Capitulo 5.

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Crooktred

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Crooktred.

Olivia se encontraba sentada cerca de la ventana leyendo un libro cuando Colm entró como un torbellino por la puerta. Las dos lo observamos con cierta preocupación al notar la palidez de su rostro.

—¿Cómo te sientes? —dio unos pasos hacía mí—. Lamento no haber venido los días pasados pero había una situación que requería mi total atención.

Olivia desde el otro lado de la habitación lo miraba con tanta admiración que fue imposible no saber que le gustaba.

—Mejor que tú al parecer —sonreí un poco—. ¿Se puede saber qué es lo que te tiene así?

El príncipe suspiró y pasó una mano por sus rizos dorados que por primera vez estaban desordenados, definitivamente algo malo estaba pasando.

—Lady Olivia —Colm notó a la doncella por primera vez cuando dio media vuelta—. Disculpe mis modales pero no la había visto —le dio un beso en el dorso de la mano lo que la hizo sonrojar.

—Descuide, príncipe Colm —le dio la sonrisa más grande que la haya visto hacer.

—¿Cree que podría dejarme un momento a solas con la princesa Arlana? —le preguntó amablemente y ella sonrió efusivamente antes de levantarse de su lugar.

—Estaré afuera por si necesita cualquier cosa —salió y no supe si me lo decía a mí o a Colm.

El chico tomó asiento en un sillón cerca de mi cama y hablo.

—Mi padre sabe que nosotros sacamos a la bruja ¿Cómo? No lo sé —el pánico comenzó a cubrirme—. Quiere cazarla, pero le dije que tengo una maldición y que si la mata estaré maldito para siempre, así que se abstuvo de hacerlo.

—Pero supongo que hay algo más ¿cierto?

—Asesinaron a varias familias de Aidlan que querían salir de tu corte —Colm suspira—. Al parecer Aedus ha dicho que nadie entra o sale hasta que él lo autorice —una lágrima rueda por mi rostro y Colm se levanta de su lugar—. La gente se está muriendo de hambre y todas las aldeas son un caos, Aidlan poco a poco se cae a pedazos.

No lo puedo evitar, comienzo a llorar fuertemente imaginando las atrocidades que está haciendo Aedus. Mi bello Aidlan está siendo destrozado por su avaricia y todo por lo que tanto lucharon mis padres está comenzando a desaparecer.

Colm llega a mi lado y me atrae con fuerza hacia él. Me permito abrazarlo y buscar la fortaleza que me ofrece con su toque, me permito llorar en el hombro de mi amigo.

—No sabes lo mal que me pone verte así —murmura contra mi oído—. Buscaremos la manera de ayudar a toda esa gente, juntos lo lograremos.

Juntos ¿Cuánto tiempo podremos seguir juntos antes de que su padre me bote de su corte o antes de que Dylan se entere que estoy aquí y venga a buscarme? Quiero pasar más tiempo con él, con mi amigo, mi nuevo cómplice de misiones suicidas.

El Castillo de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora