Ambos jóvenes la miran sobresaltados. No se esperaban nada de eso. Les a tomado por sorpresa de tal forma que los ha asustado.
— ¿Interrumpo algo? —pregunta Sasha contemplando a ambos.
— Nada importante —asegura Avy dando por zanjada la charla con Cedrick—. ¿Qué has averiguado?
— Ah sí, es cierto, he venido para deciros eso —dice recordando que hace en el lugar—. Lo hemos encontrado, aunque la idea ha sido de Jamie. Veras, Danyan y yo hemos ido a preguntar por el pueblo sobre las víctimas. Las respuestas siempre eran muy parecidas pero algo. Buenas personas, buenos trabajadores... Así que no entendía muy bien la relación que tienen todos...
— Sasha al grano —pide la pelirroja.
— A eso voy. Todo se ha aclarado cuando he visto algo muy interesante en una de las primeras víctimas, Charlotte Page.
— ¿Qué es? —pregunta Cedrick.
— Estaba embarazada. De hecho hacía poco que había dado a luz. Y adivina qué..., no estaba casada.
— Entonces, ¿de quién era el hijo? —pregunta la pelirroja.
— Pues, según los rumores que he podido averiguar, era de él.
Extiende una carpeta con un retrato de una de las víctimas. Una sonrisa aparece en los labios de Avy, una sonrisa llena de sarcasmo. Después de todo tiene razón. Todas las personas tiene un lado oscuro.
— ¿Ronnal Snow? —dice Cedrick—. Eso no me lo esperaba.
— Parece que el padre fiel no era tan fiel —murmura la pelirroja—. Padre de familia. Amado esposo. Ya me parecía demasiado extraño que lo hubieran escogido precisamente a él. Un hombre con tan buena trayectoria, tan buena reputación... Ahora todo tiene sentido.
— Pero no es solo eso. Mary Anne, la prostituta de élite también tiene sus cosas. Llevaba un burdel en el que trabajan la mayoría de prostitutas del pueblo, y actuaba de casamentera para las familias adineradas —prosigue Sasha—. Susan Clarke, la cuarta víctima, era la encargada del orfanato antes de que Mary Brown tomará el relevo. La obligaron a jubilarse de ante mano porque se descubrió que vendía parte de las donaciones y se quedaba el dinero mientras los niños pasaban hambre. Y de cosas así he encontrado miles. Esos humanos no tenían nada de bueno. Es como si este pueblo estuviera enteramente podrido.
— Tal vez lo esté —comenta Avy—. Buen trabajo Sasha. Déjame toda la información recogida sobre la mesa. Esta noche me dedicaré a analizarlo todo.
— Como gustes —dice sonriente—. Yo me divertiré a tu costa en la fiesta. Por cierto, Richard no para de preguntarme por ti. Parece que debes añadir un nombre más a tu lista de corazones rotos. Pobre chico, lo cierto es que me da algo de pena.
Avy bufa y se encoje de hombros como si nada. El hijo de ese hombre no es algo que le interese en especial.
— Ah, ha desaparecido un hombre. Michael es su nombre —dice ignorando el comentario de la rubia—. Vigila el pueblo junto con Palas, no tardará en aparecer su cadáver.
— Como desees —responde Sasha.
— ¿Cómo estás segura de que está muerto? —pregunta Cedrick.
— Porque solo hace falta ver lo que la Bestia hace a esos hombres y mujeres para saber que si aún está vivo no será por mucho tiempo. Además, más le vale estar muerto porque, si doy con él, un destino peor que la muerte será lo que le espere —contesta Avy—. Le haré desear haber muerto en manos de la bestia y no en las mías.
Cedrick traga saliva al escuchar la voz profunda y helada de la chica. Y no es infundada esa sensación, todos saben que si la chica lo desea puede llegar a ser cruel, muy, muy cruel. Sasha asiente y se marcha no sin antes dejar una carpeta sobre el escritorio.
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Susurros del Bosque [#1]
Science Fiction> Una chica que no recuerda su pasado y solo ve un futuro oscuro para ella y para los que la acompañan. Un hombre que nadie sabe de dónde ha salido. Un chico que está empeñado en buscar una vida mejor para él y para su hermano. Una exprostituta busc...