Pasos, pasos, demasiados pasos apresurados para ser medianoche.
Escucho mucho ruido, incluso puedo jurar que son de espadas. Susurros y sombras del otro lado de mis aposentos es todo lo que me permito escuchar para deducir que nos están atacando.
Alarmada me levanto de mi cama para ver qué sucede, aunque mis movimientos se ven interrumpidos cuando la puerta de mis aposentos es abierta sigilosamente.
—Princesa Arlana, que bueno que esté bien. Tenemos órdenes de llevarla al refugio real —comenta un guardia en la oscuridad de mi alcoba.
— ¿Sabemos quién nos está atacando? —les pregunté mientras me cubría con una bata y un par de zapatos cómodos para hacer más fácil mi camino.
—No en concreto princesa, pero sí sabemos que son un culto de magos los que entraron —dice el mismo guardia, pues el otro no deja de observar hacia el pasillo.
—Magos... —murmuró por lo bajo—. ¿Cómo es eso posible? La magia no existe.
—Se sorprendería al darse cuenta que hay más magia en este mundo de la que se imagina.
—Hasta no ver no creer —le conteste volteando a verlo fugazmente—. ¿Cuáles son sus nombres, soldados?
—Soldados Luke Benward y Thomas Cossey, a sus órdenes princesa —explica el soldado señalando primero a su compañero y luego a él.
—Muy bien soldados Cossey y Benward, les pido que me saquen de aquí y me lleven al refugio.
—Así será... por aquí princesa —dice el soldado que no se había despegado de la puerta cuyo nombre corresponde a Luke.
—Manténgase siempre entre nosotros por su seguridad princesa, por cierto, casi lo olvidaba... —murmura el soldado Cossey sacando de entre su calzado una daga—. Por si acaso lo necesita.
Tomo el objeto sin pensar mucho en ello. No quiero matar, pero tampoco estoy dispuesta a morir esta noche.
Comenzamos a caminar por los largos corredores y en algunos puntos del castillo corríamos para no ser vistos. Aunque no podía pasar por alto los gritos de las personas pidiendo ayuda, los llantos desesperados de mujeres que pueden estar siendo masacradas o violadas. El sonido de espadas chocando unas con otras para mantener con vida a su portador, cuerpos tirados en el suelo como si de animales se tratara.
Sangre y más sangre. Parece como si el rojo fuera el color de todo el lugar.
El castillo está colapsando y solo puedo pensar que mi pueblo está sufriendo y yo no puedo hacer nada para protegerlos. No me imaginaba que el ataque fuera algo tan grave.
Llegamos a la torre del castillo en donde se encontraba el escondite y detuve mi caminata al percatarme que la puerta de dicho lugar se encontraba completamente abierta.
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El Castillo de Sangre
FantasyCuando los reinos son grandes, suelen ser mas deseados. Cuando la gente es avariciosa, mueve aquí y allá esperando ganar. Cuando un reinado termina, el reino se vuelve el punto de todas las miradas. Pero si de dicho linaje aun hay alguien con vida...