Al Descubierto

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Pov Ryuu

Luego de comer una deliciosa cena, para llenarme el estómago y celebrar el final de un nuevo día de trabajo, decidí echarme una buena y merecida siesta.

Mientras estaba yendo para mi habitación me encontré con Takahashi, éste es el hombre al cual admiro, lo seguiría hasta el final de los tiempos; lo considero alguien muy cercano a mí, aunque él sea tan seco y cortante; le contaría todos mis secretos escondidos rigurosamente en lo más profundo de mi alma, si él decidiera escucharlos; cocinaría para él cada día. Le declararía todo el amor encerrado en mi frío corazón hecho pedazos por mi pasado al cual a nadie le he permitido entrar por miedo a ser desechado como lo hicieron toda mi vida, si él fuera homosexual.

No recuerdo cuando fue que empecé a ser consiente de mis sentimientos, ni mucho menos cuando aparecieron, creo, que fue el día en que lo conocí, yo solía vivir en la calle, y una tarde simplemente, me lo crucé, era tan alto que el sol lo alumbraba, dejando que una leve sombra marcara sus preciosas y masculinas facciones, sus ojos llenos de dureza eran de un color el cual me cautivo al instante, sus cabello negro era como la noche más bella que he conocido estaba cubierto de tierra y polvo por el descuido, estos caían descaradamente sobre su piel que esta estaba destruida por el trabajo, pero solo hacía que su apariencia masculina resaltara. Simplemente quede boquiabierto ante tal cautivadora imagen, mientras él seguía su camino, no pude evitar perseguirlo con la mirada, esperando, poder reencontrarme con el hombre que destruyó cada cosa que creía saber de mí mismo, adentrándome a la fuerza a un nuevo mundo lleno de luces de color, un ambiente completamente acogedor y cálido, una desconocida sensación de estar en una montaña rusa, subiendo y bajando junto a un sinfín de emociones, que te traen tanto la mayor de las alegrías como la peor y destructiva de las tristezas.

Sé que soy muy joven, pero esto no es un sentimiento mezclado con admiración, quiero abrazarlo y sentir su calidez mientras sus enormes manos tocan todo mi cuerpo, besarlo y sentir sus labios tocando los míos mientras que dentro de nuestras bocas se forma una danza, dejándome agobiado y extasiado entre tantos sabores distintos, embriagarme con su deliciosa esencia, tocar su sedoso cabello hasta que se caigan mis manos del cansancio, quiero ser el único que este en sus ojos hacerme dueño de cada uno de sus pensamientos y sueños, quiero al dormir sentir su respiración en mi cuello, y al abrir los ojos verlo a mi lado con nuestras piernas entrelazadas, darle vida a su sonrisa, conocer cada una de sus cualidades, cada uno de sus defectos, sueños, temores, quiero sentir el calor de sus manos hasta que no tenga las fuerzas para sostenerlas y caiga en la tumba sabiendo que he tenido una vida llena de un amor cálido, sin ningún arrepentimiento ni cobardía.

Pero, la vida y el amor no son tan sencillos como aparece, la homosexualidad está totalmente discriminada, cuando mis amigos hablan de como un gay se les acercó, y lo insultan y le hacen burla, yo me río, pero en lo profundo siento como me clavan un cuchillo en el corazón y se me corta la respiración junto a que mis palpitaciones se aceleran, en especial cuando las burlas provienen de Takahashi, esas no son simplemente dolorosas, su cara de desagrado y horror al contarlo hace que mi corazón se detenga por unos instantes, respeto su opinión, pero cada vez que sucede, quiero llorar hasta quedar seco del dolor. Me desespero al verlo salir de bares junto a mujeres hermosas con esbeltos cuerpos, y luego tener que hacer una broma para que mi enorme pena que me deja casi sin aire no se visible.

