Tomaba pequeños sorbos de mi copa de vino cuando una persona se acercó a conversar conmigo.
—Princesa Arlana ¿Qué hace usted aquí? —dijo alguien a lado de mí.
— ¡Lord Dooling! —Exclamé sorprendida, al fin una cara conocida—. Vine de visita. —contesté con una risita—. Pero le pregunto lo mismo ¿Por qué está aquí y no en Dingood?
—Cosas de negocios me trajeron aquí —hablo seriamente.
—Entiendo, no es un tema que se pueda tocar —le sonreí comprensivamente.
—Lo siento princesa, pero son asuntos privados de Dingood y no con cualquiera se pueden hablar.
—Ya le dije que lo entiendo, ahora cuénteme ¿Cómo está el príncipe Daeryn?
—Ansioso por la próxima boda —habló entusiasmado a lo que hice una mueca de angustia—. ¿Qué pasa princesa, algo está mal? —quiso saber el caballero.
—Es algo delicado que necesito decir y ya que usted es alguien de confianza y lo conozco desde hace muchos años, se lo contaré.
Él asintió efusivamente y suspiró con resignación.
—Me comprometí con el príncipe Colm —no pude seguir hablando ya que me arrebató la palabra.
— ¿Cómo? Usted ya estaba comprometida ¿Por qué hizo eso? —quiso saber.
Le di un trago a mi bebida para refrescar mi garganta que comenzaba a cerrarse, él imitó mi acto.
—Sé que fue una estupidez, pero en realidad necesitaba de su ayuda. Tengo que recuperar Aidlan y la ayuda de Dingood tardaría meses. Necesitaba moverme ya.
—Princesa, tiene que saber que es muy arriesgado lo que está haciendo, le pueden quitar sus tierras por hacer este tipo de cosas. La ley lo dicta —susurro angustiado.
—Lo sé, lo sé. Por eso le pido que no le vaya a decir nada al príncipe Daeryn y mucho menos al rey Deron —le pedí angustiada—. Ya veré como solucionar esto, por eso no quiero adelantar ningún suceso.
—No se preocupe princesa, no pienso decir nada —dijo poniendo momentáneamente su mano en mi hombro.
—Arlana, baila conmigo —Colm llegó a mi lado sorpresivamente.
—Lo siento, estoy conversando con Lord Dooling —le sonrió y estoy esperando poder librarme de bailar con él.
—Estoy seguro de que a Lord Dooling no le va a importar o ¿Sí? —el príncipe le preguntó educadamente.
—Para nada —le contestó haciendo una pequeña reverencia antes de marcharse del salón.
Volteó hacia el príncipe que estaba muy atento viéndome y le digo —siempre te sales con la tuya ¿No es así? —doy unos pasos hacia él.
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El Castillo de Sangre
ФэнтезиCuando los reinos son grandes, suelen ser mas deseados. Cuando la gente es avariciosa, mueve aquí y allá esperando ganar. Cuando un reinado termina, el reino se vuelve el punto de todas las miradas. Pero si de dicho linaje aun hay alguien con vida...