Justin se sentó en el sillón una vez que su llanto calmó, y observó un punto desconocido de la sala con la mirada perdida.Summer se sentó a su lado mirándolo atentamente con el ceño fruncido. No sabía como había escapado, no sabía cual era la razón de su dolor. Pero sabía que él necesitaba contención, y eso le daría antes de llevarlo nuevamente a la clínica.
-¿Estás mejor? ¿Quieres un té? -Justin negó con la cabeza - ¿Me dirás que ha pasado?
No quería agobiarlo en preguntas. Ni mucho menos hacerlo sentir incómodo.
-Mañana se cumplen tres años del asesinato de mi hermano -él apretó la mandíbula -. Él me habló en la noche, me ha dicho cosas horribles. ¡Sí, lo has hecho! ¡No!
Sus manos apretaron sus oídos con fuerza, tal y como había hecho el primer día. Ella envolvió sus brazos a su alrededor y se sorprendió cuando él la apartó con fuerza al otro lado del cuarto. Tanto que hizo temblar los jarrones de los muebles.
-¡No quiero hacerte daño! -me gritó con lágrimas descendiendo de sus mieles ojos.
Summer, decidida, se acercó a paso lento hacia su figura encorvada hacia adelante. Sollozaba y sus mejillas no paraban de humedecerse. Tomó su rostro entre sus manos y lo obligó a mirarla.
-Tú no me harás daño, Justin -sus respiraciones constantes comenzaron a intensificarse, pero ella no retrocedió.
Él gritó con fuerza. Sus gritos se mezclaban con los llantos y sollozos que dejaba salir. De un momento a otro, repleto de desesperación, ella se largó a llorar.
Él pasó sus pulgares por debajo de los ojos de ella con mucha fuerza, apretando los dientes, limpiando el paso de sus lágrimas.
-Justin, ¡no lo escuches! Mírame -tomó su rostro entre sus manos, pero él mantenía los ojos apretados - ¡Mírame, Justin!
Justin abrió los ojos y los conectó con los de ella. Tan verdes y tan transparentes a la vez. Aquella voz que lo atormentaba, comenzaba a silenciarse con el pasar de los segundos.
Sin darse cuenta, su sangre dejó de hervir y sus respiraciones volvieron a ser pausadas, tranquilas.
Summer pudo identificar el cristalino reflejo de su dolor en sus irises mieles. A pesar de que tenía la mirada perdida, se notaba que allí dentro era un descontrol.
Ella apoyó suavemente su mano sobre la de él, con miedo a que la apartase. No lo hacía en el mal sentido de la acción, tan sólo quería que se sienta acompañado, reconfortado.
-Ya está bien... Tranquilo. -Justin se tensó bajo su toque, hace tanto no lo acariciaban de esa forma, tanto que ya había olvidado qué se sentía.
Casi al instante recordó como su madre lo reconfortaba de esa forma, cuando tenía uno de sus ataques o volvía del secundario enfadado con su entorno. Él apartó la mano con brusquedad.
No quería recordar esas épocas; las peores de su corta vida. Rechazos, burlas, golpes sin razón de parte de sus compañeros (¡Qué solidarios!) y el asesinato de su hermano.
¿Por qué su cerebro se lo recordaba en cada momento? Oh, cierto, porque él es su peor enemigo.
-¿Estás seguro que no quieres un té? No me costará prepararlo, tan sólo... -la interrumpió.
-Así estoy bien, gracias. -Justin pronunció la última palabra en un tono casi inaudible, que le sorprendió que ella haya escuchado.
Summer asintió.
-Entiendo -dijo ella, levantándose lentamente de su posición arrodillada -. ¿Crees que podrás contarme ahora como has escapado o...
-Fue más sencillo de lo que yo mismo calculaba. -Se encogió de hombros, restándole importancia - Aquella seguridad es más pinta que otra cosa, no tiene absolutamente nada de seguro.
ESTÁS LEYENDO
Silent Voices |j.b|
Fanfictie"No puede reparar un cristal que ya está roto, Burberry. Sólo que que yo no estoy roto, yo rompo a los demás" cover by stratfword © bieberfairy.