Seguidores

170 9 0
                                    

La vida de los animales para algunas personas es maravillosa y sorprendente; cierto porcentaje de esas personas logran ver el daño que algunos individuos le hacen a esos animales dejándolos en peligros de extinción, pero ese cierto porcentaje no hace nada para cambiar esa problemática y esa pequeña actitud hace que haya en el mundo personas cobardes; por esa misma razón digo que las personas son como las rémoras, alimentados de los desechos del otro esta comparación es válida, porque así es la mayoría de la humanidad con el miedo al qué dirán, y estupideces como esas, que hacen que vivan en la sombras esperando que todo llegue a sus manos y cuando no les llegan siente temor, preocupación y soledad, como siente temor empieza a buscar "soluciones", que temporalmente le pueden servir psicológicamente como la religión, brujería y cosas vanas. Una razón más añadida al por qué hago lo que hago.

La vida sería más sencilla si todo estuviera en mis manos, pero yo lo he aceptado la vida no es fácil, como dijo mi padre dijo una vez "un poco más de persistencia, un poco más de esfuerzo, y lo que parecía un fracaso sin esperanza puede convertirse en un glorioso éxito" todo eso lo dijo mientras yo mataba el perro de la casa, pero eso es un tema para otro día. Por eso ese que hasta el día de hoy, hay tantas muertes en mis manos, que hay hasta veces que me da miedo asomarme al espejo para no ver el monstro que soy.

Esa vida sencilla, hay personas que creen que sería así, si tan solo existieran los milagros, ¿tú crees en los milagros?, yo realmente no creía en ellos, pero mi pasamiento cambio esa noche cuando encontré esa joven rubia, lo que me hace preguntarme ¿existe gente tan dañada como yo?; bueno mi pregunta fue respondida el día de hoy, cuando me llego un paquete a la puerta de mi casa, en el momento que abrí esa paquete me sentí sorprendido, había un montón de cartas de jóvenes, niños, señores, que decían nombre de personas que quería que matara, me describían la forma de cómo podía hacerlo, la razón. En realidad me sentía asustado y a la vez alagado, pero yo no soy un mensajero, soy un revolucionario; aunque no estaría mal tener la opción, para poder saciar mi sed de sangre y muerte.

Así que ahora tengo seguidores, personas que me ven como su solución pero como sabrán de mí, será que fue esa joven rubia; ya dejare de hacerme preguntas, mejor matare. Revise carta por carta revisando quien podía morir y quien no, quemando las que no, hasta que encontré una que se encontraba bien redactada, con una foto del tipo y de la mujer, es de un pastor corrupto, de esos hay muchos, pero este viola a la mujer que me envió la carta y a su hija, así que si, se merece ser asesinado por mí.

Llegue lo suficientemente tarde, para estar seguro que estuviera solo ese maldito en la parroquia donde dicta la palabra de Dios de la manera más hipócrita que pude haber sabido; así que decido colocar en su piel esa palabra hipócrita; esta vez para matarlo, voy a usar la estrategia que siempre uso sigiloso, dormirlo, amarrarlo, tener una pequeña charla con él, y como final "sorpresa matarlo.

Entro en la parroquia con un maletín con todos los instrumentos necesarios, me arrodillo en banquillo, cierro los ojos y espero pacientemente que Frank salga, después de una hora, alguien me toca el hombro, era el, pude ver en sus ojos lo dañado que estaba, antes que yo hiciera algo él dice: que necesitas hijo mío. Sonrió y pienso: << al parecer tendremos él y yo la charla antes>>

Le respondo con una voz de melancolía fingida:

- Estoy dañado por dentro, tengo ideas en mi cabeza que quiero hacer, pero que algo me lo impide

- Que te lo impide ¿la ley?

- Si algo así

En ese mismo ínstate mi mano de la manera más sigilosa la dispongo a buscar el cloroformo ya preparado, para distraerlo sigo la conversación: esas ideas, me están consumiendo y presiento que si no lo hago mi parte oscura en algún momento me va a controlar y realmente no tengo ni idea de lo que podría pasar.

Frank de la manera más confiada me da la espalda, y empieza a mirar la figura de alguien en una cruz con sangre falsa, esa era la oportunidad perfecta, así que me acerco a él, para después pasar el mí brazo izquierdo por su cuello y después colocar rápidamente el pañuelo en su rostro; pero antes de que me acercara lo suficiente él se da la vuelta, logro ocultar el pañuelo y me dice: se lo que sientes, yo también sentía esa impotencia, pero yo sé cuál es la solución, sígueme.

En realidad no sabía que me quería enseñar, pero a un así le quería seguir el juego, pero aun él estaba anticipando lo inevitable; me lleva hacia una puerta que se encontraba al final de un pasillo, antes de abrirla me dice: quiero que lo que veas a que no lo comentes, no corras, no te asustes o estarás muerto.

Vuelvo a soltar esa sonrisa que asusta a la gente y al él no lo asusto si no que entendió y también sonríe; Frank abre esa puerta y lo que veo detrás de ella es su esposa que la reconocí por la foto y a otra chica que me imagino que era la hija, amarradas y amordazadas en cruces de gran tamaño, se veía que fueron golpeadas, y maltratas. Y sin dejar que Frank dijera algo coloco el pañuelo en su rostro, dejándolo caer instantáneamente.

Frank se despierta, amarrado en una de esas cruces que usa para torturar y violar, el hace una pregunta que me sorprende: ¡¿Por qué estoy a aquí?!

Ahora si era el momento de la pequeña charla así que le digo: nunca dejas de sorprenderme Frank, y la razón de que estés aquí es porque te lo mereces.

El lanza una sonrisa malévola al aire y dice:

- acaso esas perras te mandaron

- en realidad no Frank, fui yo el que decidí,

- y ¿quién eres tú?

- El tipo del cuchillo que tiene sed de sangre, así que ahora calla que es el momento de la obra de arte.

Lo vuelvo a dormir; mientras dejaba en su piel llena de sangra su pecado de la hipocresía él se despierta, y desesperadamente me dice: por favor, te lo suplico suéltame y ¡¿Qué carajos me estás haciendo?!

En ese instante agarro un espejo que tenía preparado, y le muestro la obra de arte y le digo:

- sabes me agrada que supliques, para que así sientas lo que tu esposa e hija sintieron; ya viste mi obra es maravillosa no crees, todavía no he aprendido a hacer la R con cuchillo, pero quedo bien aunque esperaba mucha más sangre de ti, o de pronto ya tu organismo sabe que estás muerto bueno me voy

Le dejo decir su última voluntad, y dice: pido que la persona que me mate sea mi esposa y mi hija.

En ese momento suelto una risa al frente de él y le digo: quien crees que lo va hacer, pues ella, además ella misma me lo pidió, me lo suplico, así no le quito más tiempo a las señoritas me tengo que ir.

Ellas dos me dicen "gracias" me sentí a gusto, me hizo sentir que haber matado, haber salvado, se siente algo mejor.

A salir de la parroquia hay estaba en la puerta esa joven rubia y dice: ¿que sentiste?



LA CARTA Y DIARIO  DE UN PSICOPATA ASESINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora