé mucho sobre ti: no te gusta madrugar; cuando estás agotado sueles tirar tu cabeza hacia atrás; cuando una comida te desagrada subes una ceja; te gusta mucho el risotto y la ensalada cesar; detestas la música electrónica y te encanta la country; detestas a los perros; nunca te enfermas; eres muy pulcro; y en los peores momentos, siempre sabes lo que necesito.
Ah... Me gustaría escucharlo siempre, su voz es tan dulce...
-Bueno, ¿Y qué me cuentas sobre ti?- Pregunté algo apenado, después de todo no sabía nada sobre él.
-Sobre mí no hay mucho que decir. Me gustan mucho los gatos, me encanta la música pop y rock, entre la comida no tengo muchos problemas, ah claro, detesto el chocolate-
-Agh- Esa última palabra me hizo recordar todos los chocolates que compré, debí haberlo pensado mejor.-Y, ¿Estás saliendo con alguien?- Intenté cambiar de tema no quería que se diera cuenta de mi estúpido acto.
Se notó que al menor le incomodó la pregunta, maldición, ojala no se haya enojado de nuevo.
-No... No estoy saliendo con nadie, pero hay alguien que me gusta mucho... Me tiene como un loco enamorado- Dijo mientras se le decoloraba la cara nuevamente de rojo.
*Badum*
¿Qué fue ese latido? Sentí una opresión en el pecho, me sentía como si me estuviera ahogando, me temblaban las piernas y tenía un gran nudo en el estómago.
-Ah... Si?- Dije con una voz algo torpe y decepcionada por alguna razón.
-Sí, pero no soy correspondido, probablemente nunca pueda confesarle mis sentimientos-Dijo bastante apenado.
Sentí un extraño alivio en el pecho; por alguna razón estaba muy feliz de que su relación romántica no funcionara. ¿Por qué? ¿No será?...
-¿Y tú? ¿Estás enamorado de alguien?- Preguntó con mucho entusiasmo, su rostro demostraba que espera una respuesta.
-¿Yo? Quizás...-
ESTÁS LEYENDO
Al descubierto [Yaoi/Gay]
Romance¿Qué sucede cuando dejas tu corazón al descubierto? Portada hecha por: Xironic • La historia me pertenece por completo. • No copiar ni completa ni parcialmente. • Historia de género lgtb.