deseo y tentación

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¿Cómo podría definir un hombre como yo al trabajo?, hay muchas maneras de dar una opinión sobre ese tema, creo que todo depende desde el punto de vista que lo veas, y desde la perspectiva mía, y estoy suficientemente cuerdo para saber que no es muy confiable mi opinión, pero para llegar una conclusión le he tenido que preguntar a cada una mis victimas que he matado, todas las opiniones fueros inservibles, palabras llenas de tristeza, desesperación y miedo, sin ningún valor, pero una víctima pudo concluir mi incógnita, casi lo perdonaba, pero por sus actos debía morir, él se llamaba Alex o Jonás, no estoy seguro, pero mientras yo lo colgaba a la pared con una cuerda diseñada con alambre de púas, una voz me dijo<<el responderá tu pregunta>>; así que coloco mi mano manchada de sangre en su rostro, y mientras deslizo mi mano hasta su cuello le digo—John, para ti ¿qué significado tiene el trabajo?, sé que es una pregunta algo inapropiada, y sé también que es imposible concentrase, mientras tus brazos se encuentras sujetados intentado superar el dolor de tu cuerpo desangrándose poco a poco, y si sigues moviendo las piernas con desesperación el dolor será peor; por favor John no tienes que mearte por todo el suelo, sé que tienes miedo, pero podría ser peor— verdad mi víctima se llamaba John sabía que me acordaría, porque en su pecho con una pistola de clavos coloque, "John el violador". Bueno eso no importa, lo que importa fue lo que él me dijo con una voz agonizante escoge un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día te vida. El aclaro que eso lo saco de un poster. Pero eso me ayudo a llegar a una conclusión. El trabajo es lo único que me va ayudar a calmar a la oscuridad por un tiempo, pero tenía que ser un trabajo en el cual pueda salir y entrar cuando quiera, así que pensé en uno que desde hace mucho tiempo ha tenido vacante, en la comisaria donde trabajaba mi madrastra hay un vacante para archivos, la paga no están buena, pero es suficiente para poder crear el camuflaje perfecto, pero lo que no sabía, es que me encontraba en el paraíso. Así que como ya me conocían como un hombre honesto, trabajador, colaborador, claro todo esas características de mi personalidad que le muestro a la sociedad, también hijo de una policía me contrataron sin problemas.

Había una habitación completamente llena de cajas y archivos viejos, Mi trabajo era simple lo diré de la misma forma como me lo dijo el oficial que me lo explico: observar, organizar, y archivar. No se me iba mal ya había tenido experiencias con organizar cosas; no solo con mis asesinatos completamente bien realizados, sino también con mi madre, ella mientras trabajaba me dejaba aquí con aurora, la antigua trabajadora de este lugar buena mujer muy servicial y con una gran familia; lastima para ellos que yo la haya asesinado, después de pasar un tiempo con aurora supe que ella robaba la droga de evidencias y las vendía a jóvenes, pues claro solo era conjugaciones, hasta que un día la seguí y digamos que la atrape con las manos en la masa. No podía dejar que ella indirectamente les hiciera daño a jóvenes. Como yo era joven y no tenía la suficiente experiencia para matar alguien como para disfrutarlo; luego ella "misteriosamente muere de sobredosis".

Lo bueno de estar en archivos es que tengo la disponibilidad de saber sobre esos casos que han sido cerrados injustamente, de esa manera no tendré que asesinar cada vez que mi subconsciente tenga la idea drástica de matar cronológicamente a cualquiera que pase por mis hombros, aunque es algo bueno hacerlo, ya que no quiero sentir la impotencia de querer ver sangrar aquel que lo merezca, ahora no tendré que ver su personalidad, tan solo su pasado, abrir una carpeta, revisar, matar, un orden más ordenado.

Mi vida ha sido desastrosa lo admito, he visto y soñado cosas que si te las contara, si fueras como yo reirías, pero si no lo eres las pesadillas serian algo sangrientas, de terror, dañarían tus sueños más bellos, simplemente no dormirías; cada vez que cierro los ojos veo un tono rojo que va bajando lentamente y va calentándose hasta el punto de sentir un ardor ese la alarma para matar, tal vez ya lo dije, pero sino asesino me consumiría ese tono rojo hasta el punto de despertar el demonio o ese deseo que duerme dentro de mí, lo que soy ahora, lo que hago ahora, tan solo son los sueños de ese demonio, voy a luchar contra ese deseo hasta que no pueda luchar más; como ya saben solo asesino y descuartizo al que lo merezca, tal vez algunos dirán— que mis acciones son de un salvador, de un héroe, de alguien que solo quiere lo mejor para esta sociedad en decadencia—pero en el momento que no pueda luchar, es mejor temer y correr, no quiero ser esa clase de asesino, pero es lo que hay.

No quiero vivir enfrascado en esa lucha contra mi deseo, pero es mi deber, el concejo que puedo dar para ser feliz es vivir cumpliendo ese deseo que te hace sentir orgulloso, en cambio mi deseo no me hace muy feliz.

No podemos confundir deseo con tentación, tentación fue lo que sentí ayer, me encontraba en una reunión entre los compañeros de la oficina los cuales son buenas personas, y mientras me encontraba tomando una cerveza fría sentí esa sensación que alguien me observaba, di la vuelta y hay estaba en el fondo del bar a una mujer hermosa con cabello de color castaño, con una entonación rubia, sentada en una esquina casi oscura, no sé si fueron los efectos del alcohol, pero cedi a la tentación, me acerque a ella, le dije—hola—charlamos, la lleve afuera y mientras pasaba mi mano por su cintura, mi otra mano pasaba por su brazo que estaba algo frio y tembloroso, no dejaba de ver esos labios altamente pintados de rojo, y con unos ojos brillantes algo tiernos, pero llenos de maldad, sus pupilas se dilataban cada vez que me acercaba a sus labios y la bese. Pasaron unos días después de eso, pensé que la tentación tan solo había sido un recuerdo sin consecuencia, pero fue hasta que vi en los noticieros que esa mujer había sido asesinada brutalmente con mismos métodos hasta tenía en su pecho el pecado, le escribieron adulterio, pero no había sido yo, no tenía ni idea quien pudo haber sido, hasta que toca a mi puerta la chica de cabello rubio, con sus mejillas manchadas de sangre y citando lo mismo que dijo: me perteneces y se fue lentamente nuevamente disipándose lentamente en la oscuridad.

LA CARTA Y DIARIO  DE UN PSICOPATA ASESINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora