Capítulo 21

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Narra Riccardo

No contesta nadie. Vuelvo a llamar, bueno, casi a aporrear la puerta. Vale, ahora sí me asusto. Desesperado, doy la vuelta a la casa en busca de un lugar por el que entrar.

Vaya, ¡qué oportuno! Una ventana abierta. Aun encima, en la planta baja. No se puede tener más buena suerte.
Entro. La ventana da a la cocina.

Yo: ¿Natsuki? Siento entrar así pero...

No contesta nadie.

Yo: ¿Hay alguien ahí?

Sigue sin haber respuesta.
Busco en todas las habitaciones: nadie.

Entro en la que supongo será la suya. Veo encima de la mesilla que hay al lado de la cama su móvil. Qué raro..., normalmente lo lleva consigo siempre.

Esto empieza a ser muy misterioso. Siento a alguien llamar a la puerta. Bajo corriendo. ¿Quién será? Tengo el corazón a cien.
Pego la oreja a la puerta para ver si oigo voces. Me calmo en seguida al oírlas.

Megan: Joder, no está.

Katy: A lo mejor no nos ha escuchado.

Xemara: Puede ser.

Fermina: Sí.

Jade: Llamad otra vez.

Abro la puerta justo cuando Megan iba a darle y me llevo un puñetazo, no precisamente débil, en toda la cara.

Skie: ¿Riccardo?

Jade: ¡Al final has venido!

Yo: Sí, pero tengo malas noticias, Natsuki no está.

Rosie: ¿Qué?

Yo: Ya veis, será mejor marcharnos.

Katy: Si tu lo dices...

Pero veo que se queda mirándome de reojo. Debe de desconfiar que no me quedaré de brazos cruzados. Acierta. En cuanto se van, he decidido buscar por toda la ciudad.

Narra Fermina

Después de ir hasta la casa de Natsuki, me acerco hasta el hospital a ver como les va a los demás, en especial, a mi querido Gabi.

Entro en la habitación.

Yo: Hola.

Gabi: ¡Hola, Fer! ¡Qué alegría verte!

Nos besamos. Me siento a su lado.

Yo: ¿Qué tal está?

Gabi: Mejor. Menos mal que fue en el hombro. Nada grave.

Yo: Que alivio...

Se pone serio.

Gabi: El partido...

Yo: Sí, es mañana. ¡Pero en estas condiciones no vas a jugar!

Gabi: ¡Fer, pero falta gente!

Yo: Tú quieres empeorar, ¿no?

Gabi: ¡Claro que no! ¡Pero el hombro no me impide correr! Si me dejan salir, iré a jugar.

Sé que quiere jugar. Pero no debe. Aún así, no puedo negárselo, es su decisión.

Yo: No te lo voy a impedir, Gabi. Pero espero que sepas lo que haces.

Me apoyo en su pecho y me acaricia el pelo.

Narra Víctor

Acaba de venir Fermina a ver como estoy. Es una chica muy atenta. Enciendo la tele de la habitación. Justo en ese momento, alguien llama a la puerta y entra sin que me dé tiempo a contestar un mísero "adelante".

Megan. ¿Quién si no? Solo ella hace esas cosas. Aunque supongo que es por eso que me gusta.

Megan: ¿Cómo vas?

Yo: Tirando. ¿Y tú?

Megan: ¿¡Yo qué!? ¡Sigues pensando que no me sé valer por mí misma!-Se enfada.

Yo: ¡No! No lo decía por es...

Se acerca a mí a toda pastilla. Acerca a la misma velocidad sus labios a los míos. Esta mujer es bipolar, pero eso también me gusta de ella. Nos quedamos así durante un largo rato. Luego, se separa y...

Yo: ¡Ay!

Megan: ¡Jajaja!

Yo: ¿Por qué me das una bofetada?

Megan: Porque no todo va a ser felicidad. Había que espabilarte.

Yo: Mira que eres...

Megan: Bueno, sabiendo que estás bien, me marcho tranquila.

Yo: Chao, amor.

Megan: ¡No me llames así, que se me hace raro oírte decir eso!

Me sonrojo más que un tomate bien maduro.

Yo: Vale, vale.

Megan: ¡Jajaja! ¡Era broma!

Yo: ¡MEGAAAN!

Sale corriendo del cuarto. Esta chica, de verdad que no sé que se le puede hacer...

Narra Fermina

Salgo del cuarto de Gabi y veo que alguien sale disparado por el pasillo hacia mí. ¿Megan?

Megan: ¡APARTA! ¡NO PUEDO PARAR!

Viene tan rápido que choca contra mí y caemos las dos al suelo.

Yo: Ay...

Menos mal que no había ningún médico ni enfermera en el pasillo, porque si no, nos habrían echado de allí a patadas y sin reparos.

Megan: ¡Fermina! ¡ERES TÚ!

Yo: Sí, supongo que soy yo.

Megan: Lo siento... ¡NO ERA MI INTENCIÓN!

Yo: Vale, ya. Pero no hace falta que grites, que nos van a echar.

Megan: Uy, sí, perdón. Jeje...

Salimos juntas del hospital. Son las ocho de la noche, pero como es verano, aún es de día.

Megan: ¿Sabes en qué he pensado?

Yo: ¿En que?

Megan: ¡En que el resto escogió el vernao perfecto para largarse de vacaciones! ¡SE HAN IDO PRÁCTICAMENTE TODOS MIENTRAS AQUÍ SE MONTA UNA BUENA!

Yo: Sí, la verdad, tienes mucha razón.

Sí, sí que la tiene. Por ello, ahora somos tan pocos que ni completamos un equipo reglamentario.

Nos separamos, cada una para su casa. Me cruzo con Katy.

Katy: Hola, Fer.

Yo: Hola.

Katy: Voy al hospital, ¿vienes?

Yo: No, gracias. Acabo de estar allí.

Katy: Ah, bueno. Entonces te dejo. ¡Chao!

Yo: Adiós, Katy.

Narra Katy

Fermina se va sola. Sigo mi camino. Vaya, hoy estoy por cruzarme con gente. Ahora, Xemara.

Yo: ¿Qué tal, Xemara?

Xemara: ¡Hola, Katy! Deja que adivine...-Me mira con cara pícara.-Vas al hospital, ¿no es así?

Yo: Eh, pues sí. Pero ¿por qué me miras así?

Xemara: A ver a tu novio, claro.

Me pongo roja. Esta chica siempre tan cotilla con temas amorosos.

Katy: Pues sí, mira, no te lo voy a negar.

Xemara: ¡Lo sabía!-Me guiña un ojo.-Pues no te retraso más, ve con él.

Me despido y sigo andando. Gracias a Dios, no me cruzo con nadie más.

Amor de amores (?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora