Dolor nostálgico

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Pov Takahashi

La primera luz del día se alumbraba fuertemente sobre mi rostro, mis ojos se mantuvieron entrecerrados, una agradable brisa rozaba mi cuello, un delicioso aroma invadía cada zona de mi cuerpo, y sentía un extraño calor que me acorralaba, no quería moverme, me sentía tan tranquilo y relajado, miré el reloj sin mucho detenimiento, no importaba si habían pasado días u horas, podría haber continuado junto a esa extraña presencia toda la vida, siempre.

Termine de abrir mis ojos por completo. Fue complicado, ya que había dormido muy poco en la noche y me desperté demasiado temprano, la luz me golpeaba directamente y no permitía que mis parpados se abrieran.

Maldición.

A mi lado se encontraba la personificación de mis sueños, el amor de mi vida estaba durmiendo a mi lado de forma tan pacifica, inconscientemente sonreí, no pude evitarlo, se veía como un ángel, su cabello sedoso y brillante relumbraba en las paredes blancas de la habitación haciéndola cobrar vida, su piel blanca como la nieve, tan suave y delicada se mezclaba perfectamente con las sabanas de la cama. Era una imagen implacable.

Me impactó como solo su presencia, lograba cambiar la visión de todo lo que me rodeaba, haciéndolo brillar de una increíble manera.

Sentí como una corriente eléctrica recorría mi espalda cuando noté que se acurrucaba cada vez más cerca de mi pecho, mi corazón se contrajo por un segundo, para luego relajarse e incorporarse a los de él, creando la más maravillosa sinfonía que había escuchado.

Con una mano entrelace sus dedos con los míos, y con la otra atrevidamente rodee su cintura abrazándolo fuertemente y me acurruque en su pecho, quería escuchar atentamente sus latidos, para que incluso en mis sueños, pudiera saber que se encontraba a mi lado.

Besé su pecho y susurré en un tono casi inaudible para no despertarlo:

-Te amo... Te amo demasiado...

Y escuchando el hermoso compás de su corazón, caí dormido nuevamente.

Definitivamente, no lo dejaría escapar de nuevo.

...

Escuché algunos rechinidos de la cama, juntó a un traqueteo nervioso cerca de mi oído, mis parpados se sentían pesados, a pesar de haber dormido tan bien, me faltaban algunas horas de sueño, y estas se notaban intensamente en todo mi cuerpo.

Me sorprendí, ¿qué más podría haber hecho?, al ver a Ryuu sentado en la esquina de la cama atando sus borceguíes en un pesado e incómodo silencio.

No lograba que mi boca emitiera un sonido, estaba impactado y no entendía que era lo que pretendía hacer en ese momento.

Rápidamente se levantó de la cama y su cuerpo se dispuso a dirigirse a la puerta, inconscientemente tomé la esquina de su camisa, no se volteó, no se dignó a voltearse. En un esfuerzo desesperado lo abrace por la espalda, mi tono de exasperación se notaba demasiado, pero eso no evitaría que callara las palabras que no pude decir aquella vez.

-Po-por favor, no me abandones...

-Déjame pensar las cosas.

Y con esa cortante oración se desprendió violentamente de mis brazos y antes de que pudiera reaccionar, golpeo con fuerza la puerta alejándose de mi lado.

Cuando logré reaccionar me vestí en tiempo record, la verdad ni siquiera miré lo que me ponía, solo me importaba él, estaba, estaba huyendo de mí de nuevo, y yo se lo estaba permitiendo, a pesar de todas esas promesas vacías que dije en la noche anterior mientras su cuerpo me regalaba su calor.

Al descubierto [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora