Con paso tranquilo llegan a la casa de Thomas, el forense. El lugar consta de dos plantas, arriba es una casa, abajo está la morgue temporal. Palas pica la puerta y una joven nos abre. Debe tener varios años menos que Ávalon pero parece mayor de edad. Sonríe levemente y la saluda.
— Mi tío les está esperando —murmura—. Por favor, pasen.
— Con gusto —responde el hombre.
Los tres entran en el interior de la casa y son llevado al sótano. El lugar es muy frío. Perfecto para conservar los cuerpo y ralentizar su putrefacción.
— Sabía que no había ningún hospital pero esto es pasarse un poco —comenta el joven rubio—. Apesta a cadáver.
— Deberías estar ya acostumbrado —susurra Avy.
— Hay una pequeña clínica pero están de obras con algunas renovaciones. Por eso se utiliza este lugar como morgue provisional —explica la muchacha—. Tío, los invitados han llegado.
Todos pasan a una sala con una mesa ocupada por el cuerpo de la víctima del día anterior. Inspira y el olor nauseabundo llega a sus fosas. Ve como Danyan da un paso atrás y se niega a entrar. Para él es más duro, su olfato es demasiado fino. La sobrina del médico se marcha a toda prisa, parece estar ocupada.
— Bienvenidos, lastima que sea en estás duras circunstancias —saluda el médico.
— El doctor Thomas, me imagino —susurra Ávalon.
El hombre observa a la joven de largo cabello rojizo y un abrigo blanco. Sus ojos brillan de un verde esmeralda intenso. Por un momento queda completamente desconcertado ante la visión de esos tres. Un hombre alto, de cabellera azabache y ojos azules. No debe tener más de treinta y cinco años. Quizá llega a los treinta y seis. Lleva un traje gris y una camisa blanca. Diría que pertenece a la clase alta pero sus manos lo delatan. Su vista se centra en el muchacho que ha decidido no acabar de entrar. Cabellera rubia ceniza, ojos de un intenso azul cielo, quizá un poco más alto que su compañero y sin traje. Una camisa blanca y unos pantalones grises junto con un abrigo de un tono más claro que los pantalones. Todo perfectamente combinado. Pero tampoco es de clase alta. La única que realmente pasaría, no solo por un miembro de la élite sino por una noble de la más alta cuna, es la joven pelirroja.
— Y usted debe ser Lady Phoenix. He escuchado historias acerca de su persona. ¿Debería alegrarme que intervenga en estos asuntos o preocuparme?
— Lo dejo a su elección —responde con una sonrisa diplomática—. ¿Qué hay de la joven?
El hombre sonríe para nada impresionado con la contestación de la joven. Era de esperar que en su situación intentase ser lo más flexible que pueda. No ha venido a hacer amigos sino a cazar, pero a veces, ciertas amistades pueden ayudar a que las cosas fluyan mejor.
— La joven murió de un solo golpe —explica el hombre—. Es un golpe severo en la cabeza que le hundió el cráneo.
— ¿Las heridas fueron infligidas después de su muerte? —pregunta Palas.
El doctor se vuelve hacia él y asiente.
— Así es. Lo que sea que la mató primero la golpeó y luego la abrió en canal. Es la primera vez que veo algo así —suelta el hombre—. Nunca imagine que pudieran haber animales capaces de hacer esto.
— Señor, le ruego que no comparé a las bestias con los animales normales y corrientes de este mundo. Hay una clara diferencia entre Mordred y la Tierra —comenta Avy.
— Claro —dice.
— ¿Ha visto algo que tenga relación con las otras víctimas? —prosigue la joven.
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Susurros del Bosque [#1]
Science Fiction> Una chica que no recuerda su pasado y solo ve un futuro oscuro para ella y para los que la acompañan. Un hombre que nadie sabe de dónde ha salido. Un chico que está empeñado en buscar una vida mejor para él y para su hermano. Una exprostituta busc...