A la mañana siguiente Summer volvió a aparecerse en la clínica. No iba a rendirse tan fácil con respecto a Justin.
Ella realmente quería ayudar a Justin de alguna forma o hacer que se olvide por un momento de lo que sucede dentro de su cabeza.
Luego de irse de la clínica ayer, se mantuvo toda la noche despierta frente a la pantalla del computador, llenando su cabeza de información sobre lo que le sucedía a Justin.
Ahora sabía que la culpabilidad y temor que sentía por las experiencias pasadas, deformaron su conciencia, transformándola en su peor enemiga.
Él no tenía control sobre ella -o él - y llegó al punto de seguir sus órdenes.
Luego de aquello, decidió volver a la clínica para hablar civilizadamente con él y no cometer el error de mencionar rápidamente aquel intruso que invadía su mente.
Saludó al guardia elevando la barbilla y éste le sonrió.
-Veo que no se rinde tan fácilmente, señorita Burberry -le dijo, a medida que la reja se abría.
Ella se encogió de hombros y siguió avanzando por el mismo camino de tierra que el día anterior había transitado.
Ahora el jardín delantero se encontraba desierto. No había alma viviente que por allí pasara. La razón era la lluvia que se avecinaba, por eso mismo debía apurarse si no quería quedarse estancada dentro de la clínica.
Summer se encogió aún más en su abrigo, como si esa acción pudiera librarla de la tensión que invadía su cuerpo.
Se había memorizado cada frase que le diría a Justin, con la intención de no hacer que sufra otro de esos espantosos ataques.
No quería que ninguno de los dos pase un mal momento. Ella no podría soportar otro de sus ataques, no por ahora.
La noche anterior, al dormirse, las imágenes de aquella nueva experiencia se reflejaron en su mente, alterándola lo suficiente como para no dejarla dormir.
Summer tocó el timbre de la clínica. Pronto la puerta se abrió, y frente a ella apareció una mujer entrada en edad.
Su cabello grisáceo se encontraba amarrado en un moño formal. Algunos cabellos se escapaban de él y caían sobre sus orejas decoradas por dos perlas.
-Buenas tardes -la saludó cordialmente la señora.
Summer sonrió.
-Buenas tardes, soy la doctora Burberry. He venido a ver al paciente Justin Bieber.
La mujer sonrió y se hizo a un lado para dejarla pasar. Ella le agradeció y caminó por el pasillo hasta toparse con la puerta de la habitación de Justin.
Se quedó un momento detrás de la puerta, observando su figura por el vidrio enrejado de la misma.
Su cabello se encontraba oculto por un gorro gris de lana, combinando con su polera del mismo color.
Su mirada se mantenía en la ventana frente a él. Su mano derecha rodeaba la reja con fuerza y sus piernas se encontraban cruzadas.
Summer colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja antes de abrir la puerta.
Justin volteó en cuanto oyó el chirrido de la puerta al abrirse. Y se sorprendió bastante al ver a la Dra Burberry frente a él.
Pensó que se había asustado lo suficiente como para no volver jamás. O por lo menos, es lo que normalmente sucede con las personas que tratan con él y sus problemas.
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Silent Voices |j.b|
Fanfiction"No puede reparar un cristal que ya está roto, Burberry. Sólo que que yo no estoy roto, yo rompo a los demás" cover by stratfword © bieberfairy.