Desearía poder gritarle mis sentimientos, sacando cada una de mis dudas y penas, pero, tengo más miedo de perderlo, de no ser capaz de escuchar sus aburridas anécdotas, de no ser capaz de trabajar a su lado, lo mejor es que me quede en silencio, hay días en los que quiero llorar acabar con todo y huir, pero, Takahashi es tan injusto, me abraza como si fuera un niño, el tonto no tiene idea de que solo me causa más daño y más ilusiones.

En algunos días Takahashi y mi jefe saldríamos a hacer algunos trabajos, por lo que no volveríamos en varios meses, me emocionaba el viaje, pero al mismo tiempo, me asustaba quedarme a solas con él y no poder contener mis sentimientos al estar tan cerca el uno del otro.

Nos subimos a el auto, me aseguré de no olvidar nada, y me despedí de los demás. El viaje fue largo y cansado, pasamos a descansar por una bar, para luego seguir hasta encontrar una posada donde dejamos descansar a nuestros cuerpos, que no parecían tener mucho futuro si seguían en esas condiciones. Prendimos la chimenea y calentamos la comida en la cocina, debido al frío me acerque al fuego, Takahashi intentando demostrar su masculinidad se alejó, no pude evitar largar una gran carcajada junto a un leve sonrojo al ver como ese gran hombre al que admiraba estaba temblando como un pequeño niño.

-Si tienes frío acércate, que no muerdo, si sigues temblando de esa manera, terminaras cogiendo un resfriado jajaja.- Deje lentamente de reír cuando se levantó de la esquina donde se encontraba.

El no dijo nada, solo se acercó a mi lado apoyando su cabeza en mis piernas, fue tan repentino su movimiento que no pude evitar que un gran sonrojo su posicionara en mis mejillas, mire para otro lado intentando esconder mi gran vergüenza ante la infantil manera de comportarse del mayor.

-Tonto.- Luego de que él digiera esa sencilla palabra, mis ojos conectaron accidentalmente con los suyos, y mi sonrojo empeoró (si eso es posible) al notar como una gran y luminosa sonrisa se abría en sus hermosos, secos y eróticos labios.

-No me pasará nada, déjame dormir un rato- Y cerró sus ojos.

Ah... Desearía que esto durara para siempre. Comenzaba a acercarme hacía él, con intenciones de besarlo, sabía que me arrepentiría, pero al ver esa hermosa y erótica sonrisa no pude evitar sentir como mi cuerpo se movía por sí solo. Cuando fui interrumpido (gracias a dios) por mi jefe, el cual traía más leña para el fuego, Takahashi se levantó de mi regazo dejándome volver a respirar, ya que por poco se me para el corazón al pensar en lo que estuve a punto de hacer, comimos la cena y charlamos sobre algunas cosas cotidianas, luego de un rato Takahashi se fue a acostar, dejándome a mí y a mi jefe en un incómodo silencio.

-A ti... Te gusta Takahashi... no es verdad...?

El comentario inesperado de mi jefe hizo que escupiera toda el agua que estaba tomando, ¿Qué era esto? ¿Un juego a ver quién me mataba primero?

-Q-q-qué?

-Digo, es bastante obvio, tenía la duda rondando, pero hoy, cuando él se tiró sobre tus piernas  tú te pusiste tan rojo como un tomate y estuviste a punto de besarlo, fue más que evidente. Y? Espero tu respuesta.

Llevé mis dos manos hacía mis mejillas golpeándolas con fuerza, entre los golpes y la vergüenza mi cara se ponía de un fuerte escarlata. El secreto que pensaba llevarme a la tumba había sido descubierto tan fácilmente, y por un acto tan ordinario y cotidiano.

Asentí mi cabeza con extrema vergüenza y arrepentimiento admitiendo mis desagradables e incoherentes sentimientos. Sabiendo, que debido a mi torpeza tanto la relación con mi jefe como con la de Takahashi cambiarían radicalmente, dejando de seguro, un final con un sabor amargo.








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