El taxi estacionó frente a mi departamento. Kian, que en todo el viaje había sacado tema de conversación y habíamos hablado casi durante todo el trayecto a casa, me dedicó una sonrisa típica de modelo de ropa interior.Saqué el efectivo suficiente para pagarle mi parte al taxista, y éste lo contó y finalmente me dedicó una sonrisa. Ya lista para salir del coche, cuando su mano me lo impidió. Otra vez su rostro me enfrentó, y por un momento creí desfallecer.
—Oye, sé que sonará muy frase típica de prostituto apresurado pero ¿podrías darme tu número? —Con su mano libre rascó su nuca —De verdad no quiero perder contacto... es decir, deseo increíblemente probar tus pasteles de chocolate.
Solté una risa y tomé su celular que desde que había comenzado la frase me había extendido. Anoté mi número y coloqué mi nombre —¿Es necesario que ponga "Summer Taxi"?
—Sí, por favor.—Esbocé una sonrisa torcida y él sacudió la cabeza—¡Oh, no por eso! Es que soy muy olvidadizo, es decir, tampoco es que me olvidaría tan fácil de ti es que...
—Ya, ya.—Reí—Creo que ya lo pillé.
Le extendí nuevamente su celular y rápidamente lo guardo dentro del bolsillo interno de su chaqueta de cuero negra. Cuando salí del coche, y la puerta de éste se cerró y comenzó a arrancar hasta perderse, el silencio reinaba de una forma tétrica toda la avenida. No había un alma, y todos los negocios de familia ya habían cerrado. El asfalto estaba húmedo y mis tacones, que se doblaban hacia los costados al tener tan cansados los pies, resonaban más fuerte de lo que pretendía.
Abracé mi bolso a mi cuerpo y me apresuré en sacar las llaves de éste. La puerta de mi casa rechinó levemente al ser abierta, y el aroma a jazmines que emanaba el aromatizador de ambientes me mareó por unos segundos. Todo estaba oscuro, y no me preocupé en encender las luces para tirar el bolso y el sobretodo al sillón.
Solté un suspiro y finalmente las prendí, y lo único que deseaba era cenar algo y dormir. Aunque sabía que mañana tendría que madrugar para partir hacia la clínica, que ya era indefinido si era bienvenida todavía allí o me lanzaría una silla por la cabeza. Esperaba volver entera mañana.
—Pensé que nunca llegarías.—Ahogué un grito ahogado y me sobresalté. Al voltear, la figura de Caleb sentado en uno de los dos sillones individuales que enfrentaban al más grande. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho, y su cabello estaba tan desordenado que caía sobre sus ojos. Se veía molesto, pero yo estaba aún más molesta.
—¿Cómo demonios entraste?—Siseé, cruzando los brazos y apretando los puños intentando no perder la calma, ya bastante alterada estaba.
Caleb se paró del sillón y se acercó lentamente hacia mí —Te veías entretenida con ese muchacho, ¿quién es?
—Eso no te interesa. Ahora contesta mi pregunta.—Él cada vez se acercaba más, hasta quedar a unos pocos centímetros de distancia.
Él agitó su mano con desdén —Todavía tengo la copia de la llave.—Inclinó la cabeza hacia un lado—Ahora tú, pequeña, contesta la mía.
Solté un bufido—¿La copia de la llave? Pero es que... Podría denunciarte por invasión a la privacidad.—Amenacé— Y no te interesa, Caleb, ya tú y yo no tenemos relación alguna. Entiéndelo de una maldita vez, o tendré que tomar cartas en el asunto.
Caleb rió—¿Luego de salir de una comisaría? Sí, como no. —Dijo— ¿Así lo quieres? ¿Prefieres a ese estúpido rockero de cuarta antes que un tipo decente como yo? Sabes que te quiero, ¿por qué no quieres superar el pasado y reconstruir lo que tuvimos? ¡No es tan difícil!—Exclamó en voz elevada.
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Silent Voices |j.b|
Fanfiction"No puede reparar un cristal que ya está roto, Burberry. Sólo que que yo no estoy roto, yo rompo a los demás" cover by stratfword © bieberfairy.